No podemos permitir que nos roben la patria, la memoria y el porvenir de nuestros hijos
Es impostergable exigir la remoción de quienes usan al Estado para destruir a Venezuela. No hacen falta más violaciones, es notorio que hace tiempo perdieron la única legitimidad que cuenta y que se fundamenta en el respeto a la ley, a los derechos humanos y a la decencia.
Los partidos tienen la obligación de publicar un documento en el que razonen las causales de remoción y establezcan las coordenadas de acción. Cada una de las directivas gremiales y del Palacio de las Academias deben hacer lo mismo, especialmente el gremio de abogados, filósofos, historiadores, sociólogos y educadores.
Las iglesias, sinagogas y mezquitas tienen que asumir una posición firme y hacer lo mismo haciendo énfasis en los principios morales y éticos. Los internacionalistas han de elaborar un plan de acción para reunirse con la OEA, ONU, Unión Europea, Corte Penal Internacional y demás instancias.
Los estudiantes tendrán que superar sus proclamas transitorias y asumir posturas a tono con el objetivo que se persigue. Los medios transmitir los mensajes democráticos, los columnistas unirse y a ellos deberán sumarse los escritores, historiadores, artistas y la comunidad de intelectuales-creativas.
Los militares tienen el deber de no obedecer al régimen y exigirle la entrega inmediata del poder. Representantes de todos los sectores tendrán que debatir en cabildo permanente hasta que se logre presentar el plan de gobierno para lograr una transición lo menos traumática posible, proponiendo un plan que aborde los problemas del país con firmeza y efectividad.
Se trata de salvar lo nuestro, no podemos permitir que nos roben la patria, la memoria, la tierra de nuestros ancestros y el porvenir de nuestros hijos. Son improcedentes los análisis electorales porque no se trata de mayorías o minorías, sino de hacer lo correcto. Se nos acabó el tiempo. Es inmoral seguir tolerando tanta violación.
