Opinión Nacional

Ojo con los caballos de Troya

El año 13 del presente Siglo, como todos los que le antecedieron, presenta un balance nada satisfactorio, porque si bien en el haber se destacan acápites harto favorables para la humanidad como por ejemplo: los avance en la lucha por domeñar la reproducción de células cancerosas, el avance comunicacional y el dominio de la cibernética, el control de la crisis financiera mundial y muchos logros que escapan a la memoria del octogenario cronista, es menester anotar en la columna de los réditos considerables saldos rojos. La matazón en el medio oriente, cuyo cese no alcanzamos a otear; la hambruna generalizada en el mundo subdesarrollado y la pérdida de oportunidades originadas en la irresponsabilidad de gobernantes inmersos en abyecta corrupción.

Por supuesto Venezuela no escapa a los avatares que sacuden la sociedad mundial, especialmente en lo referente al saldo negativo del balance y no señalarlo equivaldría a maquillar nuestra consciencia y parangonarnos con los maquilladores de los números que ofrece el Instituto Nacional de Estadística y por delante su jefe, Elías Eljuri. Porque aunada a la miserable realidad de desempleo morigerado con la indignidad de ser buhonero, el gobierno oculta las estadísticas escalofriantes del crimen organizado o del cuentapropista, del desabastecimiento, de la indigencia, del estado comatoso de hospitales y centros educativos. Pero por sobre todo lo anterior que es tan sólo una reducida muestra de nuestra tragedia, está la quiebra moral, el desdén por normas éticas, el nada es mejor que cuanto conduzca al pronto enriquecimiento y al goce de todo bien material alcanzable por la vía rápida, sin averiguar o a sabiendas de la procedencia del dinero. Cuidado, ese caballo corcovea.

Los diarios informan del dramático ruego por la libertad de los espías cubanos presos en USA. No sé hasta dónde estira la cuerda ética para solicitar la libertad de un agente de inteligencia de otro país, apresado en flagrancia en actividades que colocan en situación de riesgo la paz y seguridad de la Nación agredida por vía del espionaje. Bueno, como todo el mundo se enteró, el usurpador de la presidencia abogó, contrito y casi lloroso, por la libertad de los agentes del G2 enviados por los hermanos Castro a husmear en archivos y quien sabe en cuantas otras cosas de la vida de los norteamericanos, mientras niega trato humanitario a los presos políticos, como es el caso emblemático de Iván Simonivis y de otros oficiales encarcelados y condenados a largos años de prisión por orden de difunto Comandante Bellaco en Jefe. Tales actuaciones, aparte de no corresponderse con la majestad de un presidente sino con la sumisión a un gobierno extranjero, como lo hace el usurpador que mancilla el cargo, silla y bastón incluidos. Pero cuidado, ese caballo corcovea.

Por último es obligante preguntar ¿Quién gobierna en Venezuela? Al menos yo no lo sé. Porque un día el usurpador convoca a los alcaldes y concejales de la oposición, se reúne con ellos y proclama y hace votos por el diálogo que conduce a la paz política, asumiendo la responsabilidad de la acción y días después el teniente golpista, recién ascendido a capitán, ganoso de hacer de la Asamblea Nacional el Batallón de Blindados Ayala, lo desautoriza desbarrando contra la MUD en correspondencia con su condición y, lo más grave y que debe llamarlo a la reflexión, el ex encapuchado y actual Vice-presidente, para mayor vergüenza de la República, niega toda posibilidad de diálogo utilizando una porción de su capacidad de insulto contra la MUD que, por si no se ha percatado, es la mitad de la Nación. Esos son trapos íntimos colgados en el balcón. Pero, cuidado, ese caballo suele encabritarse.

 

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