Opinión Nacional

Observaciones al Plan Consenso País

Tanto el Consenso País como el Pacto por la Gobernabilidad prueban que el 15 A no es el fín de la CD sino el comienzo pues a partir de allí ha de comenzar la reconstrucción del País, de una Venezuela de Primera, sin exclusiones pues «ni de vaina» estamos luchando por una de Cuarta ni de Quinta….. Este es un mensaje particularmente dirigido a los indecisos. Sin embargo, el Plan Consenso País nos merece ciertas observaciones.

Observaciones al Plan Consenso País

1) El Plan Consenso País fija lineamientos demasiado genéricos por lo que dado la gravedad de la situación y tomando en cuenta los irrepetibles errores del pasado que nos llevaron a la crisis actual, como son, fundamentalmente: demagogia, populismo, improvisación, ineficiencia y corrupción impunes, se imponían, en criterio de quien suscribe, ciertas concreciones;

2) Siendo que la educación está lejos de ser nuestra fortaleza nacional, es menester complementar el Consenso País con una visión más reducida, más concreta, más focalizada hacia los ciudadanos de menor capacidad analítica y, por ende, de menores recursos materiales como intelectuales. Por ello una visión más regional y hasta local, de más fácil comprensión y acorde a las prioridades del ciudadano “de a pie”, procede;

3) A nadie escapa que la meta primordial es la generación masiva de empleos dado la insostenible pobreza del 81% y 54% crítica pero, como destacáramos, ello debe ser sin demagogia ni populismo. Es importante convenir, de antemano, como lo hicieran oportunamente en Chile a la caída de Allende quien también lo sumió en la máxima pobreza, que los problemas sociales se resuelven, básicamente, con la solución de los problemas económicos y no a la inversa como infructuosamente se ha intentado por décadas. Chile y España, en manos de socialistas y a la cabeza de Sudamérica y de Europa, respectivamente, demuestran que el bienestar material y espiritual que viven sus habitantes lo han logrado haciendo énfasis en la economía aunque atentos al aspecto social. “En los 60 se proclamaba “no puede haber desarrollo económico sin desarrollo social”. La receta vendida por los políticos señalaba que sólo un pueblo bien alimentado, culto, con acceso a la salud, a la vivienda, al esparcimiento, podría salir del subdesarrollo. Al Estado -en el fondo a los partidos políticos- correspondía, según ellos, un papel preponderante en el diseño, financiamiento e implementación de estas políticas. El resultado de este enfoque -después de décadas durante las cuales se invirtieron billones de dólares en desarrollo social- fue el colapso total de todos esos programas, la detención del crecimiento económico y el aumento espectacular de la pobreza. Los ministros del área económica propusieron al país un enfoque que significó un viraje de 180 grados respecto de las políticas públicas. Partieron del supuesto de la inexistencia de problemas sociales y de la existencia de grandes problemas económicos. Los problemas sociales no serían otra cosa que problemas económicos no resueltos. En consecuencia, anunciaron al país, de manera prosaica; “solucionaremos los problemas económicos y los problemas sociales se resolverán solos”.” (José Navarro. Chile).

Agregaremos nosotros, que no es con lástima cómo un cirujano amputa un miembro gangrenoso sino con instrumentos quirúrgicos. No es pues con lástima ni con dádivas ni, menos, con populismo ni demagogia como se resuelven los problemas sociales. En síntesis, la solución al problema social es mediante una economía estable en la que la mayoría de los ciudadanos disponga de suficientes fuentes de trabajo para, con ello, asegurarse la adquisición de bienes y de servicios de suerte que el estado resuelva el problema de las minorías carentes de hogar y de seguridad social.

