Los obstáculos del Presidente
Estamos en presencia de un presidente angustiado y terco que ha convertido
a su gobierno en el «gobierno de las cabras locas», tal como lo pude
interpretar en el artículo de Simón Alberto Consalvi en El Nacional del
pasado domingo 20. Tal parece que al presidente se le está escapando el
control del país que hoy padece sin esperanzas los estragos del demonio de
la pobreza. Otra situación lo atormenta, la batalla contra los medios de
comunicación quien según él estan formado una cadena en su contra, lo que
demuestra que le teme a la libre expresión y por supuesto a las criticas.
Es lamentable para una Venezuela tan cargada de problemas, tener que
escuchar los alaridos traumáticos de un hombre a quién se le presume no
poseer un norte para orientar al país hacia la democracia. Pisoteando su
propio proyecto constitucional. Cada gesto hitleriano, cada palabra
castrista, cada acción huseinica desconciertan a sus seguidores y
desconfiar en sus promesas populistas.
Es por esta razón que estamos viendo a diario mas opiniones en contra que a
favor y de esta forma este articulo es parte de ello aunque no definitivo:
1) Desde un principio hasta ahora, su intención ha venido diluyendose en la
medida que la opinión de un grupo de intelectuales y mas intelectuales que
él, aunque no se destaquen como bolivarianos y aunque no lean el Oráculo
del Guerrero, se están lanzando en contra de sus ofensivos discursos. Es
una masa de intelectuales sin militancia, de estudiosos investigadores y
catedráticos, analístas económicos y culturales y todos los que
interpretamos la realidad y cotidianidad de este pueblo, aunque no lo
quiero comparar con los años anteriores, Chávez está edificando con otro
estilo, un desastre cultural, económico y social, peor que la tragedia de
Vargas, porque se nos viene encima el deslave social de esa fuerza llamada
pobreza. 2) Desde otros paises que siguen cuidadosamente cada acción
política, se refleja el descontento y la desconfianza, puesto que
Venezuela, por sus complejas relaciones internacionales, por ser un país de
la periferia, con intereses poderosamente capitalistas, no ven con muy
buenos ojos cada paso, cada movimiento del gobierno. La inflación y las
sensibilidad económica y social han despertado grandes conjeturas sobre el
descalabro que se pueda producír y el desinterés por los capitales
extranjeros. 3) La debilidad de este gobierno está a la vista. Aunque posea
los controles judiciales, político y económico, ha perdido el control
social desconociendo ahora las aspiraciones comunes de este pueblo, que por
traumas históricos, ya no quiere nada con los desesperanzadores. 4) El
movimiento que lo representa, el MVR, se está fraccionando, mediatizado por
un grupo, en su mayoria, de resentidos y de incapaces que nunca pudieron
consolidar su capacidad política en sus aspiraciones. Creo que es uno de
los peores obstáculos del Presidente. 5) La ausencia de sus mejores
colaboradores, los tres comandantes, Arias Cárdenas, Yoel Chirinos y Jesús
Urdaneta, quienes son parte del proyecto revolucionario, pues el presidente
con un tono muy dramático y a la vez estalinista les dijo «adios
muchachos», queriendo decír «hasta nunca». Esta actitud le resta
credibilidad y ayudará a fraccionar mas al movimiento y porque no de las
FF.AA.. Es por ello. que ahora es cuando hay laboratorio para estudiar esta
situación de eterna equivocación por parte de Chávez. Oidos sordos y
terquedad son parte de este terrible trauma que estamos padeciendo. 6) El
peor de los obstáculos es la permenente riña que esta experimentando con
los diferentes medios de comunicación. Parece que al presidente se le
olvido que los medios constituyen la fuerza arrasadora y la que ejerce y
crea conciencia en la sociedad, independientemente si es controlada por una
oligarquia o no, pero si es el medio que quita y pone.
A tal efecto, las manifestaciones del espíritu de chavismo se encuentra en
una encrucujada. Su popularidad se mantiene y su confianza se desvanece,
más aún si su estilo de combatiente colonial persiste pasará a la historia
como el caudillo del siglo veintiuno.
