Opinión Nacional

Manual del antichavismo

MANAUAL DEL ANTICHAVIZMO

La oposición considera que sus ataques a Chávez están fundamentados en argumentos tan sólidos que pueden resistir cualquier análisis; pero incurren en elementales errores de exposición, como el de repetirlos tal cual los estuvieran leyendo en un manual convenientemente distribuido. Algunos se los han aprendido tan “de carretilla” que olvidan la obligación de callar ciertas cosas que pueden redundar en su contra: ¡Claro está! Como siempre contarán con un moderador que les ayudará a “enmendar la plana”, a muchos no les preocupan los errores que continuamente cometen; aun así, se pretende contribuir con ellos, al agregarle a su manual un conjunto de opiniones que deben guardarse de expresar en ambientes en los cuales pueda encontrarse quien no haya perdido la memoria de nuestro pasado reciente, ni crea que todo cuanto se difunde por un medio de comunicación sea cierto. He aquí una modesta contribución:

  1. Diga que: “Chávez no posee un proyecto de gobierno”. No diga que: Las 49 leyes incluidas en la Ley Habilitante constituyen el más sólido proyecto de rescate de este país, de las improvisaciones que cada gobierno establecía de acuerdo con la conveniencia personal del grupo que asesoraba al presidente de turno. Las 49 leyes no están concebidas para aparentar un plan de desarrollo durante un lapso presidencial, sino para asegurar la continuidad de un plan de rescate de este país; evitando que cada gobierno pretenda improvisar para favorecer a quienes le financien la campaña electoral. (¡No se le ocurra mencionar que cada una de estas leyes constituye un contrato registrado sobre un área específica, con el cual el pueblo puede demandar el incumplimiento de un acuerdo; expresión formal de un compromiso que nunca antes se estableció!).
  2. Diga que: “La Ley Habilitante es inconstitucional, porque Chávez no consultó al pueblo”. No diga que: En la “cuarta” jamás se consultó al pueblo para la promulgación de ninguna ley; porque todas eran acordadas y aprobadas en una partida dominguera de dominó. Fueron derogadas leyes con un siglo de vigencia, porque durante cuarenta años nunca se tuvo tiempo para actualizarlas. La mayoría de las leyes reactivan la vigencia de otras que fueron promulgadas”; pero que convenientemente se eludió su cumplimiento para no afectar a “las amistades”. (¡No demuestre cuánto les molesta la jugada política de Chávez, al hacerles creer que no promulgaría ninguna ley habilitante y tomarlos desprevenidos!).
  3. Diga que: “Chávez quiere convertir en caja chica a PDVSA. Pretende violentar la meritocracia interna. PDVSA es una empresa de los venezolanos. Es eficaz”. No diga que: PDVSA siempre ha sido una caja chica de los partidos de gobierno; pero los venezolanos no nos enterábamos, porque la prensa “no hurgaba en esos recovecos”. Uno de los “méritos” exigidos para ser directivo de PDVSA es pensar con mentalidad globalizante. Aquellos cuyos “méritos” les permitió ascender hasta los cargos directivos de la empresa, pretendieron privatizarla. Esta privatización estaba aprobada por los partidos de los gobiernos anteriores que hoy presumen de su defensa, y que no fue consultada con nosotros “los propietarios”; ¿quizás porque no existía la figura del referendo? Ser eficaz no es igual que ser eficiente y en eso no se distingue PDVSA de las demás empresas del estado. (¡Evite comparar los costos de extracción y refinamiento del crudo venezolano con el de otras empresas en condiciones similares! Tampoco explique por qué los administradores pretenden percibir más ingresos que los dueños; ni por qué la meritocracia sólo tiene que ser reconocida dentro de PDVSA).
  4. Diga que: “En Venezuela no existe libertad de prensa”. No diga que: A pesar del ensañamiento de tantos medios de comunicación en contra de Chávez, ninguno de ellos ha sido cerrado. Nunca antes los moderadores de los programas de opinión de las televisoras venezolanas se habían alineado tan abiertamente con un bando de los panelistas. (¡Ni se le ocurra mencionar la acción represiva de gobiernos de “la cuarta” sobre los medios de comunicación que no le fueron afectos! Tampoco aclare que organismos como la AIR, que critican a Chávez, representan a los empresarios de medios y no a los periodistas).
