Opinión Nacional

Los espantachavista

El espanta-chavistas deambula por el este de Caracas. Acomoda sus posaderas en algún cafetín y con sus otros congéneres, espanta-chavistas como él, en pocos minutos ha derrocado al gobierno de Chávez (una y varias veces). No pisa un barrio ni se enloda los zapatos. No milita en partido alguno. Se cree impoluto por ello. Y, claro, zahiere a los políticos, esos seres demoníacos siempre con las manos sucias, como el comunista de Sartre.

Son muchos los fantasmas que, como si habitara la Quinta del Sordo, revolotean por su mente. El espanta-chavistas cree que Chávez llegó al poder a resultas de una conjura fidelista fraguada desde los tiempos del 27F, o sólo a consecuencia de esa mezcla de audacia con falta de escrúpulos que caracteriza al tiranuelo: no admite la consistencia histórica del fenómeno chavista, fraguado en el horno de una historia profunda que se remonta al Viernes Negro, a la crisis de la Venezuela puntofijista, a la quiebra de la ilusión populista de progreso.

Así mismo, piensa que ese fenómeno chavista ha perdurado en el tiempo sólo debido a la abundancia de los ingresos petroleros: todavía reivindica el golpe de Estado del 12A y el paro «indetenible» y la abstención de 2005, y jamás admitirá que precisamente a esos errores, es decir, a aquella oposición bobalicona que los propició, se debe en buena medida que el tiranuelo siga en Miraflores. Nunca reconocerá que el fenómeno chavista ha levantado pertinentes banderas de inclusión social y sueños y esperanzas populares que explican también su prolongada hegemonía política. El espanta-chavistas todavía asegura sin sonrojarse que ganamos el referendo revocatorio y que en toda elección que haya ganado el chavismo ha habido trampa: cree que el anti-chavismo es mayoría y portanto no ve necesario seducir a chavista alguno. Con nosotros basta, sentencia por encima del hombro.

Al no aceptar que el chavismo ha sido mayoría muchas veces, el espanta-chavistas no le parece trascendente constatar como un dato invalorable de la realidad lo que todas las encuestas dicen: que entre un 10 y un 15 % de venezolanos que simpatizan con la persona de Chávez a la vez censuran su gestión de gobierno y consideran un abuso que pretenda extender su mandato de 14 a ¡20 años! Anunciando justicias mezcladas con venganzas, proponiendo procesos constituyentes que amenazarían con arrasarlo todo, postulando al capitalismo como proyecto, levantando siempre la bandera de la propiedad privada y nunca la del Estado y los programas sociales, yconvirtiendo a Chávez en el objeto obsesivo de su discurso… y de su odio, el espanta-chavistas logra el cometido que justamente el tirano le ha asignado: ahuyentar a quienes están allí, en ese interregno, en ese pantano (Lenin dixit) que es un cierto centro político que al final de las cuentas será el que le dé la victoria a uno u otro polo político, al gobierno o a la oposición.

La verdadera Quinta Columna del gobierno es esta invalorable legión de espanta-chavistas.

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