Opinión Nacional

“Para andar sobre el azul marino hay que mirar hacia el azul del cielo”

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Hace no mucho tiempo escuché a un estadístico, decir que en Venezuela hay más muertos por hechos del hampa que los muertos que hay en la guerra civil de Siria. Además, metió en el paquete la guerra de Irak y Vietnam. Aquello me alarmó en gran medida y me puse a investigar y llegué a la conclusión que lo que dijo era cierto.

De acuerdo a esto, hoy en día, es más peligroso viajar a Venezuela que viajar a Siria. Esto implica que hay en Venezuela una guerra civil no declarara, que si se pudiera expresar quién le declaró la guerra a quién, habría que decir que es una guerra que le declaró el hampa a los ciudadanos, con la diferencia que los ciudadanos estamos desarmados ya que las armas las tienen los delincuentes. La actual situación, llega a unos límites, que sin exageración lo que los ciudadanos podemos decir es “toma todas las precauciones” y “sálvese quien pueda”.

Por otra parte, fue sumamente notorio, tanto nacional como internacionalmente, el horrendo crimen de la popular y muy querida ex miss y excelente actriz, Mónica Spear y su esposo Thomas Berry, y también de la pequeña hija de ambos, de cinco años y llamada Maya, quien quedó herida, se puede decir que Maya sobrevivió a una masacre.

El atroz crimen fue perpetuado el lunes 6 de enero cuando el carro en que viajaban sufrió un desperfecto en el sector El Cambur, en la autopista Valencia-Puerto Cabello.

Mucha gente no se enteró que el mismo lunes 6 de enero, asesinaron al profesor Guido Méndez y a su señora madre. Fue en Casalta y lo fue a cuchilladas y al mejor estilo Freddy Krueger. Con todo respeto a todas las partes sufrientes, hay que decir que no se puede desconocer que ni el señor Guido Méndez ni su señora madre eran muy conocidos, ni nacional, ni internacionalmente. No sucedía lo mismo con Mónica Spear, quien sí era muy conocida, muy querida y muy popular, tanto nacional como internacionalmente.

La triste y deplorable noticia del atroz crimen de Mónica Spear, su esposo y su hija, le dio la vuelta al mundo en cuestión de segundos. Las principales cadenas de televisión, radio y prensa mundial, inmediatamente reprodujeron la noticia, amén de las redes sociales, que han demostrado tener una rapidez y una fuerza, muy impresionantes. Mónica Spear fue Miss Venezuela y quedó cuarta en el Miss Universo. Era una excelente actriz que luego del cierre de RCTV, se fue a trabajar en la cadena Telemundo y estaba residenciada en Miami.

Era imposible tapar la noticia, que no causara el repudio y la condena mundial que causó. Por lo tanto, el caso Thomas Berry-Mónica Spear, causó un efecto dominó comunicacional, ya que puso en la palestra y en primer plano, el caso de profesor Guido Méndez y su señora madre, que hubiera pasado desapercibido de no haber sido por el caso Berry- Spear.

Hay que tomar conciencia que el caso Berry- Spear, fue policialmente resuelto de manera rápida, debido a una muy fuerte presión de opinión pública, tanto nacional como internacional, debido a lo antes dicho de lo carismática que era Mónica Spear.

¿Qué hubiera pasado si en vez de tratarse de Mónica Spear la que hubieran asesinado, hubiera sido una señora desconocida? La respuesta es que muy probablemente, solo se hubieran enterado los dolientes. En consecuencia, la tragedia de la familia Berry- Spear, vino a ser la gota que derramó el vaso, para que se terminara de tomar conciencia de la verdadera gravedad del problema del hampa en Venezuela y que por fin, se dejara la política comunicacional de afirmar que la inseguridad era “una sensación”. Una “sensación” causada por una “matriz mediática desestabilizadora”.

Es decir, de acuerdo a esta última manera de comunicar los sucesos criminales, se pudiera colegir que la madre que lloraba por su hijo asesinado, lo que tenía era una “sensación” que se lo habían matado pero que no era verdad. Es decir, no se le mataron. Lo que tenía era una “sensación” que se lo habían matado.

