Opinión Nacional

Premio Hernández Montoya de Literatura

La escena, inscrita  en los anales de adulación universal, es fácil de imaginar.

Una mañana,  el Gran Minoritario se entera por su masajista de ego personal, el afrodescendiente Aristo Bulo, de que le han otorgado el premio Nobel de Literatura a un archienemigo de la revolución bolivariana.

—¿ Qué es el premio Nobel?– pregunta, impertérrito, el Ungido por la Historia.

Un premio que otorga cada año una corporación ultraderechista fundada por un antiguo fabricante de armas sueco. Un elemento  que, además, inventó la dinamita.

—    ¿Y qué  numero jugó el ganador?

—    El premio se otorga  a quien se haya expresado más rotundamente y con mayor depliegue mediático  en contra de la revolución bolivariana y, concretamente, contra usted, bwana.

—    ¿Ah, sí? ¿Y cómo se llama esa organización del Imperio?

—    La Fundación Nobel.

—    ¡Otro Ateneo de Caracas!

—    Un poquito más grande, mein Führer, con muchos más tentáculos y muchos más recursos.

—    Quítesele la subvención. Mándesele el Seniat. Pídanle la libreta militar a la directiva.  ¡Múltenlos hasta que digan “Patria, socialismo o muerte”.¡Fundaciones a mí!

—     No podemos hacer eso, sahib. La fundación Nobel funciona en Estocolmo, Excelencia.

—    ¿Eh?

[El “¿eh?” que con perplejidad  deja escapar el Elegido tiene un deje cubano. Por cierto, ¿no lo han  notado?  Ultimamente exclama “¿eh?”, como muletilla al final de una frase. Como si hubiese nacido en Guanabacoa. No alcanzo a explicármelo.]

—¿Y quién se ganó el premio?

— Me da vaina decírselo, mi Comandante, porque sé que lo que buscan con ese premio es que usted se incomode.

— Déjate de vainas, negro, y díme quién se ganó el premio ese. Yo tengo entereza de soldado para escuchar cualquier cosa, por adversa e insidiosa que sea. Las águilas no cazan moscas. Díme quién es el infeliz que se presta a atacar la revolución bonita.

—Se lo voy a decir, pero después no la coja conmigo. The winner is …Mario Vargas Llosa.

Al escuchar el nombre del Premio Nobel de Literatura 2010, el Gran Minoritario reacciona como un personaje  de “Sospechosos Habituales” al oir el nombre Kaiser Söze.

—¡¿¿¿Keyser Söze Premio Nobel de Literatura???! Quise decir: ¡¡¡¿Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura?!!! ¿Te refieres a Mario Vargas Llosa, el ecuatoriano ese del Cedice, el del Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar, el civil analfabeta e insignificante que me retó a mí a debatir? ¿Mario Keyser Llosa?¡Pero qué bolas tienen los de la Fundación Polar!

—    Fundación Nobel, Majestad.  Y, con el debido respeto, fue usted quien lo retó a debatir en una simultánea con Hernández Montoya, Luis Britto  y Earle Herrera. Después ellos se rajaron, ¡miserables!, parecen todos del PPT.

—    ¡Cállate, cállate, cállate que me desesperas! ¡Y llámame ya mismo a Farruco!

2.- Farruco VI ingresa a la Sala Situacional en la misma actitud con que Dorothy, El Hombre de Hojalata y el León Cobarde entran al salon del Mago de Oz. El Hombre de las Dificultades  lo aguarda como Napoléon en su sala de mapas,  horas antes de Borodino. Se impone una digresión:

[Borodino, queridísimo Farruco, y sólo para el caso de que me estés leyendo, es una localidad rusa, muy cercana a Moscú, donde en 1812 se libró una sangrienta batalla entre la Grande Armée con la que Bonaparte invadió Rusia y las tropas del zar, bajo el mando de Generalísimo Kutuzov.  En “La Guerra y La Paz” puede leerse una vívida reconstrucción de aquella época y de aquella batalla en particular. “La Guerra y La Paz” es una novela de tema histórico escrita por el Conde León Tolstoy, a su vez un novelista ruso de fines del siglo XIX que murió en la estación de tren de Astapovo, en 1910.

