Opinión Nacional

Los días del Gran Escorpión y las Ranas Bobas

Había una vez, un escorpión que se disfrazó de águila para hacer crecer su tamaño.Una vez que lo tuvo, le abrió un boquete al nido para que otros escorpiones como él tomaran por asalto el nido de las águilas para acabar con las recién nacidas, como Herodes exterminador. A las que lograban sobrevivir a los pinchazos venenosos, les daba la miel del alacrán de la lucha de clases para que destrozaran a la madre institución que los había albergado.La Institución creyó que estaba formando águilas, pero al descuidar su vuelo, muchas de ellas, cual vampiros, se habían convertido en escorpiones. Y ahora, lo que antes era el elevado nido de las águilas, quedó reducido a la vulgar madriguera de los escorpiones.

Cosa grave, cuando los escorpiones le roban el nido a las águilas. No sólo las extinguen, sino que tambien desertifican todo lo que tocan, hasta los riscos de las montañas donde las águilas anidaban. Momentos después, la población de roedores aumentaba por doquier, devorando a las instituciones que las águilas dejaron de cuidar cuando se transformaron en escorpiones.

Todo comenzó el día en el cual, el Gran Escorpión comenzó a cohabitar con las águilas. Voló como ellas y aprendió aquel discurso que revestía de dignidad su vuelo. Mucho tiempo atrás, su mentor ideológico, El Gran Enemigo, le había señalado que para tomar el cielo de las águilas debía disfrazarse como ellas y ganar su confianza. Una vez que lo hiciera, debía buscar el lugar donde se resguardaba la brújula que orientaba su vuelo, la misma que guiaba la migración de las golondrinas ciudadanas, para obtener el control social de todas las aves del reino. La brújula era la memoria del padre de las aves, que le daba sentido generación tras generación, a la vida del reino.

El Gran Enemigo le aconsejó: “ disfrázate por mí de águila, toma las alas de ángel que me quité el día de la Gran Perfidia, inocula a cuanta águila te consigas con este especial veneno que he creado para ti, dulce como el almíbar para inducir su cosumo, y comieza tu letal trabajo para acabar con los genes de las águilas desde el nido.Para eso, te concedo las ideologías , los dogmas y la demagogia clasista como tu palabra, para que robotices el pensamiento y la acción de las golondrinas ciudadanas y las conviertas en reclutas de tu poder.Es necesario para que reines, que acabes con las golondrinas ciudadanas como lo harás con las águilas, y las conviertas en esclavos que obedezcan ciegamente a tus designios.Para ello, debes sembrar la confusión y el desasosiego hasta en sus familias. Llamaras Cielo a los Infiernos, santos a los profanadores de tumbas y dignos a los roedores, harás que las golondrinas ciudadanas confundan el norte con el sur, para que pierdan la ruta de su supervivencia. Tu adversario es la paz y la concordia. Disfraza con ellas el odio que he formado en ti y predícalas para acabar en su nombre a nuestros enemigos. Habla de amor al pueblo, embriágalo hasta que no pueda valerse por el mismo, y cuando estés bien cerca de él, clávale la espada del odio que he afilado para tí, sácale el corazón y coloca en su lugar un manojo de escorpiones para que terminen de consumirlo”.

Y en esas labores anda el Gran Escorpión. Para no ser percibido por los ciudadanos golondrina como el “único malo”, ha enviado a sus lugartenientes testaferros para que acaben con los medios de comunicación de las ciudadanas golondrina y obligarlas a volar sin otra orientación que su voz en permanente cadena hegemónica.Primero lo intentó con los roedores y no le dió resultado.No eran suficientemente rojos.Necesitaba que la acción la hicieran los escorpiones, mientras mas rojos mas venenosos.Y de eso se ocupa, de que la madriguera de alacranes siga creciendo, en medio de la incredulidad y el asombro de las ranas de la tierra media.

Las ranas que ayer y hoy le han permitido a los escorpiones pasar el río de la política sobre sus hombros, serán sacrificadas al llegar a la otra orilla. Los escorpiones, harán el viaje sobre las ranas adoptando el discurso social ,crucifijo y evangelio incluido, y luego , el gran empalador, el Gran Escorpión, aquél que fue apreciado alguna vez como un águila de alto vuelo,las colocará pinchadas en las astas en una tierra que no supieron defender.

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