Opinión Nacional

PEI o noPEI

I)      Antecedentes
        A finales de sus sesiones del año pasado -entre gallos y media noche, sin la más mínima participación ciudadana y alterando radicalmente el espíritu que en el año 2005 había animado a la primera reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI)- la Asamblea Nacional procedió a sancionar una nueva reforma a esa Ley y eliminó el Programa de Promoción del Investigador (PPI). Seguidamente, el Observatorio Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (ONCTI) dictó el reglamento del substituto de ese programa que había estado vigente desde el año 1990 y creó el Programa de Estímulo a la Investigación (PEI).
        El PEI no resultó ser muy diferente al PPI. Sigue siendo un programa oficial de cobertura nacional, destinado al quehacer científico y mayormente desconectado de lo tecnológico. Ambos programas están en manos del ONCTI y bajo la misma estructura administrativa; los destinos de los supervisados lo deciden Comisiones de Area; sus inscripciones son por vía electrónica con soportes en físico (aunque la del PEI fue muchísimo más engorrosa que la del PPI) y jerarquizan su membresía en categorías determinadas por la reputación (endógena o exógena) de la publicación científica.
        Entre las diferencias aparentes de los programas está lo del estipendio; en el PPI, éste venía automáticamente con la acreditación mientras que en el PEI, aparentemente, este está condicionado a la obtención y ejecución de un proyecto de investigación sancionado por el Ejecutivo. Al menos eso fue lo que proclamó el Ministro Menéndez cuando anunció la muerte del PPI y el nacimiento del PEI que: «El eje central de la investigación no es el sujeto, no es la persona, es que exista un producto concreto que es la investigación». Enfatizó que «La premisa del cambio de este programa se fundamenta en no dar un sustento, recurso o dinero por el supuesto de la condición de investigador, sino otorgarlo en función de una investigación. Lo que interesa es incrementar el número de investigaciones que tengan aplicación, desarrollo, productividad y la posibilidad de construir la felicidad para el pueblo».
        Como justificativo al cambio de la política pública en ciencia y tecnología que conllevó la última reforma de LOCTI, se discurrió desde lo romántico-ideológico hasta lo rupestre-pragmático. El dictado de unas prioridades que respondían a contingencias estrictamente circunstanciales, como fueron las de orden climático o eléctrico de finales del año 2010, son el mejor ejemplo de lo segundo. Sobre lo primero, basta señalar que mientras en un país es posible que exista un investigador sin trabajos en su haber, en ninguna parte del globo -Cuba incluida- se encuentran investigaciones sin investigadores. No obstante, en los predios del socialismo del Siglo XXI, a los ‘investigadores’ sin investigaciones se les llama ‘cultores’ mientras que a las ‘investigaciones’ ignotas se las consideran éxitos de la Revolución.
        En la esfera de lo político, el Gobierno añora un sitial predominante en el sector académico. Para alcanzar su sueño, ha impuesto un cerco presupuestario sobre las grandes universidades, secado las fuentes de financiamiento tradicionales de la ciencia minimizado la acción de FONACIT (y las FundaCITES regionales) y centralizado en una sola oficina pública caraqueña los recursos disponibles por LOCTI.
        Ante todo ello, si un científico venezolano quiere disponer de un unos realitos para que un proyecto de investigación le permita adquirir insumos, comprar un aparato o un librito y acercarse a una reunión científica, tendrá que aceptar todas y cada una de las exigencias que les formule el ONCTI, administrador de los recursos LOCTI.