1910, Farruco. Se cumplen, pues, cien años de la muerte de Tolstoy. ¿Captas el dato?¿El potencial?  Tolstoy, escritor ruso, amigo de Maxim Gorki, autor de “La Madre”, librillo favorito de los ñángaras de tu generación. Cien años, Farruco. Centenario de Tolstoy en el Teresa Carreño. “Todo el Teresa para Tolstoy” ¿Qué tal? Te regalo la idea. En manos de otro que no tuviese tu probidad valdría millones en aportes desviados.

Tolstoy, desde luego,  no era marxista pero tampoco fue un chupasangre como Lorenzo Mendoza. ¿Qué esperas para organizar el Pimer Festival Tolstoy de Intelectuales Antimperialistas de Caracas. Asi como el “Hay Festival” de Cartagena, pero de izquierda posmarxista del siglo XXI.   José Luis Pacheco podría ocuparse de la parte dedicada a la ópera, pero eso sí, nada de montar “Eugenio Oneguin” de Tchaikovsky: el libretista, Alexei Pushkin, era aristócrata y bohemio y eso da mal ejemplo.] Fin de la digresión.

3.-

El Mago de Oz mira, ceñuda y sañudamente, desde la gran pantalla a Farruco y le espeta, con su tonante voz y la sintaxis cubanaza adquirida de un tiempo a esta parte:

—Oyeme, Farruco, qué tú estás haciendo haciendo en el Teresa que no me organizas, ¡ya mismo!, un Premio de Mundial Literatura para contrarrestar mediáticamente al Vargas Llosa ese que me dicen que comenzó escribiendo una novela en la que se descargaba nada menos que a un liceo militar.

—En eso mismo estoy trabajando desde esta madrugada, Comandante – repone, Farruco–. En una fundación atenta a los valores revolucionarios de vigencia permanente: la solidaridad, el antimperialismo, la paz de los pueblos.

—T’a bueno eso, tú. Me gusta. ¿Cómo le vas a poner?

—Todavía…todavía  no tiene nombre. Eso preferí dejárselo a usted. Usted es un astro poniéndole nombre a las misiones, a los institutos, a los ministerios,a los batallones, a las patrullas. Me ha parecido más útil trabajar modestamente en el concepto. Y creo haber dado con él: un concepto novedoso de Gestión Cultural Inclusiva: una fundación creada con aportes de Pdvsa.

El Mago rumia largamente lo escuchado.

—¿Cuánto le dieron a Vargas Llosa por descargarme?– pregunta, al fin.

— Un millón de euros, Comandante. ¡Una barbaridad, un disparate!

—Un millón de euros no es nada, chico. Conchitas de ajo por las que se venden los intelectuales de la oligarquía y el Imperio. Vamos a dotar nuestro premio con cien millones de euros. Los sacamos del presupuesto de vivienda de mi  compadre Rafael. Mejor pónle doscientos cincuenta millones de euros. No hay Vargas Llosa que aguante un cañonazo de trescientos millones de euros.

—Pues la verdad, a mí me dan quinientos millones de euros y escribo la “Divina Comedia” – bromea Farruco, pero el Grande Hombre no capta el chiste: está absorto en grandes planes para salvar a esta gran  humanidad que ha dicho basta y echado a andar.

—Tienes mil quinientos millones de euros para montar el Primer Congreso Interhemisférico “Ana Karina Rote” de Intelectuales y Creadores Altermundistas del Guaraira Repano. Lo haremos coincidir con el Bicentenario de la Declaración de la Independencia. De esos tres mil quinientos sacas seiscientos cincuenta. ¡ o setencientos, mejor!, para el Premio  de Mundial de Novela.

—¿Y qué nombre le pondremos al Premio, Obi Wan Kenobi?

—Pregúntale al poeta Isaías : él tiene imaginación y mucha idea para estas cosas

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