Opinión Nacional

¡Primarias ya!

Mi primera reacción al leer la noticia del lanzamiento de la candidatura del Dr. Salas a la Presidencia de la República fue la de rechazarla como inoportuna y ventajista. Escuchándolo en el programa de Cesar Miguel, “30 minutos”, cambié de opinión y es que la prensa no reflejó con precisión el alcance de su propuesta.

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Creo que, como lo aclara Salas en dicha entrevista, la posposición en la escogencia de un liderazgo oposicionista, lejos de darle unidad, mantiene la incertidumbre sobre el período de transición después de Chávez y deja abierta la posibilidad de maniobras y madrugonazos no descartables, cual sería el caso de elecciones adelantadas previa renuncia del sujeto..

Ya en el articulo anterior, ”E pur se muove”, planteaba yo la necesidad que la Coordinadora se avocara a la organización de un nuevo Firmazo con el triple propósito de: a) recoger nuevamente las firmas que pudiesen hacer falta para cumplir con los extremos legales de los revocatorios; b) servir como elección primaria del candidato de oposición y c) crear o aceitar la organización necesaria y suficiente para vigilar, defender y ganar el revocatorio, o cualquier otra elección que pudiese presentarse.

Salas se da cuenta que el candidato no puede ser cocinado en un sanedrín de notables, o en un cogollo de operadores políticos a la mejor usanza del la IV República, no sólo por el rechazo obvio a esos métodos en la conciencia colectiva de la sociedad civil, sino porque un gobierno como el de la transición deberá emprender correcciones y reconstrucciones institucionales las cuales exigirán un alto grado de apoyo y gobernabilidad.

Que haya llegado a esa conclusión porque tema la eventual designación de Mendoza o de cualquier otro precandidato, vía Coordinadora Democrática, no hace más que reiterar la urgente necesidad de las primarias y la comprensión de cómo, ni la de él ni ninguna otra candidatura, podrá surgir de algún cenáculo por representativo que este sea.

Tal como lo señala Salas, son varios los candidatos presidenciables con credenciales para jugar en esa lisa y es sano acabar con el hipócrita prurito de ocultar aspiraciones legítimas. Esos candidatos deberían manifestar desde ya su intención, lo que cambiaría la situación del frente oposicionista de la noche a la mañana dándole cohesión y unidad de propósitos.

También sería deseable que algunos voceros de Proyecto Venezuela no insistieran en argumentos contra la candidatura única, porque con ello sólo contribuyen a sembrar dudas sobre la sinceridad de Salas. Independientemente de la veracidad del aserto, no puede seguir diciéndose que la unidad se logrará por la base. Ese es el argumento tradicional de todos aquellos que dividieron las aspiraciones populares en el pasado. Tampoco puede catalogarse como una simpleza la aspiración a un candidato único. Ello sugeriría, por oposición, que lo complejo o sofisticado sería acudir a un proceso electoral con varios candidatos ignorando el peligro de la dispersión.

El resultado de la elección primaria hay que blindarlo con la firma pública y previa de un compromiso entre los candidatos para aceptar incondicionalmente los resultados de las primarias y para la ejecución de un programa mínimo de gobierno, el cual contemple medidas de emergencia contra la pobreza galopante y compromisos para la reinstitucionalización del país, es decir, la eliminación del fuero militar, medidas que garanticen la existencia de poderes públicos genuinamente independientes, etc.

Chávez está en campaña porque sabe que, muy a su pesar, habrá revocatorio y patea la Mesa de Negociación y Acuerdos para liberarse de compromisos ante la comunidad internacional, más aun, para evitar la veeduría internacional que la impediría las trapisondas y truquitos propios de su ralea.

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