Opinión Nacional

Política, caricaturas y chistes

En política, el uso de chistes para criticar o ridiculizar a un adversario es algo mundialmente aceptado y muy frecuentemente utilizado. Incluso en países que viven grandes tragedias, por lo general siempre se encuentra la oportunidad de hacer un chiste oportuno, para levantar el ánimo y ayudarse a soportar ese gran dolor que se siente por la tragedia que se vive. Los siquiatras y sicólogos recomiendan muy a menudo la risa, la distracción y el alejamiento del drama para evitar el colapso mental.

Dictadores y tiranos como Adolfo Hitler, Francisco Franco, Joseph Stalin, Fidel Castro, Saddam Hussein, Idi Amin Dada, Alfredo Stroessner, entre muchos otros, fueron blanco fácil de los chistes por parte de escritores y caricaturistas, como forma de crítica y protesta contra ellos. No solo los dictadores son aptos al chiste, ya que muchos presidentes demócratas también han sido ridiculizados con un chiste o una caricatura, sobre todo, cuando hacen malos gobiernos, cometen errores o tienen comportamientos ridículos o amorales. Hoy día, Hugo Chávez, es un presidentes, sobre quién se hacen la mayor cantidad de chistes y caricaturas, intentando ridiculizarlo. Me imagino que la razón para ello, es por el tipo de gobierno que ha hecho, su personalidad extravagante, y su apariencia física, ideal para un caricaturista.

El venezolano tiene la fama de ser espontáneo, chistoso y alegre. Somos muy parecidos a los demás latinos, sobre todo a los de las naciones del mar Caribe, con quienes compartimos: la alegría, el amor por la música, la habilidad para el baile, y la facilidad para hacer un chiste de cualquier situación que se nos presente. Es increíble la creatividad que tienen muchos venezolanos para hacer un buen chiste de cualquier situación, por mas trágica que esta sea.

Venezuela vive una situación trágica, la cual creo comparto con la mayoría de los venezolanos, incluyendo a muchos chavistas. La tragedia que vive hoy Venezuela, no se compara a ninguna de las experiencias vividas siglos atrás. No se trata solo de una dictadura más que ha tomado el poder. Se trata del saqueo económico indiscriminado e impune a Venezuela. Se trata de la destrucción de los valores morales que nos han caracterizado desde hace tiempo. Se trata de la pérdida de nuestras alegrías y sueños, que se nos escapan como agua entre las manos. Se trata de la impotencia que sentimos, por no tener las herramientas adecuadas para controlar tan inmenso daño y desagüe. Se trata de la tristeza que sentimos al no poderle garantizar a las futuras generaciones el progreso y la felicidad a la cual tienen legítimo derecho.

Venezuela vive hoy un momento de duelo, donde la frustración, el odio, el miedo y la rabia son abonados constantemente por los tiranos que nos gobiernan. Venezuela es hoy una república pobre, desacreditada, disminuida, vejada y destruida. Es hoy día, una nación sin salida honorable e inmediata, debido al férreo control de la dictadura cívico militar sobre nosotros.

En conclusión, no es momento para chistes y caricaturas. Es momento de luto en el corazón y en el alma. Es momento de que todo venezolano demócrata se ponga un cintillo negro en la parte cercana a su corazón, en señal de protesta por todo lo malo que sucede en la nación. Venezuela debe declararse en emergencia. El venezolano tiene el sagrado deber de defender su patria a cualquier costo, para recuperar el derecho a reír y a soñar de nuevo. Fin.

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