Opinión Nacional

Metamorfosis de los venezolanos

Muchos animales experimentan metamorfosis o cambios para llegar a ser adultos y poder reproducirse. Así, una insignificante y fea larva o gusano se transforma en una bella mariposa o en un colorido escarabajo; también un anodino renacuajo en una atractiva rana colorada. En el proceso evolutivo son metamorfosis positivas que permiten adaptarse a diferentes tipos de alimento y aumentar las probabilidades de supervivencia de la especie.

En el caso del ser humano, y concretamente en los venezolanos, pareciera que se ha registrado una metamorfosis negativa. Es lamentable decirlo, pero pareciera que hemos cambiado para mal. ¿O será que estábamos engañados y nunca cultivamos los mejores principios y valores? ¿Será cierto que los descendientes de los poco correctos “Viajeros de Indias” a los que se refirió Francisco Herrera Luque, nunca hemos llegado a ser buenos ciudadanos? ¿ Será que también en cuanto a los principios vivíamos “una ilusión de armonía”, como escribieron Naím y Piñango refiriéndose a la estabilidad política y social y ahora, con la crisis, afloraron nuestros defectos como sociedad?

¿Cómo se explica tanta intolerancia, envidia, descalificaciones, odio mentiras, corrupción y vulgaridad? Quizá muchos casos puedan explicarse debido a que la gente bota los tapones cuando el ingreso no cubre las necesidades mínimas, no consigue medicinas, ni repuestos, tiene deficientes servicios de salud, agua, electricidad y encima todos los días es pasto del hampa y de los atropellos de la policía y de guardias nacionales. También cuando debe emigrar enfrentado múltiples dificultades.

Sin embargo, otros casos son difíciles de entender. Hay compatriotas contrarios al régimen totalitario que sufren menos apremios o que por su nivel de educación deberían comportarse con mayor grado de tolerancia ante opiniones que no comparten, pero que provienen de personas del lado de la democracia. Pareciera que este grupo vuelca su rabia hacia su misma tribu ante la impotencia por no poder salir pronto del régimen criminal de Maduro. Sus armas son los tuiters, artículos de prensa, programas de radio o declaraciones a los medios. Disparan desde la cintura, sin importarles el daño que ocasionan tanto a personas, como a la causa de la democracia y de la convivencia ciudadana.

Quienes fungen de dirigentes, con mayor o menor mérito, deben ser los más cautelosos de no caer en este torbellino de descalificaciones. Algunos dan casquillo a sus simpatizantes o ellos mismos actúan como el titán Crono, quien según Hesíodo en su Teogonía y Ovidio en sus Metamorfosis, castró a su padre para imponerse y devoró a sus hijos por miedo a que lo destronaran. Así, cuando surge alguien que cuenta con aceptación y podría conducirnos a instaurar la democracia, lo descalificamos descarada o subliminalmente.

Durante los primeros años muchos practicaron el apaciguamiento, como describe magistralmente Martínez Meucci en su excelente libro. Algunos, por no entender la naturaleza del régimen, por cálculo político o por intereses personales criticaron los hechos del 11 de abril y del 2 de diciembre del 2002, alegando que los mismos fortalecieron al régimen y lo obligaron a radicalizarse; también que las abstenciones electorales fueron perjudiciales a la causa democrática, obviando que, gracias a la del 20 de mayo del 2018, el mundo democrático desconoció a Maduro y aceptó a Guaidó como presidente (e). El apaciguamiento aplicado por varios dirigentes políticos consolidó al régimen, que hoy controla la Fuerza Armada y un Tribunal Supremo de Justicia ilegítimo pero en funciones.

Por ello, no podemos esperar milagros, ni exigir a Guaidó que por decreto ponga fin a la usurpación o que el 187-11 y el TIAR permitan sacar a Maduro. Es muy probable que a través de la negociación no se logre la salida deseable pero hay que intentarla, entre otras razones, porque eso es lo que desean los países que nos apoyan y que no están dispuestos a sacrificar la vida de ninguno de sus ciudadanos. Por lo pronto hay que apoyar las sanciones que son en contra del régimen y que no incluyen prohibición de adquirir alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad, seguir la lucha con mucho coraje, como predica la gran luchadora María Corina, quien merece el respeto de todos, aunque no se comparta su renuencia a aceptar que la negociación es una forma más de lucha.

Ojalá los venezolanos evolucionemos positivamente, transformando nuestros odios en comprensión de diferentes puntos de vista, pero siempre con el objetivo de salir de Maduro y su pandilla de corruptos y violadores de derechos humanos.

Como ( había) en botica: Al régimen le va a salir el tiro por la culata en su intención de desconocer a la Asamblea Nacional y convocar otra elección. El intercambio entre Maduro y Rafael Ramírez acusándose mutuamente de corrupción y mal manejo de la industria petrolera recuerda el refrán de “cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo”. Más de un año lleva detenido injustamente el doctor José Alberto Marulanda, quien además fue torturado en la Dirección de Contrainteligencia Militar ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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