Los comandantes podrían liderar la nueva oposición
MAR DE FONDO
No pretendemos hablar acerca de esa forma de manifestación de la energía del mar conocida con la expresión que sirve de título a estas líneas. El choque de corrientes marinas con distintas temperaturas, así como acciones combinadas derivadas de la atracción que ejercen tanto la Luna como el Sol, unidas a la rotación de la Tierra, son condiciones que producen el llamado Mar de Fondo. Pero aun cuando la intención de esta nota es otra, la comparación puede resultar útil.
VEAMOS POR QUE
La semana pasada indicamos que las diferencias entre Luis Miquilena y José Vicente Rangel, por un lado y, por el otro, el ex director de la Disip, comandante Jesús Urdaneta Hernández habían surgido hace ya algunos meses. Hoy hablaremos sobre unas diferencias que pudieron nacer hace ocho años, el 4-F de 1992, las que separan al presidente Chávez del resto de los comandantes que se juramentaron, hace 16 años, bajo la frondosa sombra del Samán de Güere.
Es un hecho generalmente admitido, incluso por los propios actores, que la sublevación del 4-F, fue un fracaso militar y una victoria política. «Por ahora nuestros objetivos no fueron logrados». «Ya es tiempo de evitar mayor derramamiento de sangre y de reflexionar». Fueron algunas de las frases pronunciadas por Hugo Chávez en su primera y, por cierto, muy breve aparición ante las cámaras de televisión que confirmaban la derrota militar sufrida. La presencia de Chávez en la TV, lo dijimos la semana pasada, fue forzada por la actitud asumida en el cuartel La Placera de Maracay por el comandante Urdaneta Hernández, quien amenazaba con luchar hasta la muerte a menos que Chávez apareciera rindiéndose por televisión. La rendición pública de Chávez y el fracaso de las operaciones militares en Caracas (por causa de una delación que, según Chávez, privó a los alzados de medios de comunicación de gran alcance y que retardó la toma del Museo Histórico Militar, sitio en el que debía funcionar el puesto de mando desde el cual Chávez coordinaría todas las operaciones) fueron, desde el mismo 4-F, motivos de divergencias dentro del MBR-200, organización que agrupaba desde hacía años a los conjurados en el golpe.
Los medios de comunicación, basándose en afirmaciones provenientes de participantes en el movimiento insurgente, acogieron la tesis del fracaso militar de Chávez y confrontaban su figura con la del comandante Francisco Arias Cárdenas, quien había sometido al estado Zulia en una operación perfectamente ejecutada y había hecho prisionero al gobernador Oswaldo Alvarez Paz.
El indulto que Caldera concediera a los líderes del 4-F, de alguna manera, profundizó las diferencias entre los comandantes. Arias Cárdenas y el desaparecido comandante Ortiz Contreras, fueron al Pami (institución en la que Arias Cárdenas, según Luis Miquilena, airado por la acusación de puntofijista que le hiciera el gobernador del Zulia, se convirtió en «repartidor de leche»). Acosta Chirinos fue a Mindur y Urdaneta Hernández al Consulado de Venezuela en Vigo, España. Al mismo tiempo, Chávez se convirtió en una voz totalmente antisistema e inició un peregrinaje, dentro y fuera de Venezuela predicando la abstención, con el respaldo logístico que le facilitaba Luis Miquilena y el apoyo de los más radicales dirigentes del MBR-200, quienes acusaban a Arias Cárdenas de conservador.
Al poco tiempo, Francisco Arias, con el apoyo de la Causa R y de Copei, conquistó la Gobernación del Zulia, mientras Chávez continuaba predicando la abstención.
Pero, venga con nosotros a la nota siguiente, amigo lector, para que constate por sí mismo las vueltas que da la vida.
A VOTAR LLAMAN
Justamente aquí en Valencia, después de una larga labor de ablandamiento realizada por el propio Chávez, quien venía de regreso de la tesis abstencionista una vez liberado de la prédica de Domingo Alberto Rangel, la dirección del MBR-200 decide participar en el proceso electoral en el que Chávez resulta electo presidente y la distancia entre Chávez y Arias Cárdenas y el resto de los comandantes parece cerrarse, son, nuevamente, como hermanos. Chávez gana las elecciones e impone un ritmo acelerado en la reforma política del Estado, logra una Constitución a la medida y acumula un poder político sólo comparable al que una vez tuviera en sus manos Juan Vicente Gómez. Todo ello sin tiros, sin presos, sin sangre y en libertad. Una revolución pacífica, en síntesis, según Chávez. Pero, quizás por aquello de que la dicha dura poco en casa del pobre, resulta que los conservadores de ayer (Arias, Urdaneta y Acosta Chirinos) son los revolucionarios de hoy y le exigen a Chávez que salga de Miquilena, de Rangel y de Arcaya, pues éstos son puntofijistas, rémoras del pasado, podría decirse. En otras palabras, para los Comandantes, el primer año de gobierno de Chávez, de alguna manera, ha sido el sexto año de gobierno del doctor Caldera y, si no cambia, vamos para el séptimo. Para los comandantes, la economía no marcha y los cogollos han sido sustituidos por la «digitocracia» de Chávez y sus amigos puntofijistas. No son otros los argumentos.
