Opinión Nacional

Los militares y el regreso a la democracia

Que miembros de las FAN, se llamen a sí mismos como «combatientes revolucionarios, socialistas y antiimperialistas» y el presidente Chávez utilice un evento histórico para hacer campaña electoral y arengar a los uniformados como sus aliados incondicionales, ya es normal en la «República de Chávez».

Que esa actitud sea anticonstitucional, lo sabe el Presidente, el PSUV y los militares. Aún así violan la Constitución y aunque en ella se establece la autonomía de la FAN frente a la política, a éstos que nacieron, justamente de un golpe a la constitucionalidad, les importa un comino violarla y han dispuesto de todos los recursos económicos del Estado para asegurarse la permanencia en el poder, que es en realidad su prioridad.

Chávez se refugia en los militares. Cada vez que puede realiza sus arengas desde las instalaciones castrenses, exalta los miles de millones de dólares que se han dedicado a comprarles armas a los rusos, utilizando la carrera armamentista como un símbolo de soberanía y colocándose él, como líder de la supuesta segunda independencia.

Suele decir que «esta es una revolución armada» y que la revolución es «irreversible». Nada más alejado de la verdad. Si Chávez pierde el 7 de octubre, tal como van las cosas, los primeros que le quitarán la silla serán los militares. Así como lo respaldaron a él en 1998, lo harán con el nuevo presidente electo. Ni la ideología ni los privilegios económicos ni el miedo que se ha infundido en las filas militares, pueden contra la institución del voto y el arraigo democrático que existe en la población.

Las primeras víctimas de la politización de la FAN han sido los propios militares, quienes perdieron la libertad de tener un pensamiento libre. Ahora se les obliga a ser enemigos de EEUU y de Occidente, al tiempo que deben avalar dictaduras como fue la de Gadafi, la de Siria o la de Corea del Norte. Ese pensamiento no nació dentro de la FAN, ha sido impuesto desde arriba por Hugo Chávez.

La Constitución está cargada con términos como democracia, pueblo, libertad y soberanía, pero al final lo que cuenta es lo que a Chávez le dé la gana y obliga a organismos como el CNE o al TSJ a complacer sus caprichos.

La última ofensa a la FAN se las produjo cuando se asignó un rango militar como comandante en jefe, más allá que el que le otorga la Constitución como civil electo por los votos, le asignó al rango sus respectivos galones y finalmente se uniformó, siendo constitucionalmente un civil.

Con el nuevo gobierno que surgirá el 7 de octubre la institución militar debe volver a su condición profesional como institución al servicio del Estado, abandonar la política.

 

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