Los caminos del fracaso
En la Venezuela de hoy parecería que, así como en el antiguo Imperio Romano todos los caminos llevaban a Roma, todos los caminos llevan al fracaso. El fracaso del gobierno está anunciado sin lugar a dudas. Ese disparate que es el “Socialismo del Siglo XXI” es demasiado parecido al comunismo del Siglo XX, que fracasó rotundamente en la Unión Soviética y sus satélites, y dejó de ser un fracaso en China cuando China, de un plumazo, dejó atrás el comunismo y se convirtió en el país más capitalista del planeta. La indolencia, la corrupción, la falta de estímulos reales, en fin, la naturaleza humana cuando no hay libertad, fueron y son los ingredientes de ese fracaso, que en Venezuela va a hacer mucho más pobres a los pobres y mucho más ricos a los ricos, que tienen sus haberes a buen resguardo. Y en cuanto a la oposición, mientras sus dirigentes no entiendan que están enfrentando una dictadura que no respeta las reglas de la democracia, y mientras no se den cuenta de que desde programas de radio y televisión, desde los bastiones de la prensa escrita y desde la cómoda vía del Internet no se puede combatir esa dictadura, sino que tienen que ensuciarse los zapatos, llenarse de polvo de los caminos, e ir a los caseríos y a los barrios a conversar y convencer, a demostrarles a los pobres que la dictadura los engaña, que no es cierto que se ocupe de ellos, sino que los desprecia con su populismo y su demagogia, van también con rumbo seguro al fracaso. Quizá es por ello que todo indica que el destino está en menos de los jóvenes, en especial de los que no se dejen tentar por cantos de sirena.
