Opinión Nacional

Lo que Chávez nos quiso decir desde Santiago

“Fue una escena lamentable, se puede discrepar, pero sin descalificar”. Así lo dijo el canciller chileno, Alejandro Foxley al referirse a Chávez y a sus insultos al gobierno español durante la última Cumbre Iberoamericana. Y es que el presidente venezolano entre otras barbaridades, increpó al Rey de España sobre su conocimiento o no de los sucesos de Abril del 2002, llamó insistentemente fascista al ex presidente Aznar para luego agregar que «una serpiente es más humana que un fascista”. Este simplemente “lamentable” episodio para los demás países, debe ser visto más bien como una peligrosa amenaza para la oposición política venezolana. Los venezolanos debemos contestarnos las siguientes preguntas ¿Por qué esta obsesión creciente de Chávez con el fascismo? ¿Por qué acusar a Aznar de fascista en este momento? ¿Por qué utilizar ese foro para desempolvar el tema de Abril del 2002? Sobre todo, ya que había cancelado el viaje a Chile, debido a las manifestaciones en contra de su nuevo proyecto constitucional ahora con Baduel a la cabeza, ¿por qué cambia de opinión y va? ¿Cuál era su premeditado objetivo con el show que montó?

Para el infortunio nuestro, la creciente obsesión de Chávez con el fascismo tiene que ver con que cada vez está más cercano a él. El presidente venezolano está obsesionado con el fascismo porque lo ve cada vez que se mira en un espejo, pero a diferencia de Mussolini, no le gusta lo que ve. Por ello se apresura a llamar de esa manera a sus adversarios políticos. Recordemos. Mussolini escogió el nombre de fascismo para su movimiento el cual era una mezcla de socialismo marxista –formado a partir de un bloque del partido socialista italiano del que Mussolini era un importante dirigente- con un nacionalismo militarista. Al igual que en la Venezuela de hoy, el partido fascista en Italia tenía bandas armadas, “los chaquetas negras”, dispuestos a matar en nombre de una lealtad ciega a su líder único. Por cierto, Benito Mussolini no paraba de hablar y muchos líderes de la época lo llamaban El Bufón. Sus ideas de socialismo, nacionalismo militarista, verborrea y bandas armadas influyeron de manera determinante en Hitler quien también invocaba su amor al pueblo (el Volk) para justificar sus odios.

Otra de las características del fascismo y de todo régimen totalitario y que Chávez ha venido utilizando es la discriminación, vejación y deshumanización del adversario. Esta sistemática política del resentimiento ha sido causante de los más terribles genocidios. Al deshumanizar al adversario se justifica su eliminación y su muerte. Como dijo un miembro de la organización terrorista ETA: “yo no he matado a una persona, he matado a un empresario”. En la Alemania Nazi y en el genocidio de Armenia se mataban a las “ratas” no a los seres humanos. En el genocidio de Ruanda los Hutus al asesinar a los Tutsis lo que hacían era matar a “cucarachas”. En la Cuba de Castro se fusilaron sin piedad a los “gusanos” traidores.

Para nuestra tristeza y desgracia, el gobierno de Chávez se ha dedicado a esta peligrosa tarea durante nueve años. Este gobierno ha llamado, traidora, apártida, oligarca y fascistas a la oposición política. Por ello vemos con terror cómo jóvenes partidarios del gobierno declaran con orgullo que esperan “con la rodilla en tierra” las instrucciones de su líder, dispuestos a matar a los “traidores” si es necesario.

El discurso de Chávez en Santiago de Chile fue dirigido a sus partidarios en Venezuela.

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