Opinión Nacional

Los hipócritas del Señor

EXORDIO: Tal como lo dijo el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, “Socialismo es Comunismo” así es un principio comunista aquella frase de su máximo exponente filosófico, Carlos Marx, que mantenía que “La religión es el opio de los pueblos”. Es la religión uno de los principios que no admite esta corriente del pensamiento porque nada “ni Dios” puede estar por encima de la revolución.

La intolerancia es una de las principales características de todo comunismo y no puede ser la excepción el nuestro, la revolución no puede aceptar otra corriente de pensamiento que no sea la de ellos y este principio cercena el derecho a la libertad de los ciudadanos y por lo tanto no puede ser apoyado por ningún movimiento religioso.

De más está decir que todo aquello que no apoye o se manifieste en contra de la revolución será perseguido y reprimido porque el comunismo no acepta ningún tipo de pensamiento o manifestación rival que pueda influir en la actividad o acciones de la población y sino que me pregunten a mí, quién por mantener esta columna tengo 2 años presentándome en un tribunal, sin poder salir de mi estado o le pregunten a la conferencia episcopal quienes casi a diario son enfrentados, descalificados, perseguidos y vilipendiados por las víboras arrastradas al régimen.

ENEMIGOS DE LA IGLESIA: Este es un comunismo light pero en los casos históricos en el que los comunistas han tomado el poder, se inician implacables persecuciones contra curas, pastores, rabinos, feligreses y  todo lo que se relacione con la religión, las iglesias son profanadas, saqueadas, confiscadas, para terminar convertidas en puestos militares, dependencias del gobierno o simplemente destruidas. Afortunadamente en Venezuela tenemos una dirigencia eclesiástica católica bien clara en su rol de enfrentarse a como dé lugar en contra del comunismo que se trata de implantar. Me imagino que ellos deben recordar la historia de cómo, por ejemplo, no hace mucho, en 1930, durante la Guerra Civil Española, los comunistas mataban sacerdotes, violaban y asesinaban monjas, fusilaban las imágenes del culto, asesinaron a trece obispos, 4.184 miembros del clero secular, incluyendo a seminaristas, 2.385 religiosos y 283 monjas. Sobradas razones para que luchen por nuestra vida y la de ellos. En los regímenes más tolerantes las iglesias que funcionan son vigiladas de manera constante por  los esbirros del régimen y se busca desalentar a la gente para que participen en ellas. En Cuba, nuestro modelo de comunismo en acción, ha sido cuesta arriba para el régimen luchar contra la profunda religiosidad de los ciudadanos que quedó demostrada durante la visita del Papa Juan Pablo II a la isla hace algunos años atrás. Sin embargo las personas que asisten a los servicios religiosos son vigiladas y molestadas en distintas maneras. Las asociaciones religiosas son restringidas, al igual que cofradías y movimientos familiares.

LA AFRENTA MORAL: Sin duda alguna que en las revoluciones comunistas y en especial la nuestra, la afrenta no es otra que la MORAL. Todas las religiones tienen como doctrina el principio de moralidad “No le hagas a otro lo que no quieres te hagan” y por lo tanto no puede comulgar con ninguna religión un régimen que persigue, que atropella, que viola las normas de la sociedad, que pisotea los derechos acordados de todos nosotros los seres humanos, la justicia, la libertad, la democracia y en ese proceso recorrer un sendero de crímenes y perversidades, persiguiendo lo que se le opone o no piense como ellos, asesinando, secuestrando, destruyendo y hasta dilapidando lo que sea para repartírselo a quien sea que piense como ellos, sin importarle el futuro de todos nosotros los ciudadanos. Todo esto es contrario a los mandamientos de la ley de Dios que obliga a no desear y por tanto actuar mal en contra de su prójimo.

