Los amigos del Presidente
En estos últimos días se han ocurrido algunos hechos, bien delicados a mi manera de ver, que nos dicen mucho de los personajes allí involucrados y que merecen una consideración especial. Me refiero a los señores Luis Miquilena y José Vicente Rangel. Estos personajes hoy por hoy se encuentran en las cúpulas del poder, dirigiendo los destinos de la nación bajo el manto protector del Sr. Presidente de la República y gracias al magnetismo popular que increíblemente éste mantiene en el sentimiento de las masas populares. No es secreto para nadie que ninguno de estos señores pudo durante sus años de activismo político convencer al sentimiento popular sobre sus propuestas políticas ni fueron capaces de erigirse como líderes de la nación por acto propio. Hoy en día viven bajo la sombra protectora que les brinda el Sr. presidente. Los hechos referidos son: por una parte la posición asumida por los tres oficiales ex compañeros golpista del presidente (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/»,»Chávez»)%), y por otro lado las encontradas posiciones del Sr. Canciller ante diversos hechos como por ejemplo, los casos de violaciones de derechos humanos en Vargas, los médicos cubanos «fantasmas», la ayuda norteamericana, etc. etc. etc.
En primer lugar consideremos el caso del Sr. Miquilena. Un anciano octogenario (con todo respeto) que pareciera que se quedó en otra época de la historia y que hoy por hoy tiene la responsabilidad de dirigir como presidente del Congresillo los lineamientos legislativos que le permitirán a la nación establecer los fundamentos que le servirán para construir una sociedad moderna y desarrollada. Este personaje, ante las críticas formuladas por los ex compañeros de armas del Sr. Presidente ha reaccionado de una manera grosera, desmedida, irrespetuosa y desconsiderada (al mismísimo estilo del famoso «tu a mi no me j….» del ex presidente Lusinchi). Sin embargo no es de extrañar su reacción, basta recordar sus comentarios sobre las denuncias de violación de derechos humanos en Vargas para darse cuenta que nos encontramos frente a un personaje que guarda una profundo resentimiento social y una gran amargura interna, probablemente producto de una vida llena de frustraciones políticas personales a lo largo de su vida y que hoy por hoy gracias a la posición que le ha concedido el Sr. presidente descarga irracionalmente sobre todo aquel que pretenda atravesársele en su camino. A mi manera de ver los hechos, no difiere mucho el estilo del Sr. Miquilena del tristemente célebre «Caudillo» adeco, Luis Alfaro Ucero.
Por otro lado, es una verdadera lástima observar como se desperdicia todo el talento periodístico del Sr. Rangel en la conducción de la cancillería venezolana. Desafortunadamente él ha sido víctima de algo que siempre criticó en sus famosas columnas y que se refiere a los vicios del poder. Recuerdo que el Sr. Rangel, una vez que entendió que su carrera política no le deparaba mayores logros, escribió sobre el peligro que significaba el ejercicio del poder afirmando que el entorno del mismo alteraba la visión sobre los problemas reales de la sociedad y creaba una desconexión total entre gobernantes y gobernados. Y no estaba lejos de la realidad. Como muestra todos hemos visto al canciller, por ejemplo, descalificando a priori y de manera prepotente a los periodistas que denunciaban violaciones de derechos humanos en Vargas para luego rectificar públicamente su desacierto. Hemos visto cómo el canciller tilda de «fantasmas» a unos médicos cubanos que fueron enviados a Venezuela para ayudar en la tragedia de diciembre y que se han dado cuenta que con todo lo malo que pueda existir en Venezuela, las condiciones de vida son infinitamente mejor que en «el mar de felicidad de Cuba» y por lo cual han solicitado asilo político. Hemos sido testigo de cómo el canciller ha tratado de defender siempre lo indefendible para justificar las acciones del Sr. Presidente en lo referente a la política exterior del país.
No es extraño entonces, la reacción que han tenido los oficiales ex compañeros de armas del presidente ante el entorno que rodea, o mejor dicho… del que se ha rodeado el presidente. Adicionalmente, cuando vemos a la dirigencia del MVR repartiéndose y asignándose cuotas de poder para los próximos comicios, amparados siempre bajo la imagen de Chávez como un superman criollo, nos damos cuenta que no existen diferencias con la extinta Acción Democrática lo cual es entendible, ya que ninguno de ellos tiene la capacidad ni la habilidad de lograr el protagonismo por acto propio.