Numerología de campaña: ¿Chávez o Capriles?

Hace meses se desató la guerra de encuestas. Los comandos de campaña de lado y lado han esgrimido estudios estadísticos bien contrastantes, que van desde los que dan una holgada ventaja a Chávez de alrededor de 20 puntos, hasta otros que aseguran que Capriles es quien aventaja al Presidente por 4 puntos.

Estas diferencias generan angustias. Muchas angustias. Cuando las encuestadoras anuncian que darán a conocer los resultados de un nuevo estudio de campo, uno contiene la respiración y ruega por dentro que el candidato de su preferencia salga ganando.

Como una especie de paliativo han surgido iniciativas como las de Christian Burgazzi o la de la ONG Liderazgo y Visión. Burgazzi, un inquieto consultor gerencial, brillante y acucioso, realizó un estudio sobre la desviación de las encuestas junto a otros especialistas. Su análisis concluye que es más probable una victoria de Capriles. Su análisis suena concienzudo y coherente, pero…

Liderazgo y Visión hizo un «encuestómetro» que está en su página web. Mucho más exigente y neutro, se supone que arroja cuán confiable es una encuesta. La verdad yo nunca supe cómo usarlo, pero no me atrevería a generalizar sobre su utilidad basado en mi propia incompetencia.

Escucho además a colegas hacer análisis numerológicos basados en la cantidad de votos obtenidos en las primarias, la movilización de chavistas en el simulacro, las derrotas sufridas por Chávez en las últimas elecciones en lugares claves, etc. Su conclusión es similar a la de Burgazzi… y yo quisiera creer que tienen razón. No tanto porque gane Capriles, sino porque se necesita un poco de certidumbre estos días.

Por razones de trabajo me tocó revisar los resultados de las elecciones de 1958 hasta hoy. En el análisis se evidencia lo que ya se publicó en El Universal el pasado 23 de septiembre bajo el título «Venezuela se equilibra»: este país ha venido perdiendo el rojo desde el primer referéndum de la reforma constitucional. Chávez perdió en ese momento y en las legislativas de 2012, cuando su bloque obtuvo menos votos que la oposición; sin embargo, ganó el 2do. referéndum. Justamente la última contienda en que se jugó el pellejo.

En esta campaña se añade un nuevo ámbito de medición: Twitter, y es allí donde he estado husmeando con más ahínco. Primero hurgando en Klout.com, un reputado índice de influencia en la red, que para mi gusto perdió transparencia debido a cambios en su página. Allí, Chávez estaba por debajo de Capriles por una ventaja no despreciable.

Luego, involucrado con las mediciones del Tuitpulso, que se viene publicando desde el pasado 3 de septiembre en este diario, y que mide lo que llaman el «índice de reputación» de los candidatos. Algo que yo resumo como la percepción que se tiene en Twitter de ellos. Allí de nuevo, Capriles parece dominar la preferencia de los tuiteros la mayoría de los días. Pero ¿Twitter es Venezuela como para generalizar? Obviamente, no.

La angustia seguirá entonces. Sólo el 8 de octubre sabremos quién tenía la razón (ojalá sea el mismo 7, pero con este CNE lo dudo). No será encuesta, ni estudio histórico, ni análisis de redes, sino elección. Con todas las reservas que se puedan tener sobre el CNE, con todas las observaciones sobre el ventajismo oficial, hay ocasiones en que «voto mata acta», y creo que esta elección será así.