DIVIDELOS Y VENCERAS: En un acto desesperado por acabar con la iglesia se ha tratado de aplicar la misma receta que le ha funcionado a este régimen para manipular la opinión de la voluntad popular. La estrategia consiste en descalificar a la dirigencia religiosa, al Cardenal, a los Obispos, tratar de convencer a la feligresía de que ellos son una cúpula que representa los intereses del capitalismo, de la oligarquía y no la de los pobres, masa que tratan de incrementar para poder subsistir manipulando su ignorancia. En este proceso como siempre pueden jugar con los más bajos procedimientos para convencer uno que otro cura o religioso con dádivas o regalos para comprar sus conciencias y presentarlos como payasos inmorales vociferando insultos o aplaudiendo a los esbirros en sus descalificaciones contra sus superiores eclesiásticos en un burdo acto de pública deslealtad a los principios que juraron y al Dios que supuestamente debían adorar. No podemos por ningún respecto olvidar el acto bochornoso de ese adefesio de la revolución y protagonista del repudio de destruir moralmente nuestra justicia como lo fue Isaías Rodríguez cuando intentó ligar al asesinato de un obispo la comedia sucia de tildarlo de homosexual como móvil del mismo y lo más aberrante, verlo burlarse ante todos los venezolanos del hecho cuando tuvo la oportunidad de declarar.   

EL CINISMO REVOLUCIONARIO: Contrario a lo que son todos los principios del comunismo los líderes de la revolución en nuestros países, caracterizados por una acendrada cultura religiosa, tienen que tratar de manipular el pensamiento de los feligreses y así después de todo lo que dicen y de todo lo que hacen, cínicamente se presentan en los actos, en misas, con sendos crucifijos guindados de sus cuellos, recordemos a nuestro dictador jurando paz frente a un enorme efigie de Cristo en la cruz un 13 de abril luego de llegar de la prisión de la Orchila en donde horas antes lloró por su vida (no le hagas a….), o a Fidel Castro bajando de la Sierra Maestra con un medallón de la Virgen del Cobre sobre su pecho cuando venció en la revolución cubana. Cansados estamos de verlos en Tves, en VTV y cuantos pasquines de televisión que tienes sentados en misa con caras de ángeles repitiendo de la boca hacia afuera los cánticos y versos de la iglesia, todos vestidos de rojos donde solo le falta el rabo y los cuernos para representar a su verdadero ídolo, Lucifer, ese que es la imagen de lo que verdaderamente son.   

BASTA DE HIPOCRECIAS: Para concluir espero que el que se sienta chavista abra los ojos y entienda que el chavismo, es socialismo, que el socialismo es comunismo y que el comunismo es antagónico con la doctrina moral de las religiones, de las iglesias y por ende de Dios. Que la iglesia no es un partido político y que su dirigencia obedece a un proceso meritocrático de moral y de sacrificios que tiene como ápice la santidad y no obedece a los bajos intereses de unos mediocres que no fueron nada en la vida porque no lo lucharon y que ahora se quieren imponer manipulando la ignorancia de la gente y robándose el esfuerzo de los que de una u otra manera nos ganamos con el sudor de nuestra frente lo que tenemos, destruyendo la patria que durante años construimos. En los hijos de Dios no puede existir el odio que tratan de inculcarnos y por lo tanto solo nos queda sentir lástima por esos que vestidos de rojo venden sus almas a la maldad por la ambición al poder. Dios es justo y entendemos que esto es un castigo del que debemos aprender. Una gran lección para las generaciones venideras. En estos días santos recemos así sea al lado de estos hipócritas, hijos también del señor.

EPILOGO: Hoy domingo de resurrección recordamos la injusticia que se cometió a Cristo quien fue injustamente crucificado y que un día como hoy resucitó para juzgarnos a vivos y a muertos.  En otra señal de esa justicia divina que ha castigado a cuanto funcionario ha actuado contra mí de mala fe, precisamente en un día como hoy, se cumplen dos años desde que este gobierno abusivamente me allanó mis casas, me robó mis computadoras y mis armas de trabajo con la intensión de arruinarme manteniéndome privado todo este tiempo de mi libertad. Pido a Cristo redentor que juzgue por las almas de los vivos y de los muertos. Los muertos: las almas de los jueces fallecidos trágicamente Pedro Miguel González y Ramón Quintero Arias y los vivos las almas de los que tuvieron cerca de morir: el Viceministro del MRI Haitam Sabeck, el hoy Gral. (GNB) Giusseppe Cacciopo y la Dra. Carla Paparoni. Agradecido del resto de funcionarios que en estos dos años han tenido la deferencia de darme el trato debido, el respeto ganado y el honor humilde. Con ellos mi más sincero compromiso de devolverles algún día el favor cuando el destino me sonría con el poder, el dinero o la fama y si no estoy seguro que la justicia de Dios se los reparará. Así, mientras lo decida el régimen, esta columna se seguirá publicando.

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