Opinión Nacional

Remedios caseros

Yo creo que son los cariños y los cuidados de nuestras abuelas los que curan, no los remedios caseros. Lo grave es cuando se sustituye la medicina profesional por estos menjurjes. Pero lo que es grave en medicina, es gravísimo en economía. Un mal médico o la ausencia de los cuidados sanitarios requeridos, en el caso de la medicina, puede resultar en un fatal desenlace para el paciente. ¿Qué puede ser más grave que esto? Bueno, muchas personas. La ausencia de las políticas económicas necesarias en cierto momento puede resultar perjudicial a todo el pueblo.

No quiero decir con esto que un economista es más importante que un médico, ¡No! Pero se suele decir que los errores de los médicos están en el cementerio en cambio un mal ministro de economía puede matar de hambre a toda la población. Los médicos tienen seguro de mala praxis, esto es porque se considera la posibilidad de que se equivoquen, ¿qué pasa cuando un decisor de políticas públicas se equivoca? Los ministros no tienen seguro de mala praxis, de modo que no tienen margen de error.

El asunto en Venezuela es que no tenemos economistas en las posiciones de dirección de las políticas públicas, ni siquiera malos. Es decir los que están al timón de las políticas económicas no son economistas, esto es como si usted se fuera a recetar con un ingeniero eléctrico por un fuerte dolor en el pecho, se fuera a ver con un matemático por una subida de tensión arterial o consultara a un general sobre dolores abdominales. ¿Si el Gobierno no le confía el mando de las tropas a un economista, por qué le confía los asuntos económicos a un general? Los responsables de las políticas públicas saben de economía lo que nuestras abuelas sabían de medicina, pero al menos nuestras abuelas nos daban cariño.

Sin embargo, estos ministros no sólo han permanecido en sus cargos sino que han sido ratificamos con el cambio de gobierno y sus funciones y responsabilidades se han incrementado, todos los ministros tienen más de una responsabilidad. A lo mejor a usted querido lector le parece que ser ministro es suficiente responsabilidad, bueno pues no, estos funcionarios son tan eficientes, a los ojos del Gobierno, que son ministros y vicepresidentes de la República para algún asunto o ministros y presidentes de bancos o vicepresidentes de la República -ministro- y alguna otra cosa más, de modo que para el Gobierno, lo están haciendo tan bien que tal vez merecen el Premio Nobel de Economía y por supuesto permanecer en los cargos. A lo sumo, de vez en cuando se les enroca y él que está en el ministerio “A” pasa al “B” y él que estaba en el ministerio “B” pasa al “A” o se fusionan los ministerios “C” y “D” cómo premio por su “supuesta” eficiencia.

El no haber tomado las medidas correctas de política economía trajo como consecuencia la inflación, la escasez y ahora también el desempleo. Un mal economista, al menos, nos hubiera colocado en la posición en la que o tuviéramos desempleo o tendríamos inflación, pero con los remedios caseros que se le aplicaron a la economía venezolana, tenemos ambos. El paciente, la economía venezolana, es decir todos los venezolanos, está tan grave que ahora se requerirán medidas extremas, como las medidas que se toman cuando el paciente tiene cáncer. Ya pasó el momento de las compresas y los bebedizos, ha llegado la hora de la quimioterapia.

 

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