Opinión Nacional

Preguntas sobre un Plan que no es tal

El gobierno nacional a través de sus diversos representantes y voceros, y entre ellos con especial retórica intolerante y plena de sobradez despreciativa, el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ha anunciado que el documento que debe guiar la gestión del propio Ejecutivo y de los Alcaldes electos el pasado 8-D, es el denominado “Plan de la Patria”. La mayoría parlamentaria del oficialismo pretende asignarle al que fuera la propuesta de gobierno del entonces candidato a reelegirse el año pasado, Hugo Chávez, un carácter normativo o legal que, claramente, no posee.

Antes de elaborar cualquier consideración, pasemos revista a los cinco “grandes objetivos históricos, objetivos nacionales, estratégicos y generales” del referido programa:

1) “Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La independencia nacional”.

Habría que analizar primero dos situaciones, devenidas interrogantes cruciales. La primera: ¿Puede hablar de independencia un país cuyo gobierno ha permitido, alentado, aprobado y celebrado, la injerencia del gobierno cubano en nuestros asuntos internos, en nuestras Fuerzas Armadas, en nuestros Registros y notarías, en los servicios de identificación y en otras áreas estratégicas del manejo del Estado? La segunda: ¿Es independiente una nación cuyo gobierno y la ideología que lo motiva, ha logrado en tres lustros, aislar al país de los beneficios y posibilidades del desarrollo tecnológico, científico, del libre comercio, del conocimiento, la innovación y el emprendimiento, con políticas, alianzas y decisiones que van a contracorriente del mundo actual?

2) “Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo”.

¿Contribuye a dicha construcción “socialista”, la invitación en vivo, en cadena nacional, que el Presidente Maduro hiciera semanas atrás, para dejar vacíos los anaqueles de Daka y otras tiendas de electrodomésticos y artefactos tecnológicos creados y diseñados gracias al “capitalismo salvaje”, en su cruzada anti-especulativa? ¿Es la comodidad y estatus de un TV plasma 3D un símbolo del consumo capitalista y salvaje, o es acaso sólo un sacrificio y mal necesario del hombre nuevo-televidente, bolivariano y socialista? ¿La búsqueda de inversionistas, capitales, y los acuerdos firmados entre PDVSA y transnacionales del sector petrolero para inyectar recursos a una endeudada e ineficiente industria petrolera, encajan en este objetivo? ¿Es la seguridad social venezolana mejor hoy, que hace 15 años? ¿Son nuestros hospitales, dotados, con camas disponibles, insumos, equipos funcionales, la envidia del mundo desarrollado y garantía de una salud oportuna, democrática y de calidad para nuestros adultos mayores, y para cualquier ciudadano?

 

3) “Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América”

Luego de 15 años de “revolución bolivariana y socialista”, ¿Va Venezuela rumbo a convertirse en una potencia? ¿Se pelean los inversionistas del mundo por venir y colocar sus capitales, ante la estabilidad económica, las reglas del juego claras, el respeto a la propiedad y la absoluta normalidad cambiaria? ¿Son los cortes de luz, las deficiencias en los servicios públicos, la ausencia de agua, cloacas, calles, hospitales, escuelas, el desborde de la delincuencia e inseguridad, novedosos indicadores para ser una potencia? Somos una potencia. Ahora exportamos venezolanos que se van buscando el futuro que aquí no vislumbran y las oportunidades que se les niega.

4) “Contribuir al desarrollo de la nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”.

¿Es acaso Thor, el superhéroe catire del martillo, un agente chavista? ¿DarthVader está inscrito en el PSUV? ¿Nicolás Maduro tiene en Miraflores, guardada, una espada Jedi? ¿He-man y su poder de Greiskol, es en realidad el verdadero diputado 99? Si eso es así, podría entenderse cómo lograr el equilibrio del universo o la paz planetaria, cuando en Venezuela hace años desapareció el equilibrio de poderes y la paz de cualquier ciudadano, en una cuadra, es sólo un buen recuerdo.

5) “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”.

Sí, es inevitable la carcajada. Si ya salió del shock, tal vez deba Ud. preguntarse ¿Puede un gobierno “revolucionario”, incapaz en tres lustros de atacar y resolver efectivamente el problema de la delincuencia y el malandraje anarquizado que se ha apoderado de las calles del país, y asesina cada día a cientos de venezolanos, o que no garantiza la salud, tratamientos, reactivos, exámenes, a pacientes enfermos en el sistema de salud hospitalaria nacional, preservar la especie humana?

Así, el llamado “Plan de la Patria es un documento pleno de creatividad, ingenio e imaginación. Puede ser una ruta principista para los seguidores del gobierno, cargado de simbolismo político y buenos deseos terrenales y siderales, pero difícilmente pueda considerarse como un Plan, como un marco referencial coherente, viable, posible y sensato, que pueda guiar la gestión municipal de algún Alcalde, y sobre todo, que contribuya, por su “lectura” de la realidad, a resolver los problemas y necesidades cotidianas y sentidas de los venezolanos.

De seguro surgirán más preguntas. Como instancia guiadora, les quedará a los burgomaestres electos, sin más, la Constitución Nacional, y el sentir ciudadano de cada localidad, sondeado en la reciente campaña electoral. Porque lo que ha quedado claro, es que ese Plan, no es ningún Plan.

@alexeiguerra

 

 

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