Los nombres de las personas (3)

Aunque no lo parezca, ponerles nombres a los hijos es algo muy especial. Es común que cuando en unmatrimonio la esposa queda embarazada ya empiezan a barajar nombres para la futura prole. Es más, no es extraño que aun antes de casarse, los novios comiencen a pensar en cuántos hijos tendrán y qué nombre les darán. Igual puede ocurrir cuando se trata de muchachas solteras que quedan en estado.

Vimos que muchas veces el nombre de los hijos se selecciona con criterio religioso, como culto a un santo de la devoción de los padres o a un personaje bíblico. Otras veces se opta por un nombre que ya está en la familia: se repite el de algún abuelo u otro ascendiente; de un tío u otro familiar, a los que se busca honrar de esa manera. Obviamente, es motivo de orgullo para cualquiera que al hijo de un familiar se le ponga su nombre. Pero no siempre se trata de familiares, pues no es raro que los hijos lleven el nombre de un amigo a quien mucho se aprecia.

Puede ser también que el nombre elegido sea el de un personaje histórico, de la política, de las artes o las letras, de las ciencias, del deporte, a quien mucho se admira. Muchos Carlos se llaman así por Carlos Marx; los José Carlos por Mariátegui; los Simón por Bolívar; y abundan los Stalin, Lenin, Fidel, Vladimir, Fedor, Alejandro…, algunos de los cuales, aunque no todos, pretenden honrar figuras famosas que a su tiempo llevaron tales nombres. El problema es que cuando los padres llaman de esas maneras a sus hijos no se les ocurre pensar que, andando el tiempo, estos puedan renegar de semejantes nombres, y los mismos padres arrepentirse de habérselos puesto.

Aunque no es muy común, tampoco es extraño que algunas personas sean bautizadas con nombres geográficos, de continentes y de países: América, África, Asia, París, Finlandia, Germania, Grecia, Bolivia, Italia, Zulia, Florencia, Argentina, Francia, Dalmacia, Bélgica, Argelia…

En algunos idiomas, entre ellos el nuestro, es muy común que se empleen nombres dobles para las personas: José María, Pedro Antonio, Carlos Alberto, Ana María, María Luisa, Ana Isabel, Carlos Augusto, José Antonio, Juan Rafael, Pedro Manuel, Rosa Inés, Flor María, José Gregorio, María Isabel, María Elena, Alba Cecilia, Juan Ramón…

En Español ­España e Hispanoamérica­ empleamos para las personas nombres provenientes se diversos idiomas. Los especialistas consideran que a nuestro idioma llegan nombres de personas procedentes de por lo menos cuarenta lenguas distintas. Por razones obvias, abundan los de origen latino: Blas, Bonifacio, Claudio, Clemencia, Azalea, Aurora, Aureliano, Gloria, Germán, Lázaro, Lavinia, Nemesio, Rocío, Rogelio, Salvador, Tiberio, Teresa, Virgilio…