Reafirmando principios

Tal como ocurrió en los meses de abril y diciembre del año 2.002, y en agosto del año 2.004, estimo, que el próximo diciembre ha de ser un nuevo punto de inflexión en la lucha vital que libra la sociedad democrática venezolana ante el régimen comunista encabezado por el tirano Hugo Chávez.

Las mencionadas, fueron fechas que marcadas a fuego, bien recordamos como etapas que en su propio contexto están sin embargo unidas por la razonable expectativa que en su momento supieron significar, acerca de una muy cercana restauración democrática. Y en todas ellas, otro además, es el punto coincidente a mi entender; el liderazgo político llamado a defender a sangre y fuego la incontrovertible voluntad del pueblo democrático, en cada una de esas memorables ocasiones nos falló, y siempre por una razón que no por discreta es desconocida: la falta de valentía, virtud está indispensable para quien aspire ser el líder llamado a confrontar con éxito a la barbarie criminal de quienes en mala hora nos oprimen. Más fácil decirlo que cumplirlo, pero imposible es negarlo: en coyunturas como las actuales, todo aspirante a líder que no se sienta en capacidad de asumir los necesarios sacrificios, incluido su propia vida, por la libertad de la República de Venezuela, mejor le vendría desistir de dicho empeño. Esa realidad, no quisieron entenderla quienes encabezaron las etapas de inflexión política antes referidas, pero creo, sí la comprenden y a cabalidad los llamados a dirigir la etapa ya perfilada para el venidero mes de diciembre. Veamos. Para esas fechas, la dictadura pretende celebrar con el descaro más impúdico, los comicios más fraudulentos que la historia de la humanidad alguna vez ha conocido, caracterizados si, por las inaceptables violaciones a la normativa comicial, desde ya anunciadas por el Poder Electoral. Entre estas, nos basta referir, el que ¨la caja negra¨ constituida por la infraestructura tecnológica instalada con motivo del 15 de agosto de 2.004, estará presente y perfeccionada, para así beneficiar en grado sumo a la tiranía comunista.

El mencionado fraude electoral, que intentarán repetir ante un pueblo democrático mayoritario que ya supo mostrar su rechazo a las ¨pantomimas¨ electorales, lamentablemente tiene aliados dentro de la mayoría democrática del pueblo venezolano. Colaboracionismo se le denomina a la posición política de quienes facilitan al enemigo común su actividad de dominación, a cambio de privilegios en desmedro de las mayorías dominadas. Esta conducta reviste una particular gravedad, cuando es ejercida por quienes políticamente deben cumplir la función de encabezar la lucha contra el común enemigo. En Venezuela esta ocurriendo dicho fenómeno, que por supuesto no es único en la historia universal, y tampoco será el último, pero como en todos los casos anteriores, los que nos consideremos patriotas y demócratas, tenemos la necesidad capital de neutralizar a ese factor colaboracionista localizado en nuestras filas, para así tener un camino expedito hacia el triunfo, en esta nuestra vital confrontación por la libertad. En el caso de Venezuela, el factor colaboracionista se manifiesta a través de la dirigencia de algunas organizaciones político-partidistas, cuyo perfil es el mismo que caracterizaba a los dirigentes que ya nos fallaron en las tres ocasiones prenombradas: son personas con una gran ambición de poder político, sumamente corrompidos en lo que atañe a la moral pública y caracterizados además por un rasgo especialmente embarazoso, su enorme carencia de valentía. Como agravante en la conducta de esa dirigencia demócrata colaboracionista, tenemos a mi entender, el que a diferencia de quienes lideraron nuestras anteriores luchas por la libertad contra la tiranía comunista de Hugo Chávez, asumiendo en todo momento riesgos y manteniendo por norte la restauración de la democracia, el colaboracionismo arriesga muy poco, en aras sí, de obtener los consabidos privilegios personales y grupales, a sabiendas del perjuicio que dicha conducta causará en la mayoría democrática de Venezuela. Afirmo, que en la actualidad, aquel líder político que pretenda siquiera postularse para las elecciones de diputados y parlamentarios de diciembre 2.005, sin antes haber luchado en la arena política del pueblo, por el logro de un Poder Electoral legítimo y confiable, con su conducta solo mostrara que el colaboracionismo aún tiene representantes. Estimo obligante, que quienes al igual que yo, militen en partidos políticos democráticos, le exijamos a nuestra dirigencia el derecho a ser escuchados, para que de tal manera, las directrices que tengan a bien asumir ante la histórica coyuntura del próximo mes de diciembre, se manifiesten en consonancia con el sentir de nosotros, sus dirigidos. ¨Por la Justicia Social en una Venezuela Mejor¨. Ora y labora.