¿Quién para el aumento de precios?

Si hay algo que no se puede ocultar con propaganda es el aumento de los precios de los rubros de la cesta básica de alimentos. Por mucho que en los canales del Estado se diga que los alimentos están al alcance de todos y que hay suficiente, la verdad es que ninguna de estas afirmaciones es cierta, porque lo que muestra el ejecutivo son jornadas puntuales y espasmódicas de venta de rubros regulados en los mercados, mercales o pedevales a cielo abierto, donde lo que se ve son largas colas de gente aparentemente alegre, llevando sol, que forma fila por tres y cuatro horas, para que le vendan dos productos por persona.

Señores, ésta es la realidad y debemos decirla, aunque a los amigos del Ejecutivo les disguste. Son testigos, a través de esta tribuna, que siempre hemos destacado lo bueno de las políticas gubernamentales, a riesgo también de que nuestras apreciaciones positivas no les gusten a muchos apasionados, pero los errores que se están cometiendo en política económica ya son inocultables y hay que remarcarlos, sobre todo porque nuestras críticas van dirigidas a que se tomen los correctivos, con la finalidad de beneficiar a los que menos tienen y en este momento a todos los venezolanos, porque la inflación y la escasez está golpeando a todos por igual.

En el último mes, los precios de los alimentos aumentaron casi 3%, lo cual significa que un grupo familiar debió destinar unos 200 bolívares más que en enero para comprar la misma cantidad de alimentos. Si es que los encuentra, claro.

Ya a estas alturas del año, cuando cerramos el primer trimestre, la canastas alimentaria se coloca en Bs 6.818,69 y solamente hablamos de los 11 rubros que componen esta canasta, porque hay otros que no entran en esa categoría y que son igual de importantes. De esta última medición tenemos que se han registrado aumentos en 10 de esos productos, es decir que los precios de la leche, los quesos y los huevos subieron 8,9%; las bebidas no alcohólicas 8,4%; azúcar y similares 8%; granos 5%, carnes 3,1%; verduras 2,6%; grasas y aceites 2,4%. Aunque en categorías como pescados, frutas y hortalizas, cereales y derivados las variaciones se ubicaron por debajo de 1%.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que actualmente el salario mínimo de poco más de 3 mil bolívares solamente permite comprar 43,6% de los productos alimenticios que se requieren en una casa, con un promedio de cuatro integrantes de la familia, por lo que el poder adquisitivo familiar ha disminuido 1,3% en un mes. Entonces, para que un grupo familiar puedas comprar solamente alimentos obligatoriamente dos de sus miembros deben trabajar y con sus ingresos mínimos enfrentar todos los gastos, que como, repetimos, no solamente se componen de alimentos, sino que hay que agregarle medicinas, ropa, calzados, transporte y educación.

Lo que lamentamos de estas cifras es que si se ven en perspectiva, asumimos que los precios van a seguir aumento y a un ritmo trepidante, tal como ha venido ocurriendo en el último año, porque la inflación anualizada es de 62,5% y esto quiere decir que en un hogar, quienes llevan los gastos tienen que destinar Bs 2.622 más que en el 2013, en el mes de febrero, para comprar la misma cantidad de alimentos. Visto así, tenemos que el aumento del salario mínimo no ha ido en concordancia con la inflación y es es el veneno de ese indicador. No se puede ocultar. Solo para comprar las proteínas indispensables para la alimentación básica, como son la leche, quesos y huevos, las familias tienen que gastar Bs. 1.027, mientras que en febrero del 2013, este gasto era 578,70. ¿Qué dice la realidad? Qué en estos tres rubros el aumento ha sido de un monstruoso 80% que ningún presupuesto hecho sobre la base del salario mínimo es capaz de soportar.