No es la primera vez que en Venezuela suceden masacres. A nuestra mente llega el recuerdo de los estudiantes asesinados en el barrio Kennedy, en el año 2005. El de los hermanos Faddoul y el chofer, en el año 2006 y también en dicho año, el secuestro y posterior brutal asesinato de Filippo Sindoni, por solo citar 3 casos entre muchos. En los tres casos antes dichos, al principio, se hicieron algunos gestos por parte de las autoridades correspondientes para hacer justicia pero al final, a dichos casos se les terminó echando tierra, quedando prácticamente impunes.

Como pueblo, nosotros no éramos así. En su primer gobierno, el Dr Rafael Caldera, dijo que el pueblo venezolano era un pueblo de corazón noble, un pueblo en el que no era fácil sembrar el odio. Sin embargo, al día de hoy, nos hemos llenado de odio violencia, aunque como en todas las cosas, siempre hay honrosas excepciones.

En líneas generales, nuestras diferencias se resolvían de la misma manera como se resolvían las diferencias entre ser del Caracas o ser del Magallanes. Lamentablemente, hoy no podemos decir lo mismo.

En ese sentido, pareciera que se pudiera parafrasear al Dr Gonzalo Barrios, quien una vez dijo que “en Venezuela la gente roba porque no tiene razones para no robar”. Luego, hoy en día, pareciera que la gente mata porque no tiene razones para no matar. Hay también un aspecto religioso, al que quisiéramos darle en este trabajo al menos unas pinceladas:

Se dice mucho que lo que está pasando hoy en día en Venezuela, es una pérdida de valores morales. Esto lo dicen tanto creyentes, como no creyentes. Sin embargo, la causa de la pérdida de esos valores morales, es la pérdida de los valores religiosos. Bien lo dijo Simón Bolívar, el único y verdadero Libertador que hemos tenido:

“Sin la conciencia de la religión, la moral carece de base”.

Todo el actual horror que estamos viendo hoy en día en Venezuela, es por no ver los Mandamientos de la Ley de Dios, como Mandamientos que se derivan de Dios, dados directamente a Moisés en el monte de Sinaí sino meros convencionalismos sociales o preceptos meramente humanos, que se cumplen no por una convicción religiosa como tal como sino solamente por miedo a la sanción civil/penal terrenal.

Con lo arriba dicho no estamos diciendo que las leyes civiles no sean importantes y necesarias, sino que por encima de todo están las leyes de Dios, tal cual está el azul del cielo de arriba que está por encima del azul del mar abajo; como muy bien lo expresara Andrés Eloy Blanco en su “Canto a España”:

“Tú recuerdas al nauta en su camino que es Dios quien fija el rumbo y da el destino y el marino es apenas la expresión de un anhelo, pues para andar sobre el azul marino ¡hay que mirar hacia el azul del cielo!”

El V Mandamiento de la Ley de Dios, “no matar”, muchos lo ven como una norma meramente humana, que dice: “mata, pero que no agarren”. O en caso del Séptimo que dice “no robar”, pero que hoy en día, muchos lo traducen: “roba pero que no te agarren”, o con el Octavo que dice: “no levantar falso testimonio ni mentir”, pero que hoy en día, muchos lo traducen como “miente pero que no te descubran”, y así, con cada uno de los X.

Es obvio que los asesinos de Mónica Spear y su esposo Thomas Berry, y también los del profesor Guido Méndez y su señora madre, pensaron que tenían impunidad, tanto ante Dios, como ante los hombres. El Libertador lo expresó muy bien: “a la sombra de la impunidad se cometen todo tipo de crímenes”.

Dichos asesinos, no solamente no tuvieron el freno de la ley penal terrena, que considera delito el asesinato, sino que tampoco tuvieron el freno de la Ley de Dios, como lo es el V Mandamiento que dice “no matar” y que considera el matar, como un pecado mortal y que si el que cometió un asesinato no se arrepiente antes de morirse, se expone a la condenación eterna, porque si bien Dios es Misericordia Infinita, también es justicia infinita.

El término infinito no admite límites, porque si Dios fuera más misericordioso que justo, sería Misericordia Infinita pero Justicia finita, pero no es así. Dios es Misericordia Infinita y a la vez, Justicia Infinita. La misericordia no repele la justicia y viceversa.

