Maduro y sus numeritos

Ya él mismo en su calamitosa campaña, había dicho que era arrechísima la responsabilidad legada, por quien todavía espera que algún día deje de exprimirlo y ordene su cristiana sepultura, junto a su abuela Mamá Rosa, en aquellas tierras lejanas y más queridas que las del cuartel de la montaña. Cuando partió por ultima vez, en su cortejo fúnebre de la casa de los sueños azules, lo dejó posesionado con el aval político y el morral cargado con más de20 puntos por encima, de quien le presentó su último combate, para que en tan solo en 10 aventajados días, los perdiera en la primera escaramuza del combate, dando demostración de ser más sonso que ese personaje caricaturesco de la segunda guerra mundial, conocido en el imperio como Beto el recluta.

Acaba de asumir el mando, pero aun los que votaron por él no salen de la angustia que le genera el hecho de tener impugnado por la otra mitad de los electores, su pírrica victoria y que en el término de los próximos 30 días, habrá de aclarar el panorama de tan atribulada y dudosa llegada de primero. Además y al margen de las solidaridades infinitas canjeadas por la fortuna de un Estado dadivoso y manirroto, jamás podrá esconder, que también en el ámbito internacional se siente asediado por la mayoría de los países europeos, el mismisimo imperio y muchos Estados latinoamericanos, que no terminan por darle el reconocimiento internacional, ni a costa del chorro de oro negro, con el que atrajo a los que vinieron a escuchar el bochornoso cacerolazo, mientras transcurría su perorata discursiva.

A pesar de que su parcializada arbitra y presidenta del CNE, ha señalado que no debe crearse falsas expectativas y distorsionar el verdadero sentido de una revisión que forma parte de las auditorías que sistemáticamente se han hecho a la plataforma; el hecho cierto es que en nuestro historial democrático, ni los 28.000 votos con los que derrotó Rafael Caldera a Gonzalo Barrios, generaron tantas dudas como estos resultados electorales, hasta el punto que quienes votaron por el auto destructible candidato, terminaron pidiendo ir al reconteo de los mismos, por aquello de que cuentas claras conservan amistades.

De seguro que el recién estrenado presidente, en su afán por desinfectar la sociedad, limpiar a PDVSA y a Corpoven, perdón, a Corpoelec, de infiltrados trabajadores venezolanos, según sus desvaríos “democráticos” bien aprendidos en la Escuela Ñico López de la Habana, no terminará de despejar bien sus cuentas, y la incertidumbre generada en el mundo; pero mientras se vayan presentando semanalmente los informes de las auditorias respectivas, el que no se ha cansado de aprovecharle hasta la ultima gota de formol al ausente, tendrá que irnos respondiendo como es que en definitiva piensa achicar las tendencias alcista, que sobre la inflación cada vez se consolidan de forma aplastante, en el bolsillo de todos los venezolanos y no de manera fraudulenta.

También el entredicho presidente, y sin convertirse en panchito el matemático, porque sería como mucho pedir, está obligado a descifrarnos, como es que en su interregnum restará para provecho del país, las estadísticas bestiales de la criminalidad, que en estos 14 años han pasado de los 150.000 ciudadanos asesinados, y que por supuesto no se disminuirá con tan sólo esos llamados lastimeros a la paz. A estos numeritos, mientras que le vamos metiendo la lupa, a los que nos tiene a buen resguardo el General Barrientos, sí que debemos exigirle con mucha firmeza una aclaratoria certera; porque en definitiva y al margen del resultado de la auditoria, a los 30 días que tendrá de gobierno expectante, habrá que sumarle los 14 años que lleva enredándonos con sus números enrevesados y cuentas torcidas.

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