No basta con el regreso de RCTV
En la Venezuela de hoy, no hay que hacer un gran esfuerzo para darse cuenta que con el paso del tiempo cada vez vivimos peor. Una de las pérdidas más sensibles para muchos, fue generada por el cierre de RCTV.
Mientras el Ministro de Comunicaciones Andrés Izarra, piensa que al sacar del aire al canal de Quinta Crespo purificó el espacio radioeléctrico venezolano, la mayoría del país extraña la recreación y entretenimiento que brindaban.
RCTV sigue vigente como elemento que mantiene la división de los venezolanos, mientras los chavistas ríen y gritan ¡No volverán! Por la oposición responde Capriles, anunciando el regreso del canal a la pantalla de los venezolanos.
No se puede negar el valor de RCTV para la sociedad, fue una ventana para la opinión, asimismo fue la escuela más importante en la formación de actores. Luego del cierre, el gremio de la actuación ha estado de capa caída, ante las pocas producciones nacionales que se han realizado.
Estos tiempos actuales son de compromiso, de encuentro con los venezolanos, unidos tenemos que buscar garantizar la vida, la democracia y el progreso. La televisión venezolana también debe ser revisada, no podemos simplemente contentarnos con hacer lo justo y traer de vuelta a RCTV, lo verdaderamente necesario es lograr que se haga una televisión de altura.
La televisión venezolana estaría obligada a privilegiar las producciones nacionales, promover la educación, garantizar espacios para los productores independientes, el deporte y la cultura deben contar con su tribuna.
Asimismo, es una obligación que se concrete la televisora social, acercarse al pueblo y descubrir las realidades, tradiciones, alegrías y sufrimientos ¿Cuánta gente de verdad ocupa su tiempo viendo a TEVES? convertida en un bodrio politiquero y de mala calidad, solo aquellos que no tienen otra alternativa. Eso debe cambiar.
Venezolana de Televisión también debe ser revisada a fondo, tiene que ser para todos los venezolanos, ha de ser herramienta fundamental de la reconciliación. Programas como la hojilla y sus semejantes tendrán que moderarse, su objetivo no puede seguir siendo la siembra del odio impunemente.
Quienes creen que en Globovisión las cosas se están haciendo bien, también deberían reflexionar, el periodismo debe asumir el rol que le corresponde en las sociedades. Algunos de sus espacios no pueden seguir siendo una ventana de los que se oponen al régimen, deberán hacer un alto, tendrán que ser uno de los caminos de encuentro nacional.
Como verán, la tarea no se simplifica al hecho justo de retornar la señal de RCTV, la cual esperamos sea trabajo del nuevo gobierno. La faena se completará al democratizar a los medios, evitando la intromisión de los grupos económicos y políticos que lamentablemente los distorsionan. La señal abierta es una necesidad, la televisión comunitaria debe existir, no basta solo con el regreso de RCTV.
