Opinión Nacional

Mitos políticos y socialismo

Desde marzo del presente año circulan dos importantes títulos: en uno de ellos, 20 expertos disertan en torno a la perspectiva histórica del imaginario, las representaciones, los mitos, los símbolos o las creencias acunadas en este lado del mundo. “Mitos políticos en las sociedades andinas. Orígenes, invenciones y ficciones” (Equinoccio-Universidad Simón Bolívar/ Universidad de Marne-la-Vallée-Instituto Francés de Estudios Andinos, Caracas, 2006), trata de lo que podemos considerar que parece y no es, gracias al esfuerzo de compilación de Germán Carrera Damas, Carole Leal Curiel, Georges Lomné y Frédéric Martínez.

La obra nos permite comprender y asumir los mitos fundacionales, las tradiciones inventadas y las ficciones democráticas que mantienen en pie el edificio de nuestras tensiones colectivas. Una decidida divulgación de los textos puede ayudar al cuestionamiento e, incluso, subversión de aquellas nociones escolares, monolíticas y bien refrigeradas, que son las que nos obligan a vivir en un perpetuo accidente histórico, como ocurre en la Venezuela de estos tiempos.

Destacamos trabajos como el de Graciela Soriano sobre la supervivencia de los problemas y los procesos inconclusos, con la increíble preservación de las mentalidades, pincelando muy brevemente al régimen hoy prevaleciente en Venezuela, objeto de una posterior y formidable consideración por Germán Carrera Damas; el muy acucioso de Támara Estupiñán respecto a la manipulación de Rumiñahui; el de Martínez y el cruce de miradas entre Venezuela y Colombia; los enunciados de Elías Pino para matar a Juan Vicente Gómez; el de la meritoria Yolanda Salas y el caso Piar; la curiosa y sugerente correlación de las proezas militares y la capacidad política fruto de la heroización de acuerdo a Véronique Hébrard. Sentimos modestamente que faltó más a Nelly Arenas y Luis Gómez al trabajar los círculos bolivarianos, tal como hicieron con el imaginario redentor en una interesantísima publicación del CENDES del año 2000; e, igualmente, a Luis Ricardo Dávila al observar nuevamente fenómenos como los acaecidos en 1945 y 1958. François-Xavier Guerra, desaparecido físicamente cuatro años atrás, coloca magistralmente el acento en el proceso independentista de la América que dejaba de ser española.

El otro título, “¿Qué es el socialismo del siglo XXI?” (edición del autor, Caracas, 2006), recoge las precisas y concisas observaciones de José Guerra relacionadas con el marxismo-dieterismo que –por ahora- inspira al régimen de Chávez, hurgando en la llamada teoría (económica) de los equivalentes, la democracia directa y el culto a la personalidad, en el contexto de un pretorianismo de fachada democrática. Particularmente, luce sólido e incontrovertible el análisis realizado sobre las empresas de producción social y, en general, la política económica implementada por el Presidente Chávez, dándole cierta continuidad al tratamiento que inauguró en 2004 al disertar sobre la trayectoria inicial de su gobierno en una materia de difícil incorporación al debate público cotidiano.

Valga señalar, por una parte, la importancia que otra vez cobra el profesional de la disciplina económica en la discusión de aquellos asuntos en los que ya parece costumbre la ausencia del dirigente político inquieto y reflexivo. Por otra, la necesidad de transmitir una angustia más elaborada y serena que, a falta de casas editoriales, obligan al sacrificio de la economía personal. Y, finalmente, los contados autores que punzan la polémica de profundidad cuando se habla de un proyecto socialista desde los clanes ágrafos que manejan el Estado, sobresaliendo Emeterio Gómez, Trino Márquez, Aníbal Romero y el propio Guerra en una tribuna que un día supusimos altamente competida.

Enunciados
Paradigma: el kiosco encarna todo un paradigma urbano en la Venezuela contemporánea, pareciéndose cada vez más la ciudad a los tarantines o locales portátiles y hasta blindados que afloran por doquier. Suponemos la existencia de una habilidosa mafia que los construye restándole espacios físicos constantes y sonantes a la ciudadanía, compensando de alguna manera los niveles de desempleo estructural tan inherentes al socialismo campamental en boga. La Caracas agorafóbica exhibe dos ejemplos promovidos por el mismo Estado, como la ocupación e institucionalización del kiosco en la que era una zona despejada en Bellas Artes, legitimándolo por un punto de venta de libros, o a la salida de la estación del metro en Chacaito, completando la alcaldía el elenco de otros kioscos, carros de comida-chatarra, etc. … Memoria: el auge industrial del petróleo, la telenovela y la belleza prefabricada caló profundamente en el país desde mediados y finales de los setenta, aunque hoy sepamos de una lenta decadencia. Sin embargo, al observar por algunos minutos el desarrollo del más reciente concurso de “Miss Venezuela”, nos llamó poderosamente la atención el cuidado que tuvo la producción del espectáculo al rememorar los éxitos de 1986, con la presencia de tres o cuatro damas que contribuyeron a la única historia que, al parecer, tiene continuidad y consistencia en el país. Cultivo de la memoria que contrasta dramáticamente con otros ámbitos de nuestra vida social, a menos que se tenga por tal la adulteración desfachatada y manipuladora que ha pretendido el gobierno para afianzar el mito de sus orígenes… Cambio ministerial: la prensa se enteró por Gaceta Oficial del reemplazo realizado en el ministerio de Economía Popular. Tres veces curioso, por el hermetismo de un cambio diferido para evitar en lo posible el costo político de las denuncias lanzadas contra la anterior titular del despacho, la cada vez más escasa posibilidad de indagar sobre las vicisitudes internas del poder, así como la nada descartable asignación futura de altos funcionarios sin pasar por la Gaceta bajo el alegato de una competencia exclusiva del Presidente de la República. Por cierto, aún siendo inverosímiles las acusaciones de los parientes de la ministro reemplazada, es de suponer el impacto y la lesión a sus relaciones familiares por una o tres generaciones más que pudieran estimular la imaginación de algún novelista en ciernes…Tuy: acompañamos a César Pérez Vivas, Domingo Piñate y Michel Ferrandina a la gira de Manuel Rosales por el Tuy mirandino. Obviamente, nos llamó la atención el grado de agresión y de violencia del oficialismo que, por recurrente, escapa a la opinión pública con sus detalladas y distintas escenas y modalidades. E, igualmente, la modestia de los recursos del candidato presidencial al encontrarnos al pie de la avioneta que después lo condujo a Maracaibo para otros actos, tan radicalmente diferente a la parafernalia de los viejos candidatos presidenciales que giraban práctica, material y psicológicamente en una suerte de “air force one”… Desespecialización partidista: conversaba con José Ramón Solano en el sepelio de Pedro Contreras Pulido, sobre la notoria ausencia de los especialistas en distintas materias por lo que respecta a los partidos políticos venezolanos. Ni siquiera el petróleo parece obligarlos a un esfuerzo de reconstrucción de los referentes partidistas, ya evidente en los últimos años en la Asamblea Nacional. La actual Comisión Permanente de Energía del parlamento anuncia importantes proyectos orgánicos como el de la reforma del servicio eléctrico, el de minas y el de desarrollo de las actividades petroquímicas, sin que se sienta una respuesta contundente de la oposición que goce de la receptividad de los medios de comunicación. Sin dudas, el problema político es complejo, pero ayudará a su inicial solución el cuestionamiento a la calidad del debate interior de los partidos….

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