No podemos olvidar lo que es el Juicio Final y que se explica de la siguiente manera:

La muerte es «la separación temporal del cuerpo y el alma». El ultimo día, ese cuerpo muerto, Dios lo resucitará y lo unirá de nuevo al alma que no murió, cuando murió muestro cuerpo.

Ese será el día en el que Jesucristo, vendrá, como dice El Credo, «a juzgar a los vivos y a los muertos». Los para ese momentos, vivos, también morirán, como lo dice San Pablo, pero ese mismo día resucitarán. Es de notar que el término “día”, en el lenguaje bíblico, no necesariamente quiere decir “24 horas”. En el lenguaje bíblico, la palabra “día”, más bien se traduce como “período”.

Por lo tanto, cuando en el Génesis se dice, que Dios hizo el mundo en seis días, eso pudiera significar “millones de años”. Ese último día, que será el de la segunda venida de Jesucristo al mundo, en el que vendrá desde la Derecha del Padre, en la que actualmente está sentado y que cubierto de gloria y majestad, y no como en el portal de Belén, en el que vino pobre y humilde, será el día que vendrá a jugar a los vivos y a los muertos. Solo Dios sabe cuándo será ese día. La explicación de todo esto, está en el texto del Evangelio de San juan, que tiene que ver con la Resurrección de Lázaro:

“Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas”.

Jesús dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último día”: Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, no morirá para siempre.

¿Crees tú esto? Ella le contestó: “Sí, Señor, creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. Juan 11, 20-27

El día del Juicio Final se hará la justicia que no se hizo aquí en la tierra. Todo se aclarará. Todo se pondrá en su justo lugar. Las cuentas pendientes se pagarán. Lo burlado y estafado, también se pagará. No siempre se hace justicia en esta vida. Lo torcido será enderezado. El mal será reparado. A veces, las cosas quedan impunes. A veces, los jueces son sobornados. A veces se hacen muy imperfectos acuerdos de paz, destinados a evitar guerras o a salir de ellas. Por eso, a veces, los acuerdos de paz, son males menores destinos a evitar o a salir de una guerra peor.

Por eso Jesucristo dijo:

“La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27).

Lo antes dicho, será hecho de acuerdo a la perfecta justicia divina y no a la imperfecta justicia humana. La paz del mundo es imperfecta. La paz de Dios es perfecta. Por eso, cuando es imposible hacer justicia en esta tierra, no hay que vengarse, hay que dejarle la justicia a Dios, quien es también Sabiduría Infinita y sabrá el momento justo para hacer Justicia Perfecta, bien sea en esta vida o en la otra. Para Dios, no quedará crimen impune. Esto es algo que parecieran perder de vista los que asesinan.

Hay un ejemplo en la historia que nos puede ilustrar muy bien lo que sucede cuando se pretende prescindir de Dios y las consecuencias nefastas que eso trae y es el caso de la Revolución Francesa. En dicha revolución, se creó una situación, en la que por parte Robespierre, Danton y demás jacabinos, se le dio la espalda a Dios. Se pretendió expulsar a Dios de Francia. Robespierre proclamó a “la razón” como “diosa”. A tal efecto, usurpó la catedral de Nuestra Señora de Paris. Los jacabinos pretendieron sustituir el culto a la Virgen María que se le rendía en dicha catedral, por el culto a la “diosa razón”.

Robespierre se auto proclamó “pontífice máximo del culto a la “diosa razón”. Es decir, pretendió sustituir al Papa. Dicho de otra manera, se auto proclamó Papa.

Robespierre, Danton y demás jacabinos, tenían una filosofía atea, racionalista y libre pensadora, que nos les impidió crear la famosa guillotina, en la que, en la llamada “plaza de la concordia”, guillotinaron a todo tipo de inocentes. Al final, los guillotinadores, terminaron guillotinándose entre ellos mismos.

Cuando Danton subía al cadalso le dijo a Robespierre:

“Robespierre, el próximo serás tú”.

Y así fue.

Danton fue el penúltimo de los revolucionarios guillotinados y el último fue Robespierre.

