Mala Cama

En la opinión de este humilde cronista – humilde por lo de los ingresos,
humildad compartida con el 97.5% de los integrantes de la actual sociedad venezolana- el tipo está mal. ¡Gracias a Dios!
Como el propio paracaidista que es, se lanzó desde las alturas del 87% de popularidad y está descendiendo de manera inexorable. Debe andar en la cota del 45-48% y este humilde cronista piensa que ésas son
extraordinarias noticias tanto para la comunidad nacional como para la
internacional.

El lunes pasado, presencié el «río humano» de su marcha bolivariana, el
evento catapultizador de su campaña reeleccionista, desde la Plaza
Altamira.

La merma

Allí, la marcha – más bien «el paseo», diría uno- arrancó a la 1.10 p.m. y el último de los rezagados desapareció a la 1.50 p.m. Cuarenta minutos tardó, pues, el desfile de las boinas. A mil personas por minutos, son 40 mil. Pero, seamos generosos, olvidémonos de los amplios vacíos que no se perciben por televisión -porque las cámaras van a la cabeza y no reflejan la perspectiva- y regalémosle 10 mil boinas adicionales. 50 mil pues. ¡Máximo!. Según asistentes a la primera marcha, ello representa una merma de 30 mil asistentes. Tanto como los que caben en el Estado Olímpico.

Es la merma natural, producto de 15 meses de atropellos, agresiones , de desgobierno y de desengaños y ˆcuriosamente- coincide con los porcentajes que las encuestas le dan como «tasa de descenso» en su popularidad. Por ello, el tipo -portador de un chaleco antibalas cubierto por una chaqueta de extraño diseño- hizo corto su discurso,…porque la gente se le estaba yendo. Al final, «Globovisión» -al ojímetro- contabilizó unos 10 mil presentes. Malo, malo,…. como arranque del «huracán revolucionario» que -a
partir de ayer- azotará al país, dividiendo a los venezolanos entre buenos y malos y, una vez más, entre revolucionarios y bolivarianos y en contra-revolucionarios y traidores. Está como cansón,…el mensaje.

«Adeco con sotana»

El tipo nada nuevo dijo, excepto que los médicos y los maestros son
«adecos» y que monseñor Baltasar Porras, Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, es «un adeco con sotana. Es una verdad incuestionable y vayan a regarlo por la calle». Porras, adicionalmente, estaría cometiendo el «pecado mortal de engañar a la feligresía» , porque «la mentira es un pecado mortal» y ya rematando: «Dios está con la Revolución». Pienso que Dios está con cada uno de nosotros, con nuestras angustias, con nuestras deficiencias, con nuestras aspiraciones, con nuestros sueños de un país y de una sociedad mejor. Yo no creo que Dios esté con la «revolución» del
tipo ése. Aquella que él dice liderar y que nadie sabe en qué consiste. Excepto que se refleja en la pasmosa multiplicación del desempleo, de la inseguridad, de la desinversión y de la frustración. Yo no veo nada divino en la rampante corrupción, miseria, en la violencia y en la marginalidad, la material y la intelectual, aquella que tiene en el tipo ése su más perfecta expresión.

33 billones

Ese tipo que , según la cuenta de éste reportero, desde l992 inflingió a Venezuela un daño económico de entre US$ 50 y 70 mil millones. Según la paridad actual, se trata de Bs. 33 billones 500 mil millones. En apenas 8 años de presencia en los escenarios del Poder, desató la estampida de los capitales – fueron 6 mil millones de dólares sólo el año pasado- la caída del PIB desde l992 y las nuevas inversiones «cesantes» potenciales, a la expectativa » de lo que va a pasar en Venezuela». Desde que apareció en la escena nacional, cerraron 4.000 empresas y negocios y creó entre 700.000 y un millón de nuevos desempleados. O sea que ése tipo no solamente es «mala cama» política y económica, sino una hipoteca colectiva más pesada que el servicio de la deuda externa e interna ,….juntos. Si lo que afirmo no es cierto, que me corrijan Emeterio Gómez, Francisco Faraco, Janeth Kelly o Tobías Nóbrega. ¿Cómo calcularían ellos el «Efecto Chávez» kryptogénico, sobre la economía nacional?.

«Incapacidad mental….»

Por ello, este cronista -preocupado por el destino de la Patria venezolana- sugiere a sus lectores alentar las esperanzas. En el peor de los casos, el tipo no tendrá mayoría absoluta en la Asamblea -al estilo libio- que se va constituir el 28 de mayo. De tal manera, los magistrados del Tribunal Supremo -a ser designados en algún momento después de ésa fecha- ya no serán productos del dedazo mágico de Don Luis Corleone Miquilena-Micabú. Y ésa Corte Suprema tendrá entonces- sea cual fuere el resultado electoral- a su disposición el artículo de la «Constitución Papel Toilet» que dice: «Artículo 233- Serán faltas absolutas del Presidente de la República: la muerte, su renuncia, la destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, la incapacidad física o mental permanente, certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional,….».

Creo que no será difícil encontrar en Venezuela a 3 siquiatras que -en
junta médica- estén dispuestos a certificar «la incapacidad mental
permanente» del sujeto. Sus 15 meses de gestión pública lo evidencian . Su ex hermano del alma, el siquiatra Edmundo Chirinos, así lo comenta a sotto voce; sus discursos narcisistas así lo prueban. Así, si todo falla, tenemos el Art. 233 de la «bolivariana» para sacarnos ése clavo.

La más grande

El próximo jueves se inaugura en Maracay una gran feria-exposición
agropecuaria y de exportación. Viene la gente de «Guiness» (Book of
Records) para certificar el salchichón más grande del mundo: 11 metros elaborado en la Colonia Tovar y el queso más grande del mundo, entre otras atracciones. Esta nueva iniciativa de Didalco Bolívar y su esposa,
evidencia que -a pesar de la crisis generada en Caracas- las regiones todavía ofrecen creatividad, soluciones y alternativas. Anteriores experiencias, como los mercados populares, contribuyeron a resolver tanto el problema nutricional en el Estado como la falta de mercado para los productores de carne, pescado y pollo.

Por cierto, en las próximas megaelecciones, el único Gobernador que aporta votos a Chávez para la Presidencia es Didalco Bolívar. Los demás aspirantes «chavistas» tienen que confiar en el «Efecto Portaviones» que, día a día , se metamorfosea más en un submarino.