II)     Los Hechos
        A pesar de que fue muy grande el disgusto que causó la supresión del PPI, las molestias que generaron los innumerables escollos que estableció el Registro Nacional de Innovación e Investigación (RNII) -creado como alcabala del ingreso al PEI- y la desconfianza que introdujo la composición de las Comisiones Evaluadoras del PEI, muchos de los veteranos -miembros del PPI- y una buena partida de jóvenes mayormente inexperimentados terminaron acudiendo a las puertas del nuevo Programa. Ello dio como resultado que las instituciones académicas mantuvieron casi inalterable el número de su personal bajo el subsidio salarial que implica el incentivo oficial; antes con el PPI ó ahora con el PEI.
        La falta de confianza en las Comisiones Evaluadoras ha estado más que justificada. Por ejemplo, de todos sus miembros apenas uno alcanzó un alto nivel jerárquico dentro del PPI y más de la mitad de ellos nunca ingresaron ase programa. En las Comisiones brillan por su ausencia calificados profesores de otras universidades nacionales, como LUZ, ULA, USB, IVIC o UDO, pero sí fulguran chocarreros de Venezolana de Televisión. Finalmente, un altísimo porcentaje de sus miembros provienen de un solo sector de la sociedad: UCV y con manifiesta preferencia por el oficialismo de acuerdo a la lista Tascón.
        A mediados de junio pasado, el ONCTI dio a conocer la lista preliminar con los acreditados del PEI elaborado por un baremo automatizado del RNII. Quedaron preclasificados dentro del Programa 6.750 solicitantes (aunque la lista publicada abarca a 6.721 personas plenamente identificadas). Recientemente, 352 nuevos profesionales -escasamente identificados- fueron ingresados al PEI por la vía de reclasificación. Como referencia vale la pena señalar que la base de datos del PPI llegó a registrar 11.925 aspirantes en sus 18 años de existencia. De estos, fueron seleccionados por las Comisiones de Area para ingresar al Programa 8.870 investigadores. La última cohorte del PPI fue la del año 2008 y contó con 6.038 investigadores que, en el año 2009, aumentaron a 6.829 por los 791 integrantes de la memorable ‘cohorte fantasma’.

III)    Implicaciones
        Si se toma como valido el numero de 13.182 personas que para el 31 de marzo estaban en proceso de tramites electrónicos ante el RNII para su ingreso al PEI y la conformación de una primera cohorte de este con 7,100 miembros, es válido concluir que la eficiencia del sistema de promoción fue cercana al 53%. Ciertamente, Miraflores aspiraba a incorporar a la primera cohorte de su programa estrella en ciencia a un número mucho mayor de lo que contó el PPI en su última edición; de acuerdo al inefable exMinistro de Ciencia, Jesse Chacón, el Gobierno apuntaban a casi el doble; para ser exactos 10,187 investigadores anunciados para el año 2009.
        Al comparar entonces los 6.829 miembros del PPI para el 2009 vs los 7.100 miembros del PEI en el 2011 y conociendo que al PEI ingresaron 4.516 investigadores que de una u otra forma habían entrado en contacto con el viejo PPI, se puede decir que 58% de los investigadores veteranos del país compraron el nuevo esquema de incentivos. Empero, también lo hicieron unos 2.500 nuevos profesionales que no habían tocado antes las puertas de un programa oficial de incentivos a la investigación. Estos guarismos pueden ser vistos como un éxito para quienes se oponen al PEI o un fracaso para quienes defiende al Gobierno.

