Opinión Nacional

No al servilismo de la Asamblea Nacional

Con el rechazo rotundo a la enmienda el próximo 15 de febrero, no sólo estaremos sancionando el capricho y la ambición presidencial, también al resto de poderes públicos consagrados en la Constitución Nacional para ser autónomos, para hoy demostrar a la vista del mundo entero su entrega total e incondicional a los designios del Poder Ejecutivo.

Hoy los máximos representantes de estos poderes saben que en el desdichado lance de febrero, se les va la vida de reafirmarse la decisión del pueblo venezolano manifestada el 2 de diciembre 2007 frente a la fracasada reforma. Por ello alrededor del Presidente de la República se abrigan temerosos, tras un árbol que ya comienza a no dar sombra como otrora.

Este sabe que la joya de la corona ha sido la Asamblea Nacional, a través de ella nombra el Consejo Nacional Electoral, El Tribunal Supremo de Justicia y los componentes del Poder Moral: La Contraloría General de la República, La Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la República. Lo hizo y lo hace mediante una interpretación caprichosa de la CRBV excluyendo a la sociedad civil y organizaciones académicas, a fin de imponer las fichas incondicionales a las ejecutorias presidenciales.

Así también La Asamblea Nacional ha sido el dócil instrumento para aprobar todas las leyes, y al mismo tiempo ha sido capaz de hacerse el harakiri al delegar mediante numerosas leyes habilitantes su competencia legislativa en el Presidente de la República. La ironía es que la paga recibida por arrastrarse ante el Mandatario Nacional, ha sido su propio envilecimiento y desprestigio ante la opinión popular, ante el manoseo morboso y descarado de Miraflores.

Al punto que la gestión de la inefable Presidenta del órgano parlamentario es motivo de burla en cualquier escenario social, político o sindical. Más aún al autocalificarse como defensores del pueblo, cuando ante los ojos del soberano se han convertido en un zoológico amaestrado del régimen.

El balance del Parlamento Nacional es deplorable. Por un lado es una fábrica de producción en cadena, de leyes para beneplácito del Estado Chavista y por la otra arrastra una mora legislativa que afecta precisamente al pueblo a quien dice defender o representar. A 9 años de mandato legislativo ¿por qué no se ha sancionado la nueva Ley Orgánica del Trabajo?, o¿ la ley del sistema de Salud? , o ¿la ley del sistema de jubilaciones y pensiones?, o la definición dentro de la LOT de la oferta presidencial de 1998 sobre la retroactividad de las prestaciones sociales?, o ¿la reforma de la ley Orgánica de Educación?.

Definitivamente la deuda de la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional es dramática, pero lo es más su incapacidad para cumplir con el artículo 201 de la CRBV que reza “los diputados o diputadas son representantes del pueblo y de los Estados en su conjunto, no sujetos ni sujetas a mandatos ni instrucciones, sino solo a su conciencia. Su voto en la Asamblea Nacional es personal”. Lo demás lo interpreta ud. Estimado lector.

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