Opinión Nacional

¡Papita, maní y tostón! bolivarianos

Contra todo y todos estamos blindados: contra la crisis mundial, contra el Imperialismo genocida, contra el antioqueño desleal, contra el Rey que manda a callar, contra el Negro consentido, contra el peruano asilador, contra el clero apátrida, contra el Laureano y el Zapata vacilador, contra el Alcalde Mayor, contra los Gobernadores electos, contra la gripe aviar y, más recientemente, contra la llamada porcina, que unos llaman mexicana y otros NI NI, en jerga que no es de política interna sino sanitaria de la Organización Mundial, una tal OMS.

Contra todo y todos estamos protegidos, blindados, salvo contra la amenaza endógena que se cierne en cada cola bolivariana, en cada carro oligarca, en cada familia escuálida, en cada Simoncito, en liceos y universidades, en estadios y campos deportivos, en la playa y en la montaña, en el club burgués y en la taguara popular, en los ventorrillos y chiringuitos, en el Palacio Presidencial y en la Sala Situacional, en el hotel de los cubanos y en el campamento de las FARC:

No crea que es una bomba nuclear, una mina escondida, una guarimba, una emisión de Globovisión, un oficial retirado y alzado, un periodista ejerciendo su oficio, un alcalde o un gobernador electo, el PPT o el PCV, el ingrato PODEMOS, un estudiante, una universidad autónoma, una marcha multitudinaria demandando la renuncia del que no quiere irse – ni de vaina – nada más alejado de la realidad.

La amenaza real y latente está en manos y ofertas de buhoneros y comerciantes informales, de los quiosqueros, quincalleros y regentadotes de expendios de alimentos, de los vendedores de chucherías en playas, colas y alcabalas, en fin, de los que se rebuscan todos los días vendiendo sendas bolsas de papitas, maní y tostón.

La UCV, siempre venciendo a las sombras, acaba de denunciar y advertir que esas inocentes bolsitas de papitas, maní y tostón pueden albergar el virus de la tuberculosis y de otras enfermedades contagiosas, debido a que son infladas directamente de la boca del que las rellena, sin ninguna consideración higiénica ni control sanitario alguno.

Camarada, la amenaza no es la planta insolente del extranjero sino el hálito insano de un camarada revolucionario no atendido por Barrio Adentro VII, el único sitio bolivarianamente autorizado para detectar el bacilo de Koch, y el que está como todo en el desgobierno en demagógico anuncio de cadena, en proyecto revolucionario que nadie ejecuta, y a ninguno le concierne.

¡Papita, maní y tostón! ¿Venceremos?

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