Opinión Nacional

Otra vez sobre la reelección indefinidad

El 11/9/06. El Nacional publicó, en una misma página, dos entrevistas divergentes con respecto al anuncio que Chávez había hecho el 1/9/06, según el cual convocaría, en la oportunidad debida, a un referendo consultivo en el cual los ciudadanos se pronuncien sobre la propuesta de incluir en el texto constitucional una norma que establezca la reelección indefinida del Presidente de la República. En la referida ocasión expresaron sus opiniones Carlos Escarrá –ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia y actualmente diputado del MVR- y Román Duque Corredor, quien fue durante unos cuantos años magistrado de la Corte suprema de Justicia y se ubica en las corrientes intelectuales de la oposición.

Escarrá dio respuesta, entre otras, a las preguntas sobre los más importantes asuntos que la proposición de Chávez ha suscitado:
1ª) Todo acto de la democracia se basa en la soberanía popular y en el poder del pueblo. Si se consulta la reelección, será la voluntad del soberano la que prelará allí… Uno de los mejores instrumentos que previó la Constitución de 1999 está en los referendos consultivos. De acuerdo con sus resultados, podrá dar paso a una Asamblea Constituyente o a una reforma.

2ª)…Luego de la consulta hay que hacer la revisión constitucional. Veo que esto es materia de reforma o Constituyente,…y, por lo tanto, hay que seguir los pasos establecidos en la Constitución.

3ª) La instauración de la reelección indefinida depende de la voluntad popular. Lo ideal es que pueda tener sus relevos, pero si la oposición asume una línea de actuación no democrática ello traerá como consecuencia activar los mecanismos constitucionales.

4ª) Si se fortalece la contraloría y la organización social, eso establece los contrapesos ideales ante cualquier alteración que se pueda producir en cuanto al régimen presidencialista. Tenemos que llegar al punto en que el pueblo tenga un autobogierno.

5ª) Se evitaría que tengan más poder los Poderes Públicos y no el pueblo por la vía de las Asambleas de Ciudadanos, cuyas decisiones son vinculantes.

La primera de las tesis expuestas por Carlos Escarrá no es más que la repetición de aquella sostenida por su hermano Germán en la Asamblea Constituyente reunida durante cuatro meses en 1999, cuando actuó como principal experto jurídico del chavismo y revisor final del texto que se convirtió en Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobado en referendo efectuado el 15/12/99. Ese texto expresó en términos equívocos el concepto de soberanía residente en el pueblo, en tanto no dejó en claro que una decisión del pueblo, expresada mediante el voto, no puede contrariar lo establecido en otras normas de la Constitución, puesto que los artículos de ésta deben ser intrínsecamente compatibles.

Si la mayoría del conjunto de los ciudadanos –que es la parte del pueblo facultada para participar en procesos electorales- decidiere, convocada a un referendo consultivo, aprobar que Chávez puede ser reelecto indefinidamente, su decisión no sería válida porque colidiría con la norma constitucional (artículo 230) que claramente estatuye la reelección inmediata y sólo por una vez.

Pese a la notoria filiación chavista de Escarrá, su segunda respuesta afirma claramente, aun cuando no de manera directa, que el camino señalado por Chávez no puede y no debe seguirse.

La tercera, en cambio, contradice abiertamente a la anterior y pone al desnudo las carencias morales del entrevistado.

La cuarta y la quinta muestran cuán simples y absurdos son los conceptos con los cuales el chavismo oficial intenta fundamentar su “democracia revolucionaria”.

Román Duque Corredor, por su parte, respondió en los términos siguientes a las principales interrogantes que le fueron formuladas:
1ª) La reelección indefinida atenta contra el principio republicano de la alternabilidad del poder. En este caso, el Presidente sería el único que disfrutaría del privilegio.

2ª) Desde el punto de vista jurídico, lo que da verdadera legitimidad y eficacia a la responsabilidad del Presidente es que su elección no se haga sino por dos períodos.

3ª) El planteamiento de la reelección indefinida está muy ligado al de convertir a Venezuela en un Estado socialista, donde el jefe pervive en el ejercicio de su cargo de manera indefinida.

Tanto la primera como la segunda afirmación de Duque Corredor van a lo sustancial del asunto, defienden acertadamente un principio que caracteriza a toda democracia real y ponen al descubierto la gran contradicción que hay entre la proposición que Chávez anunció y el texto de la Constitución que él mismo ordenó aprobar, en 1999. Pero en la tercera comete el error –muy extendido en el campo sociocultural al que pertenece- de sostener que Chávez y los otros integrantes de la camarilla militar-civil que monopoliza el poder estatal se encaminan a establecer un régimen socialista. Si de veras existe tal propósito –sobre lo cual no puedo discutir ahora- el mismo es irrealizable. La actual realidad del mundo hace imposible que aquí, y en cualquier otro país del mundo, haya una revolución socialista. Lo mismo cabe decir de la realidad imaginable, sobre la cual podamos pensar con un grado indispensable de rigor.

Si Chávez mantendrá o no su reciente proposición sobre su reelección indefinida es cosa que está por verse. Comoquiera que sea, la oposición democrática debe continuar la discusión al respecto –y más aún: acentuarla –de manera tal que su alcance se extienda lo más posible entre las masas opositoras y las no opositoras, pero descontentas.

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