Opinión Nacional

Nuestra Constitución

Es indispensable revisar y evaluar el proceso que supuestamente nos llevará a la soñada «nueva Venezuela».

Sin querer detener este proceso de cambio que vive Venezuela, vital, necesario y trascendental para lograr una re-definición del desarrollo del país en todos sus aspectos, es indispensable revisar y evaluar el proceso que nos llevaría a la soñada nueva Venezuela.

Comencemos con lo que considero son los hechos:

1.- El Presidente Chávez ha tenido éxito en colocar («mercadear») en la opinión de la gran mayoría de los venezolanos, la idea de que el único camino de cambio es a través de la Asamblea Constituyente y de la elaboración de una nueva Constitución. Refuerzan esta idea el elevado porcentaje de votantes que apoyaron la iniciativa del Presidente en la elección del 25 de Abril. Además, el altísimo número de Venezolanos que desean participar como miembros de la ANC, aunado al mensaje particular que están transmitiendo en los diferentes medios de comunicación social, que avalan la creencia de los mismos, que los errores del pasado se eliminarán con una nueva Constitución. Finalmente, el sentimiento generalizado de la población expresado en innumerables encuestas, científicas o no, que indican una clara tendencia del venezolano a creer que con la constituyente su situación personal mejorará instantáneamente.

2.- El proceso regulador de la escogencia de los candidatos ya esta definido por el CNE, las elecciones serán el 25 de Julio, la recolección del numero de firmas está determinado, etc.

Por estas razones el juego ya esta pautado. Así que tenemos que uniformarnos, buscar nuestros bates y guantes y disponernos a jugar, utilizando términos muy familiares para todos, mucho antes que Chavez los pusiera de boga. (Gracias a Aparicio, Vitico, Tovar, Baudilio, Manny Trillo y Galarraga, etc.)
En base a lo anterior -y dado que no se vislumbra una nueva alternativa o alguna que detenga el proceso- a continuación mis apreciaciones:

1.- La nueva Constitución nacional debe ser y ES el punto de partida del establecimiento de una sociedad más participativa, culturalmente más desarrollada, económicamente sólida y competitiva, y respetuosa de las libertades de sus miembros y de la tierra donde esta establecida dicha sociedad.

2.- La nueva Constitución nacional NO será una panacea que erradicará los males que nuestro país padece. Ninguna Constitución lo es. Un ejemplo de ello lo constituye que durante el período 1958-1983 nuestro país vivió sin crisis de ningún tipo, fue ejemplo de la democracia y libertad en el mundo, y nuestra Constitución de 1961 era ejemplo de amplitud en todos los estudios políticos de las más prestigiosos centros académicos del mundo.

Las decisiones erróneas que tomamos los venezolanos eligiendo a personas no idóneas en los cargos de conducción del país, las malas políticas económicas, sociales, culturales que tomaron estos elegidos, desencadenaron la crisis de gran magnitud que estamos viviendo desde 1983. En ninguno de estos dos procesos, la Constitución de 1961 podía mejorar o empeorar la toma de decisiones, ni los resultados de las mismas. La responsabilidad es de la gente que toma las decisiones, no de los instrumentos utilizados para este fin.

3.- La nueva Constitución nacional debe ser y ES un cuerpo viviente, la cual una vez debatida en la ANC y aprobada por los electores, deberá ser corregida, retada, probada, examinada, revisada constantemente por cada uno de nosotros. No podemos permitir que quede estática y la misma deberá establecer mecanismos para su evaluación, bien sea a través de la Corte Suprema de Justicia u otro organismo que la misma disponga.

4.- ¿Para quién es esta Constitución? Y esta es mi mayor preocupación. La nueva Constitución y la formación de un nuevo Estado deberá ser para la inmensa mayoría de los venezolanos, los jóvenes, quienes serán los que tomarán las riendas del país y se desarrollarán dentro de este nuevo marco legal. Por ello considero vital la participación de esta juventud venezolana preparada -la «Generación Viernes Negro»- quienes han vivido escuchando las palabras crisis, corrupción, fraude, clientelismo, etc. Serán ellos los encargados de poner en practica las definiciones de esta nueva Constitución y deberán ser ellos los principales candidatos a su elaboración. Toda democracia permite la libertad de participación de cualquier ciudadano, pero debemos ser extra-cuidadosos en quienes elegimos. Y esta es la clave para el éxito futuro de un proceso constituyente. No debemos elegir a nadie que tenga un pasado asociado con la situación actual de Venezuela. Nadie cambia su modo de pensar y actuar tan rápidamente. Debemos solicitar la información debida de cada candidato que quisiéramos apoyar y descartar aquellos que no inspiren confianza, por muy conocidos que sean. Por ello es muy preocupante el bajo numero de candidatos jóvenes que han declarado su intención de participar como asambleístas en la ANC.

5.- Después de la Constituyente es cuando arranca el verdadero proceso de reconstrucción del país. Si fuimos cuidadosos de elegir personas apropiadas para la constituyente, mas aún debemos serlo para elegir nuevas autoridades. Si no, no habremos hecho nada. Continuaremos con un nuevo marco legal con los mismos tomando decisiones. O sea, mudamos el equipo de estadium, le compramos uniformes nuevos, pero seguimos teniendo bateadores de 150, pitchers que no ponchan a nadie, e infilders que se le van los roling entre las piernas.

La juventud venezolana debe animarse y participar. Tomar para sí este proceso y no hipotecarlo en manos de otros. Lanzarse al ruedo. Demostrar la capacidad que tenemos.

Ph.D. en Ciencias Políticas
e-mail: [email protected]

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