IV)     Los Proyectos de Investigación
        En relación a la subvención de proyectos de investigación, hace unos meses, el Ministerio de Ciencia y Tecnología invitó a los investigadores e innovadores nacionales a canalizar su creatividad y resolver lo que consideraban los problemas más importantes del país y que quedaron concentrados en cuatro grandes áreas prioritarias; vivienda y hábitat, desarrollo urbano, cambio climático y, eficiencia energética. Mediante un programa de financiamiento de proyectos de investigación que calificaron como ‘estratégicos’ o extraordinarios, se pretendía mostrar, en el corto plazo, la pertinencia de la nueva ciencia venezolana. Hace uno días el ONCTI reveló la lista de los proyectos a ser ejecutados durante el año 2011 a través de esa convocatoria extraordinaria: Noventa y dos (92) propuestas fueron aprobadas.
        Lo que llama la atención no es solamente la apabullante falta de concordancia o trascendencia entre lo que esos proyectos ofrecen y la realidad nacional, sino su mera magnitud. Se trata apenas de 92 iniciativas con las que este Gobierno piensa enfrentar los verdaderos dramas cotidianos del país como son el empleo, la seguridad, alimentación y salud; calvarios de todos los venezolanos.
        Se trata también de propuestas que se suponen traerán resultados concretos en 12 meses, máximo 24 meses. A ese respecto se debe señalar que poquísimas investigaciones científicas o procesos de innovación relevantes pueden ser llevados a cabo en un lapso tan breve y, menos, entre nosotros cuando el promedio histórico de ejecución de cualquier proyecto de investigación en el país es de tres a cinco años. Basta simplemente contemplar el tiempo necesario para tramitar un insumo químico o un equipo ante CADIVI.
        En estos días comenzó una nueva fase en el proceso de distribución de los fondos LOCTI; la formulación de proyectos de investigación mediante la convocatoria ordinaria. Quienes fueron incluidos en el Programa tienen ahora la posibilidad de presentar un proyecto PEI. Para esto etapa hay que cumplir con unos Términos de Referencia (TDR) impuestos por el ONCTI para la presentación de esos proyectos ordinarios. Es indispensable la armonización de los objetivos de la investigación propuesta con una de las líneas estipuladas dentro de las ‘Necesidades de Investigación’ de la nación para el año 2011 y estar, a su vez, en concordancia con las Directrices, Estrategias y Políticas establecidas por el ‘Proyecto Nacional Simón Bolívar’. Este último orienta el desarrollo general del país y en particular establece las prioridades para la investigación e innovación científica y tecnológica de la revolución bolivariana para los años 2007 al 2013.

V)      Dificultades
        En ese contexto, hay que destacar que los investigadores, especialmente en las llamadas ‘ciencias básicas’, junto a los científicos sociales y los humanistas,  encontraran muy difícil compaginar su acciones creadoras de conocimientos con alguna de las más de ochocientas líneas estratégicas desplegadas dentro de esas ‘Necesidades’ de la nación. Y es que ese catalogo -postmodernista en esencia- no refleja las experticias o capacidades de la ciencia nacional y excluye las líneas de investigación de corte positivista y experimental.
        También, hay que señalar que en su afán igualitario los fondos LOCTI serán asignados hasta un tope, con montos de financiamiento del orden de unos cuantos (dos o tres) cientos de miles de Bolívares fuertes. Esas son cantidades absurdas para algunas disciplinas que requieren equipos y consumibles que deben necesariamente ser importados. Ello, para no comentar sobre las necesidades, en muchos laboratorios de renovar infraestructura y, por qué no, personal. Son ya una docena de años en que por esas unidades de investigación se ha hecho poco y el envejecimiento y la obsolescencia está cobrando su precio.
        Ahora, si suponemos que cada una de esos proyectos envuelve la experticia de tres a cuatro investigadores, se tiene que concluir que apenas unos trescientos a cuatrocientos científicos nacionales encontraron medios para investigar en el 2011 mediante los Proyectos Estratégicos extraordinarios. Eso implica que en lo que queda de año, casi siete mil investigadores deben encontrar financiamiento ordinario para sus proyectos de investigación. De nuevo, asumiendo tres o cuatro investigadores PEI por proyecto, se deberían de estar presentando ante el ONCTI cerca de dos mil (2.000) proyectos de investigación ordinarios. ¿Será así?

VI)     Post Data
        Después de haber terminado este escrito, el 27 de julio ONCTI anunció que en los días subsiguientes, a aquellos investigadores calificados en el Programa de Estímulo a la Investigación (PEI), se les cancelará lo correspondiente al primer trimestre de la subvención del año 2011. Si la mera pertenencia al Programa conlleva ahora el pago, tal y como era en los tiempos del PPI, la pregunta que surge es ¿cuál es la diferencia vital entre el PPI y el PEI que motivo la desaparición del primero y el nacimiento del segundo? Mucho temo que este sorpresivo cambio en la justificación del pago del estipendio tiene más que ver con el populismo con vista a las elecciones del 2012 y el bajísimo número de solicitudes de subvención de proyectos ordinarios recibidos hasta la fecha, que con los principios filosóficos bolivarianos, revolucionarios y socialistas esgrimidos alguna vez por el Ministro Meléndez.

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