En la práctica, en dicha revolución, no hubo ni libertad, ni igualdad ni fraternidad. Pocas veces en la historia ha habido un baño criminal de sangre más injusto que en dicho momento.

La Revolución Francesa fue uno de los actos históricos donde más gente fue injustamente masacrada en la guillotina, sin ni siquiera juicio previo.

Con la guillotina que guillotinó al guillotinador Robespierre, terminó la Revolución Francesa.

Obviamente, que hay obvias diferencias históricas entre la Revolución Francesa y la actual situación de hampa desbordada que hoy en día sucede en Venezuela. La catedral de Caracas no es el templo de la diosa razón y ni existe un Robespierre que se haya proclamado como el sumo pontífice de la “diosa razón”. Sin embargo, hay algunas semejanzas. En Venezuela, no hay una declaración de “estado ateo anti clerical, como se hizo en la Francia de Robespierre y Danton, pero sí hemos caído en un olvido de Dios, en una tibieza en la manera de practicar la religión, en un “no hacerle caso a Dios”. Hemos pretendido, si bien no expulsar, por lo menos ignorar a Dios en Venezuela, pese a que la República de Venezuela fue consagrada al Santísimo Sacramento del Altar, por los obispos venezolanos, el día 2 de Julio 1899 y que tiene como patrona a la Virgen de Coromoto.

En la Francia de la Revolución Francesa, la guillotina se salió de control y causó estragos. En la Venezuela de hoy en día, el hampa y la inseguridad se nos fue de control, y también están causándonos estragos. Cuando se va de la mano de Dios, las cosas salen bien. Cuando no se va de la mano de Dios, las cosas salen mal. En efecto:

“Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca vi a un justo abandonado.” Salmo 37: 25.

“Apártate del mal y haz el bien, y tendrás una casa para siempre. Porque el Señor ama lo que es justo y no abandona jamás a sus amigos. Los pecadores perecerán para siempre y se acabará la raza de los malos. Los justos poseerán la tierra y habitarán en ella para siempre. Salmo 37: 27-29.

“Y poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca les falte nada y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena”. 2 Corintios 9, 8.

El cardenal Urosa expresó mucho mejor que este servidor, la necesidad de como hijos pródigos, volver a la casa del Padre y en consecuencia dejar la violencia, los asesinatos y la matazón que nos está destruyendo como pueblo, como país, como nación, república y como sociedad. Nos estamos desangrando. Tenemos que aplicar un urgente torniquete y el mejor de todos, es el torniquete del freno religioso. En efecto, el cardenal Urosa dijo:

“Los venezolanos tenemos que encontrarnos como hermanos”

“En nuestras iglesia estamos llamando permanentemente a que vivamos como hermanos, a que dejemos a un lado el odio, el egoísmo, la indiferencia, el rencor. Que verdaderamente nos encontremos todos como hijos de Dios y hermanos de Jesucristo Nuestro Señor”, dijo Urosa al concluir la Misa por la Paz.

El Cardenal Arzobispo Jorge Urosa Savino, presidió este domingo una eucaristía en la Catedral Metropolitana de Caracas, con motivo de la Jornada Mundial por la Paz convocada por el Papa Francisco, recordando que en Venezuela “estamos llamados a vivir la hermandad”, e insistiendo en la necesidad de “renovar el sentido de fraternidad”.

El Cardenal Urosa Savino estuvo acompañado por el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), y arzobispo de Cumaná, Monseñor Diego Padrón Sánchez; por el Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, Monseñor Rüdiger Feulner, así como de sus obispos auxiliares: Monseñor Tulio Ramírez y Monseñor Jesús González de Zárate, también secretario general de la CEV.

El Cardenal Urosa condenó la “violencia asesina” que existe en el país. “No puede ser que haya tanta violencia, tantos muertos, tantos enfrentamientos entre venezolanos, y tantos asesinatos por razones absolutamente deleznables”. Y añadió: “Tenemos que encontrarnos como hermanos. Ese es el gran mensaje de Jesucristo que nos da el Papa Francisco, y que quiere hacer más vigente en el año 2014”, dijo.

 

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