Opinión Nacional

¡Pobre Chávez!

Insisto en que Hugo Chávez es un ser que inspira lástima. Tiene que ser demasiado lastimoso ser un Jefe de Estado de un país acaudalado y no gozar del respeto de nadie en el mundo. Que todo quien se te acerque lo haga sólo porque desea obtener algún beneficio económico y no porque te admire o te respete debe doler mucho. Que tus homólogos se burlen de ti abierta o encubiertamente debe ser duro, doloroso. Que infinidad de personas te definan como un patán, grosero, una reedición de los gorilas del siglo pasado, autoritario, brutal, bárbaro tiene que ser una espina que se hunde profundamente. Lo más doloroso es estar consciente que quienes piensen así están en lo cierto, pero que no se les da la razón por esa obtusa arrogancia propia de los ignorantes con poder.

Cuando Chávez recibió el poder, el Estado venezolano era uno de los mayores terratenientes del mundo, hoy con casi el doble de las tierras que recibió y las empresas agroalimentarias expropiadas debe ser el mayor dueño de propiedades agroindustriales del mundo y sin embargo no es capaz de ponerlas a producir de una manera medianamente eficiente, teniendo que depender totalmente de productores privados argentinos, brasileños, colombianos, imagínense que hasta l marginal Nicaragua e da el lujo de vendernos ganado.

La ineptitud de Hugo Chávez y su pandilla es de tal magnitud que habiendo recibido en once años la bicoca de un millón de millones de dólares, están hipotecándole el país a China y Rusia a cambio de unos miles de millones de dólares. Son tan ineptos que siendo hoy, dueños absolutos de la industria del cemento, el hierro y el acero, el aluminio, las minas de arena y piedra picada no son capaces de construir viviendas y para colmo le ponen impedimentos al sector privado para que lo haga.

Llama la atención que a principios de los años 40 del siglo pasado, la construcción de la Urbanización El Silencio de Caracas fue un hito en la arquitectura latinoamericana de interés social, como lo fue en los 70 la construcción del Parque Central también en Caracas. Hoy, con más recursos, tecnología y más personal capacitado son incapaces de alcanzar los logros habitacionales de sus predecesores siquiera a la mitad.

Una de las amarguras de Hugo Chávez es que la gente de Empresas Polar es tan competente, que si dispusieran del diez por ciento de los recursos que ha despilfarrado Chávez, podrían dotar de alimentos de calidad en forma confiable a toda Latinoamérica. Eso lo desquicia y lo lleva al paroxismo de la locura, haciéndole proclamar las cosas más absurdas ¡Pobre Chávez!

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