José Vicente, con 40 años de vuelo, pasa agachado. No caigo en provocaciones, dice; lo que diga Arcaya, el breve, en honor a la verdad, parece importar poco; pero Miquilena, con la astucia y los cojones que lo caracterizan, decide pelear de frente a los comandantes, los cuales, en su opinión, no sólo son repartidores de la leche calderista, sino también hipócritas y aprovechados. Hace más de cuarenta años salí de la cárcel para seguir luchando, dice Miquilena, no fui directo al gobierno o a un consulado. Vale decir que él, Miquilena, no ha sido repartidor de leche, o, al menos, no la ha repartido a la manera de Arias.
GENESIS
No estamos al cabo de saber si la leche repartida por Arias Cárdenas, ayudó en un momento determinado a evitar la descalcificación de uno o de muchos jóvenes venezolanos que pronto podrán convertirse en genios de la V República, gracias a la leche de la IV República. Tampoco sabemos si el 4-F de hace 8 años, cuando Arias controló militarmente el Zulia y Chávez fracasó en Caracas, Francisco tuvo buena leche y Hugo mala, o si la cosa resultó ser todo lo contrario. Pancho perdió, ganando y Hugo ganó, perdiendo. Pero de lo que sí estamos seguros es que, de la leche de Caldera repartida por Arias y ahora recordada por Miquilena, va a nacer, si es que acaso ya no nació, la nueva oposición a Chávez. Surgida del interior del mero núcleo o corazón del chavismo, como tenía que ser, pues dice verdad Miquilena cuando señala que los ataques contra él y Rangel, son tiros por carambola contra Chávez. Si el bebé opositor nació sano o no, lo vamos a saber, muy pronto, en la megaelección.
En cualquier caso, lo que parece estar claro, por ahora, es que a los comandantes, igual que a los gringos, según Peter Romero, se les agota la paciencia muy rápido. También está claro que Chávez y Miquilena prefieren salir de los indóciles comandantes más temprano que tarde (y más por avispados que por impacientes) para evitar que puedan fortalecerse en las elecciones venideras. Por eso Chávez anunció que se meterá de cabeza en los asuntos internos del MVR y Miquilena vaticina medidas disciplinarias contra Acosta Chirinos y asegura que éste no será candidato a la gobernación de Falcón, una clarinada de alerta para Arias Cárdenas, al que pudiera salirle contendor dentro del MVR del Zulia, organización con la cual no tiene buenas relaciones.
DE VUELTA AL MAR
El Mar de Fondo que azota al núcleo fundamental del chavismo podría durar largo tiempo y, a los efectos de su análisis, no debe reducirse a un simple enfrentamiento entre militares y civiles, pues, a fin de cuentas, lo que está en juego es el tema económico y lo que se debe y no se debe hacer con el poder político. Así como Chávez compara la economía venezolana con la tierra, que parece que no se mueve, cuando, en realidad, se está moviendo, así los actores económicos y políticos se mueven, aunque en ocasiones parezca que no lo hacen. Cuando se mira el mar desde muy arriba, es imposible detectar las corrientes que chocan abajo, provocando una energía que, forzosamente, se descarga en las riberas, incluso sobre las playas que momentos antes parecían las más tranquilas. Cosas del Mar de Fondo.
ESO LE DIRAS A TODOS
Le preguntamos a Diego Salazar acerca de un rumor según el cual habría declinado en su aspiración de ser gobernador de Carabobo por razones de salud y enérgicamente lo desmiente. Esta es una carrera de 3.200 metros en la que generalmente los que tratan de tomar la punta tempranamente, terminan con la lengua afuera. Asegura que cuenta con el respaldo mayoritario del MVR de Carabobo y que sectores de la economía y la cultura se le han acercado, pero que él va poco a poco, pero con pie de plomo. Le comentamos que Manuel Vadell, nos dijo que Douglas Bravo, quien es partidario de la abstención y está enfrentado al gobierno de Chávez, le había ofrecido hacer campaña por él, Manuel, si era el candidato, y, sonriendo, Salazar nos dice: Bueno voy a tener que hablar con mi compadre Douglas, porque a mí me dijo exactamente lo mismo.
A propósito de Diego, en la dirección del MVR aseguran que la renuncia del gobernador de Monagas, Luis Eduardo Martínez, fue precipitada por la propuesta que hizo Salazar, quien tuvo a su cargo la última intervención en la Constituyente, de darle poderes a la Comisión Legislativa Nacional para destituir gobernadores y alcaldes incursos en irregularidades determinadas por la Contraloría.
Tomado de (%=Link(«http://www.notitarde.com/»,»NotiTarde»)%) de Valencia del 11 de febrero de 2000