Opinión Nacional

Los “juegos democráticos de los militares”

Los militares venezolanos son la muestra más fiel de derecha y ejemplo de pragmatismo. La tarde del domingo se fueron a Miraflores y allí presionaron para que Chávez aceptara el triunfo del NO. Por otra parte, visto está que el venezolano es un ciudadano en el que están arraigados los paradigmas estructuralistas, enorme desventaja para quienes tienen proyectos socialistas.

En el evento del domingo, resulta una hipocresía citar que es un ejemplo de democracia, una situación tan distorsionada que hoy se vive, no permite que aplique el concepto. Está claro que los seguidores de Chávez se abstuvieron, la realidad es que en ese movimiento no hay verdaderos socialistas, sino chavistas, con el agravante que fueron adecos casi todos.

Pero la intervención de los militares es lo que llama poderosamente la atención. Muy contrario al crédito que den a los estudiantes y a los “dirigentes” de la oposición, nuevamente los militares de Venezuela fueron los protagonistas y la cabeza visible en todo fue la del general Baduel, también de derecha.

Vamos a dar por cierto que los últimos resultados electorales fueron fraudulentos –sin ánimo de dar por cierto un caso u otro-, entonces el ciudadano se pregunta, ¿Por qué los militares no intervinieron como lo hizo el Alto Mando la noche del domingo pasado e hicieron respetar la voluntad del pueblo?

La respuesta es muy sencilla, quienes leyeron la propuesta de reforma y la analizaron, podrán encontrar que en el artículo 329º propuesto, la Fuerza Armada Nacional era desfigurada y un nuevo componente, era incorporado: las milicias populares con el mismo rango de los otros cuatro (Milicia Nacional Bolivariana).

La cuenta da perfectamente. Para nadie es un secreto que Chávez ha compartido el poder con los militares, político, económico, social y en distintos ámbitos. ¿Estaban dispuestos los militares a aceptar otro componente a la orden del Presidente que en alguna coyuntura les haría frente? También se puede pensar que los militares, funcionarios aburguesados, no están dispuestos a compartir el gran trozo de torta, con otros “militares” salidos quien sabe de dónde y que comulguen con el proyecto político de Chávez.

A partir de ese criterio se impusieron ante el Presidente, la orden fue de Baduel, “no podemos darle más poder”, es decir no pueden reducir la parcela que tienen nuestros “hombres serviles a la patria”. De esa frase se concibe que sean los que mantienen al líder del proceso en el puesto. Ningún pueblo.

De tal hecho deriva la derrota de la reforma, y por retruque los estudiantes, por la proyección que han tenido a través de los medios, reciben los laureles, luego Baduel, el partido político favorecido es Podemos y de resto los cadáveres insepultos de la oposición. Los cantos democráticos son una burla, un vil maquillaje, al oír a Julio Borges decir “que los resultados están reñidos”, lo mismo que dijo el vicepresidente, se descubre a un Caballo de Troya, igual que Rosales y Petkoff.

La gesta de los estudiantes no es despreciable, sin embargo el vacío ideológico y la falta de un reclamo reivindicatorio, deja sin piso político a los muchachos, quienes fueron el escudo o el muro de contención, en las razones de los militares para convencer a Chávez de aceptar su derrota. Juego democrático en Venezuela, a otro con esos cuentos.

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