Proyectos de país
Antes de entrar a considerar cualquier proyecto de país (respuesta a la pregunta de cómo lo hacemos) habría que empezar por tener una «visión compartida de país», un referente, (respuesta a la pregunta qué queremos). Tener una visión comienza por “soñar” lo que pretendemos alcanzar, situándonos como si las cosas sucedieran en el presente, Es poniéndonos en contacto con nosotros mismos, con nuestras necesidades y anhelos, que logramos identificar hacia dónde queremos dirigir nuestras energías -distinto a «pensar» el qué, el por qué, el cómo, el cuándo y con qué recursos contamos-.
Una vez precisado los sueños éstos se traducen en metas, se aclara el propósito o misión de cada organización, se diseñan planes y programas (proyectos), se establecen políticas, se trazan estrategias y tácticas y se asignan tareas y tiempos de ejecución (procesos todos racionales). Estos procesos requieren adicionalmente identificar metáforas que impulsan con más fuerza que una yunta de bueyes y que tienen la capacidad de movilizar todas nuestras energías con un poder inimaginable de atracción. Durante la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, en la que el ejército neogranadino logra vencer a las fuerzas realistas que le doblaban en número, Córdova, “…sin inmutarse por la avalancha que se precipitaba sobre sus líneas, mandó a sus soldados esperar inmóviles el enemigo y en el momento oportuno, con acento heroico que electrizó de entusiasmo a sus tropas dio la histórica orden ¡Soldados! armas a discreción, paso de vencedores.” Lo importante es, entonces, lo que las metáforas logran. El líder ha de convencer y conmover.
Compartir una “visión” tiene que ver con la planificación estratégica aplicable a cualquier organización, lo cual conduce a transformarnos, y a transformar la organización, en algo distinto, e ir aproximándonos, cada vez más, a ese ideal que difícilmente alcanzaremos en un 100%. Esto caracteriza a una organización sustentable (para emplear un vocablo tan en boga y de vieja data). Los operativos que promueven la «oposición» (marchas, vigilias, concentraciones, caravanas, ruedas de prensa, etc.) son actividades necesarias en la actual coyuntura del país, como parte de las acciones que debemos retomar para ir alcanzando objetivos inmediatos (informar y sensibilizar a la opinión pública). No obstante, es necesario también abordar aspectos estructurales y no limitarnos sólo a lo urgente en detrimento de lo importante.
Programas de gobierno, pactos de gobernabilidad, acuerdos políticos, etc. que prescinden de una “visión compartida” del país y cuyas estrategias estén desvinculadas de la visión y de los valores escogidos, tienen, en mi opinión, una vida efímera. Una vez que alcanzan el objetivo inmediato, si es que lo logran, tienden a desaparecer, y para muestra basta un botón: el “intento de gobierno” que pretendía sustituir al régimen del Presidente Chávez, después de la gran manifestación del 11 de abril de 2002, apenas duró menos de 36 horas. Son diversas las hipótesis para tratar de entender lo que pasó, pero lo que quiero resaltar es la falta de una visión consensuada, resultado de un proceso poco transparente de consultas. Además, no acompañar las propuestas con acciones en una misma dirección y sentido genera una gran desconfianza y pérdida de credibilidad en la dirigencia.
Propongo pues que, además de expresar nuestro rechazo por este régimen autocrático, nos dediquemos a soñar el país que queremos, a través de la realización de pequeños talleres aprovechando los espacios que nos pudieran abrir, por ejemplo, las Asambleas de Ciudadanos, las cuales se vienen celebrando a todo lo largo y ancho de Venezuela. El objetivo es “construir” una visión compartida en todos los estratos de la sociedad, y junto a ella, las estrategias y operativos necesarios. Son varias las organizaciones con experiencia en materia de planificación estratégica y su participación en este proceso sería de gran valor. Los talleres pueden ser también objeto de réplica por organizaciones e individuos que fuesen entrenados con el propósito aquí delineado. Llevar a la práctica los aprendizajes adquiridos tiene la particularidad de impulsarnos a ejecutar acciones en grupo que nos permiten alcanzar la Venezuela que soñamos.
