Opinión Nacional

Los resultados y el CNE

 Por su parte, el chavismo recuperó casi 1,9 millones de votos que había perdido entre 2006 y 2010 y creció otros 800.000. Pero, ¿esto refleja la voluntad libre del elector?

El chavismo recobró parte importante de la votación del PPT (350.000 en 2010) y Podemos (425.000), partido recuperados con argucias legales por vía del TSJ. También utilizó el perverso e ilegal mecanismo de la “operación remolque” que volcó el control de los Consejos Comunales, unido a las patrullas de los partidos de gobierno, sobre la población y los empleados públicos usando listas de beneficiarios de misiones, con apoyo de la Guardia Nacional, para hacerlos votar por Chávez, o sus beneficios serían suspendidos. Esta operación permitió que 600.000 personas, que posiblemente se hubieran abstenido, fueran remolcadas, desde las 3pm, según estimó Félix L. Seijas Rodríguez, de la encuestadora Delphos, que monitoreó el proceso con 11 encuestas a boca de urna.

Muchos otros votaron no con una pistola en la cabeza sino pensando que si no votaban por Chávez y se enteraban también perderían los beneficios de las misiones. ¿Cuántos? 200.00, 300.000, es imposible saberlo. Sumen todo y lo restan de los resultados finales y verán que en una elección “libre y justa” con un árbitro independiente Chávez no habría llegado mucho más allá de los 7 millones.

Por su lado, la oposición pierde 280.000 votos por los votos nulos provenientes de las tres tarjetas con la cara de Capriles que fueron compradas por el chavismo. Además los 66.000 de Reina Sequera, quien se cambió a última hora, con una tarjeta maliciosamente llamada “Unidad Democrática”. Ahora el CNE si permite el cambio del tarjetón, para favorecer al chavismo.

Otra tajada que se le quitó a Capriles fue el voto en el exterior. El CNE fue muy diligente en crear Centros de Votación pequeños y acercarlos a la población de las clases D y E, a los sitios de los damnificados, etc., donde por cierto ganó Chávez 2 a 1. Pero no lo hizo en el exterior, donde viven más un millón de venezolanos. Allí se inscribieron unos 100.000, cuando pudieran haber sido quizás más 300.000, quienes hubieran votado masivamente por Capriles. En condiciones normales Capriles hubiera superado los 7 millones e incluso ganar o al menos el resultado habría sido más parejo.

No hubo un fraude sino muchos pequeños fraudes o triquiñuelas- para no herir susceptibilidades-, además de los mostrados, que torcieron la voluntad de los electores. Lo grave es que en muchos de ellos fueron permitidos o participó el CNE. A estas alturas, es ridículo decir que solo debemos cuidar las urnas cuando es imperativo denunciar y combatir los abusos del CNE.

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