Ello implica estas y otras recetas como:
– Generar confianza en el sistema democrático y en la estabilidad de sus instituciones, en la división de los poderes, creando reglas claras, fijas e impersonales para eliminar la discrecionalidad administrativa fruto de corruptelas;

– Obligar los partidos políticos, brazos de la sociedad organizada encargados de motorizar el sistema democrático y sus instituticones, a mejorar sus cuadros, a tecnificarlos y, fundamentalmente, recordarles que el pueblo es su razón de ser y no su trampolín al poder;

– Desarrollar una administración transparente y controlada con participación directa y continua de la sociedad civil so pena de repetir los errores del pasado tales como corrupción, improvisación e ineficiencia impunes;

– Disminuir al máximo posible el tamaño del estado. No se intente modernizar el monstruo sin achicarlo primero. El despilfarro crece en proporción geométrica al tamaño del estado;

– Crear un sistema judicial pulcro y eficiente, con jueces estables, bien remunerados;

– Que los políticos se dediquen a buscar los mejores hombres y mujeres basados en su capacidad y su honestidad amén de su experiencia para concebir y ejecutar los proyectos de estado;
– Que el estado visualice al empresario, pequeño, mediano o grande, como su socio comercial. Lo que es bueno para la empresa es bueno para los trabajadores, para la economía y para el estado. Sin inversión privada no hay bienestar económico ni social;
– El estado ha demostrado en todas partes ser un mal administrador, luego todo debe privatizarse en lo posible a excepción de PDVSA que ha demostrado ser rentable en el pasado aunque requiera más control;
– Hay que estimular, inmediatamente y todo el tiempo, las áreas que más empleo generan como es la construcción así como la pesquera y la agropecuaria, estas dos tradicionalmente ignoradas, desconocidas y nunca suficientemente valoradas;
– Hay que promover la inversión extranjera con garantía de reexportación de utilidades en moneda extranjera, con un libre y estable tipo de cambio;
– Hay que construir, mediante Concesiones, una eficiente infraestructura portuaria, aduanal, ferroviaria, de autopistas y de carreteras que apoye el incremento de las exportaciones no tradicionales.

– Se debe desarrollar un Sistema de Seguridad Social -con subsistemas de Pensiones y de Salud- basado en la capitalización individual administrado bien por empresas privadas creadas para este fin o por el estado, conforme lo desee el beneficiario;
– Desarrollar un sólido Mercado de Capitales. No botar el dinero en programas sociales. Se solucionan los problemas económicos pues los sociales se resuelven solos. O si se prefiere, se consideran los problemas sociales como problemas económicos no resueltos. Promover la reinversión de las utilidades de las empresas eliminando el impuesto a las ganancias de las personas jurídicas aumentando el impuesto a la renta de las personas naturales (José Navarro) ;
– Acentuar y hacer real la descerntralización administrativa ;
– Ser implacable en el cobro de los impuestos. Castigar de manera ejemplarizadora la evasión tributaria y la corrupción. Esto implica, previamente, una demostración, clara e indudable, de la transparencia de la función y de la administración del erario público. Debe simplificarse la legislación tributaria de suerte que sea inteligible y que su sola lectura no provoque su defraudación;
– Permitir que el mercado determine cuáles empresas deben crecer, cuáles deben reconvertirse y cuáles deben desaparecer, aprovechando y desarrollando los potenciales naturales del país y rechazando el costoso y maligno proteccionismo que ha beneficiado, inútilmente y por décadas, a pocos en detrimento de muchos como son la industria textil, por ej. o la pseudo industria automotriz, con productos más costosos y de peor calidad que en el exterior, abriéndolas a la competencia extranjera y exigiendo a los países socios comerciales que también abran los mercados para sus productos;
– Promover el mayor grado de flexibilidad laboral posible a fin de fomentar el empleo. De nada sirve la legislación laboral si tres de cada cuatro ciudadanos carecen de un empleo formal. Hay que tener en cuenta que en un mundo globalizado, los estados, al igual que las empresas, compiten entre sí por los inversionistas en frentes como seguridad jurídica, transparencia, eficiencia.

Nota: Muchas de las ideas aquí plasmadas se han inspirado o copian un recetario concebido en Chile y comentado por José Navarro.

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