Lodo o Dolo
La fiscal a través de “twitter” ha informado sobre la prohibición de enajenar y gravar dictada contra Miguel Henrique Otero. No da información sobre su actuación o la de sus subalternos. La socialista del siglo XXI se vale de esa creación del imperiollamada twitterpara gotear la información. La transmite a través de ella, es decir, “fortwitter”, lo que explica que sea “fortuito” lo que llega como información a la ciudadanía.
La actuación del Ministerio Público que se supone parte de buena fe en todo proceso desde los tiempos de Isaías Rodríguez con su primero de a bordo Danilo Anderson, se convirtió en un ariete para el ataque de todo adversario del régimen y es por eso que MHO tiene congeladas sus cuentas, como parte de la prohibición de enajenar y grabar.
En contra de MHO hay un juicio civil, el reclamo de una suma de dinero intentado por el ex alcalde Alfredo Peña. Como demandante Peña ha podido solicitar una medida cautelar de esa naturaleza y seguramente para acordarla se le habría exigido fianza; y MHO si era acordada la medida ha podido obtener su revocatoria o suspensión mediante una fianza.
El ex alcalde es hombre execrado por el régimen desde los tiempos de las marchas del año 2002 que condujeron a la renuncia de Chávez,informada por el general Lucas Rincón lo que le sirvió de mérito para ser nombrado luego Ministro de Defensa, no obstante colidir el “premio” con la comedia que se montó entonces sobre la existencia de un golpe de estado. Pero como MHO es director de El Nacional la fiscal ha encontrado un siniestro modo de introducirse en ese pleito entre particulares al cual es ajeno el ministerio público, porque en realidad su acción apunta contra el periódico.
Esta no es sino una más de las acciones que al alimón se fraguan entre la fiscalía y el poder judicial para complacer al poder ejecutivo, revistiendo de aparente legalidad las infinitas violaciones al orden constitucional que ayer Chávez y hoy el usurpador practican como política de estado.
Pero la ciudadanía toma venganza porque la fiscal Luisa Ortega Díaz jamás imaginó que las iniciales de su nombre la fueran a poner al descubierto Lodo O Dolo.