  5. Diga que: “Los inversionistas no tienen confianza en Venezuela”. No diga que: Han enviado emisarios alrededor del mundo para crear desconfianza en el país. Para algunos medios de comunicación lo primordial es que Chávez salga del gobierno y no les importa en absoluto el daño que ocasionan con la tergiversación de las noticias. La Ley Habilitante establece un fundamento legal que le brinda la seguridad jurídica que el inversionista extranjero siempre requirió y nunca le fue otorgada, sino hasta ahora. (Tampoco pretenda explicar como los empresarios invierten en la comunista Cuba; modelo al que Chávez, supuestamente, está copiando).
  6. Diga que: “Chávez se rodeó de gente incapaz”. No diga que: La mayoría de sus ministros son profesores universitarios y que Chávez continúa mandando con toda la gente de la cuarta en los organismos del estado; porque tendrá que explicar por qué traicionaron al gobierno después de haberles mejorado los sueldos y salarios. (¡No cometa la estupidez del panelista de un programa de opinión que criticó a Chávez porque los ministerios estaban llenos de cubículos con profesores universitarios; pues no estará criticando al gobierno, sino resaltando que el modelo de universidad que dejó “la cuarta” vive de espaldas a la realidad del país!)
  7. Diga que: “Chávez pretende abolir la autonomía universitaria”. No diga que: La autonomía universitaria es de cátedra; pero que deben rendirse cuentas al ente que suministra los recursos. Ningún gobierno puede financiar un modelo de universidad que se limita a exigir recursos, sin pretensión de organizar su propia administración. (¡Ni se le ocurra mencionar la adquisición permanente de vehículos de lujo y los gastos en decoraciones ostentosas; mucho menos los recursos invertidos en investigaciones insólitas con las cuales sólo se pretende exaltar el ego del “investigador”; sin que ellas redunden en beneficio para el país!)
  8. Diga que: “Chávez quiere imponer el comunismo en Venezuela con la promulgación de la Ley de Tierras; al pretender despojar a los productores del campo de las tierras legítimamente adquiridas”. No diga que: Con la Ley de Tierras se pretende corregir los errores de la Ley de Reforma Agraria, que permitió que muchos productores del campo adquirieran sus tierras de forma legítima; pero que también sirvió para que algunos se aprovecharan de los vacíos legales existentes y se apoderaran de grandes extensiones que cercaron, y que no las explotan adecuadamente. (¡No se le ocurra mencionar que “algunos vivos”, utilizaron las tierras del estado como avales para obtener préstamos de los bancos del gobierno y nunca los cancelaron! Mucho menos que un número, nada despreciable, ha pretendido apoderarse de los recursos hídricos de la nación, en detrimento de la mayoría). Tampoco que los “agricultores de puerto” sólo se han limitado a obtener licencias de importación de productos agropecuarios, en perjuicio de los que si los obtienen en el país.
  9. Diga que: “Chávez irrespeta a la sociedad civil”. No diga que: Chávez ha destruido los mitos, acabado con las leyendas y terminado con “las vacas sagradas” que fueron creadas y mantenidas para engañar a este pueblo. Tampoco mencione que no le perdonarán a Chávez que les haya arrebatado estos privilegios. Para evitar confusiones con respecto a su concepto de sociedad civil aclare que son todas las personas y organizaciones que se oponen a Chávez. (¡No se le ocurra mencionar que Chávez ha demostrado que no es necesario gobernar con los “políticos de oficio” que sólo se limitaban al “ejercicio lingüístico”, porque en su mayoría no produjeron resultados concretos, ni de trascendencia)
  10. Diga que: “El gobierno de Chávez es una sucesión interminable de errores”. No diga que: Sólo comete errores quien se atreve a actuar; porque es más fácil criticar que atreverse a ejecutar actos en los que se pueden cometer errores mayores que los criticados. Tampoco mencione que ninguno de los gobiernos anteriores se atrevió a reformar la Constitución; a pesar de que durante décadas “los expertos” alegaban continuamente sobre la necesidad de ello, y que en la actualidad la examinen con la lupa que no le aplicaron a la anterior. ¡No prometa que, si lo vuelven a elegir, no cometerá los mismos errores de la vez pasada! (No se le ocurra señalar que æ aunque le duela muy en el fondo de su “alma política”æ Chávez se atrevió a realizar los cambios ante cuya sola mención los de “la cuarta” palidecían; cambios que no rectificarían, y sólo se limitarían a un “maquillaje legal”. Mucho menos que, cuando pretendan reescribir la historia contemporánea de este país, aun con las mentiras con las que lo atacan, será imposible no dividirla en “antes, durante y después de Chávez”).
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