Opinión Nacional

¿Por qué fracasa el comunismo?

Desde que nací hasta mis cuarenta años estaba convencido de que el comunismo era invencible. Salir de una dictadura de derechas era posible, y lo habíamos comprobado aquí el 23 de enero de 1958. Pero salir de una dictadura comunista parecía imposible, hasta que cayó el muro de Berlín, la Unión Soviética dejó de ser comunista y se disolvió y los países satélites, que habían sido obligados a ser comunistas por la II Guerra Mundial, recuperaron la libertad. ¿Por qué fracasó de esa manera el comunismo? Tiendo a creer que por la imperfección del Hombre. Si el hombre no fuera imperfecto, posiblemente aceptaría un período de opresión para llegar después a la libertad absoluta, que es lo que proponían con miradas de cielo los comunistas en sus inicios.

Pero nadie –como solía decir con mucha razón Arturo Uslar Pietri– acepta vivir como un pordiosero durante un año con la promesa de que va a ser multimillonario después. Todo el mundo exige lo que llaman el aquí y el ahora. Eso es parte de la naturaleza humana. Y el primer problema del comunismo es que es contrario a la naturaleza humana. Y la naturaleza humana no es un capricho, ni es siquiera producto de la educación, pasible de cambiar con una reorientación bien inducida.

La naturaleza humana es producto de millones de años de evolución y le viene dada a todo individuo a través del genoma. La casi totalidad de los seres humanos quiere progresar, quiere tener su casa propia, quiere tener sus propias cosas, quiere especificidad. Y entre muchas otras cosas, ésas son negadas por el comunismo. Podríamos hablar de mil situaciones y de mil realidades que demuestran que el comunismo tiene que fracasar pero quiero centrarme en un solo aspecto: la incompetencia.

Casi todos los comunistas que he conocido a lo largo de mi vida, que ya pasa de siete décadas, son abiertamente incapaces y perezosos. Algunos que no lo son, especialmente los jóvenes, son idealistas hasta lo imposible. Rómulo Betancourt y una buena parte de los jóvenes de la Generación del 28 fueron comunistas, pero al madurar se dejaron de eso. Unos pocos siguieron diciendo que lo eran por purita conveniencia, pero sus vidas y sus actuaciones demostraban que también habían dejado de serlo. Los que siguieron siéndolo fracasaron en sus vidas. Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff y los que hace cuarenta años fundaron el MAS habían sido, hasta entonces, comunistas, y en cuanto maduraron, dejaron de serlo.

Los que no dejaron de serlo, ahora que han llegado a posiciones de gobierno, han demostrado más allá de toda duda, su incapacidad, su incompetencia, su absoluta carencia hasta de inteligencia. Por eso, pues, fracasa el comunismo, básicamente porque ignora la naturaleza humana, y porque los comunistas son incompetentes. En la Venezuela actual llegaron al poder, entre otras cosas, porque se disfrazaron, pero en funciones de gobierno se les ve lo que son, se les mide por el triste fracaso de las políticas del gobierno actual. Lo que hay que hacer es apartarlos del poder, como sea, ya no importa ni siquiera el cómo. Llegaron engañando, se han mantenido trampeando, son incompetentes y están dañando al país y a sus habitantes. Nadie puede alegar razones morales para no actuar como hay que actuar para sacarlos del poder. Y para sacarlos del poder cualquier camino es bueno.

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