Opinión Nacional

Por la libertad de expresión ¡La gran hipocresía!

“Siempre que ‘el amo’ de un medio se acostumbra por los años a manipular la opinión, creerá una verdad a su medida; así empezara a comprar políticos, a chantajear desde artistas hasta presidentes de naciones y hará como un falso dios, ídolos de barros, a tal punto que su psiquis se auto erigirá por encima de la ley para hacer de ella, la única verdad sobre las autenticas verdades”

Fragmento de la correspondencia al Presidente Chávez con motivo del fin de la concepción a RCTV
CVT 25/05/2007

No hay tema que se haya distorsionado más y a la vez, que se cobije en la hipocresía humana, como la ¡libertad de expresión! Sobretodo cuando esta se encuentra en manos de la dictadura de monopolios económicos, que se acostumbraron por más de medio siglo a rumiar la miseria de un país, donde su libertad anda de rodilla.

He leído y escuchado, todos estos días, las más variadas opiniones sobre la ‘libertad de expresión’, en torno al fin de una concepción de un grupo económico que se había elegido como el alfa y el omega de la dignidad mediática, siendo el gran dictador de la verdad.

Lo más triste de todo esto, es que hasta ahora los manifestantes en contra del gobierno y que por supuesto defienden a una empresa privada, cuyas ganancias diarias son de 1.2 millardos. ¡Si! “mil doscientos millones de bolívares diarios”. Y lo peor es que estos hombres y mujeres universitarios no saben explicar a ciencia cierta lo que defienden; Aunque hay otra verdad, los que arrean a estos jóvenes utilizan como excusa el caso 1BC, pero en el fondo los dueños de esas universidades privadas están muy asustados con esas 24 universidades nuevas que ha creado el gobierno nacional; es decir, se juntaron dos intereses mil millonarios que han visto con preocupación como peligra su famosa dictadura informativa y educativa, como es RCTV y el cartel de la universidades privadas, donde muchas de estas son verdaderas pulperías educativas.

No ha habido en la historia contemporánea de Venezuela y quizás hasta republicana, un presidente que permita la libertad de expresión, que la promueva, y dé las herramientas para que se ejerza, como Hugo Chávez; y eso es la gran charada de estas manifestaciones y de los lagrimones de unos actores, que estoy convencido que su padecimiento y sufrimiento es su propio síndrome de “Estocolmo”.

Para que exista libertad de expresión tiene que haber un “sujeto”, y este no es una persona cualquiera; el sujeto que ejerce la libertad de expresión debe ser una persona actuante, la persona que actúa, que realiza, que ejerce cualquier actividad o acción. Siendo de igual significado que en la Gramática “Sujeto”, (quien realiza la acción expresada en el verbo).

La libertad de expresión es una acción cognoscitiva. Ya que el conocimiento le sirve al hombre como base y guía en su actuar en la realidad; ya que actuar sin conocimiento es irresponsabilidad. De ahí que la libertad de expresión misma, no se con­cibe al margen del conocimiento. Es por ello que el grado de libertad de expresión está en razón directa al grado del conocimiento. A medida que aumenta el co­nocimiento, se incrementa en la misma proporción la libertad de expresión del ser humano.

Hay escuelas de filosofías que expresan que “El cuantum” (quantum) de conocimiento, determina el cuantum (quan­tum) de libertad de expresión. Y señalan que el ignorante no puede ser libre; más aún no debe ser libre porque ello involucra un gran peligro. De ahí es que el presidente Chávez creo una serie de misiones para liberar el hombre y entregarle por medio de la educación su libertad de expresión, que estos no poseían, pues no sabían leer y escribir, ni poseían las mínimas herramientas de expresión.

Libertad de expresión es el conocimiento de la realidad, el conocimiento profundo de la necesidad connatural del hombre por lo tanto es capa­cidad, posibilidad para actuar como ser libre ante una sociedad responsablemente, de ahí lo fundamental del conocimiento.

Etimológicamente libertad de expresión significa: no atado para expresarme, no amarrado para opinar, no encerrado para enunciar, no impedido para decir, no estorbado para formular entre otras acciones. Entonces no puede ser que la libertad de expresión de treinta millones de personas radica en la libertad de facturar al año cuatrocientos cincuenta millardos de bolívares como lo hacen los señores de RCTV.

Ya que la libertad de expresión es una realidad cognoscitiva la más im­portante y trascendente del ser humano, y en filosofía, sujeto no es otra cosa que la persona, el hombre o la mujer, en una actitud cognoscente, por tanto, hablamos de que este hombre o mujer que ejerce su libertad de expresión esta en una categoría no ontológica, no de la existencia en sí; sino una categoría de la gnoseología.

No obstante, digamos que no hay sujeto sin objeto, ya que el sujeto no se refiere a un hombre o mujer cualquiera; sino al hombre o mujer en actitud de conocer, al hombre ejerciendo la actividad cognoscitiva.

Cuando se habla de libertad de expresión no es la de un medio que distribuye información, mas bien son las que generan esa información, que es la mayoría de una sociedad que posee un conocimiento de su propio universo, país, región, lugar, vecindad, hogar, y a la vez, del todo, en busca de su propia dignidad como ser humano.

La libertad de expresión no es una franquicia, ni esta sujeta a un monopolio que a mantenido una dictadura de opinión por más de medio siglo.

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