Responsabilidad o egoismo

En días pasados escuché a una diputada decirle a otro diputado, egoísta, por una frase aparentemente sencilla, cuando él expresó, que un buen padre de familia atiende primero a su hijo que a los demás.  Me pareció injusto tildarlo de egoísta sin ahondar sobre el por qué de su juicio, que fue expresado con un contenido emocional claramente visible en su rostro.

Este evento me hizo pensar en los maestros  y padres que constantemente tenemos que dar explicaciones a nuestros alumnos y/o hijos sobre situaciones que diariamente estamos viviendo en esta nuestra sociedad y que sentimos confunden a cualquiera

¿Por qué lo digo? Porque ante esta escena de un minuto, considero que como impacto social, representa una eternidad en el tiempo, por el significado del mensaje y porque sella un  precedente en la formación de cualquier ciudadano.

Particularmente pensé que más bien era una responsabilidad el hecho de pensar en atender antes a un hijo que a los demás. Eso me hizo reflexionar que si cada ser humano es responsable de sí mismo y de sus descendientes  realmente tendríamos  el mundo ideal. Es triste traer una familia al mundo sin asumir lo que significa tomar esta decisión  ya que para que este no sea una carga para nadie y mucho menos para el Estado, cada quien debería garantizar su descendencia, tanto en lo material como lo espiritual y el Estado prestar los servicios básicos a todo el mundo sin excepción para que un país funcione.

Esto debe hacerse en libertad y pleno uso de la razón, porque para que exista responsabilidad, las acciones deben realizarse espontáneamente y cada quien ser dueño de sus propios actos, ser lo suficientemente inteligente para tomar decisiones y ser capaz de asumir cualquier consecuencia.

Por eso, una persona con valores, sueños y visión de futuro al tener un hijo generalmente asume de inmediato sus decisiones, sin egoísmo pero con mucha responsabilidad.

Escribir en este momento sobre el egoísmo seria muy amplio, porque habría que analizar el egoísmo moral o ético, enfoques aprobados por unos y desaprobados por otros, donde cada persona vela por su propio bien, sin dañar al prójimo, al buscar un fin o un interés propio.

Sin embargo en esta ocasión cuando se le calificó de egoísta a este diputado, por el entorno que lo acompañó, podría interpretarse  que la persona que lo juzgó al no explicar  su comentario, sino dar por terminada la discusión, dejó en el ambiente la posibilidad de pensar en el otro enfoque: egoísta es aquel  que está centrado en sí mismo, que vive en un mundo cerrado y que a su vez utiliza a los demás para su propio beneficio, manipulándolos como objeto, a su vez que es un ser solo y aislado porque es incapaz de compartir nada.

He allí por qué en una sociedad enferma no se avanza, porque si las situaciones se discuten y se analizan se puede llegar a  acuerdos  y entender a las partes y quienes observan desde afuera pueden interpretar sanamente las distintas posiciones.

En este caso se puede pensar que quien dice que hay que atender al hijo ante cualquier circunstancia es alguien que es responsable, que se quiere a si mismo y siente amor hacia los demás, sin embargo también se puede pensar que quien no se quiere a si mismo proyecta sus pensamientos y comentarios  con rudeza y ofuscación y ve en esa acción un acto de egoísmo en el sentido extremo del significado del concepto.

Entonces pregunto para finalizar ¿Es responsabilidad o egoísmo atender primero sus propias necesidades y después la de los demás u ocuparse primero del vecino y lo que queda es lo que va para su hogar?

Reflexionemos, a veces los mensajes soterrados hacen daño en las mentes en formación, porque las mentes inteligentes emocionalmente pueden analizar y comprender y los otros suelen confundirse y no entender. ¡Es tan solo un llamado sincero y sano de atención¡

Considero que este viernes pasado, Mandela fue responsable y no egoísta, al preferir quedarse a acompañar a su familia con el dolor que debe haberle ocasionado la muerte de su bisnieta y no disfrutar de un momento estelar como lo hubiera sido su presencia en la inauguración del Mundial 2010, donde millones de personas lo esperaban con inmensa alegría, emoción y sobre todo admiración.

Habrá quienes piensen: que fue responsable porque atendió primero a su familia, antes que disfrutar de su gloria y su fama. Otros pensarán que fue egoísta al no pensar en las miles de personas que lo esperaban en la inauguración del mundial. Otros que fue irresponsable porque al ser una persona pública tan emblemática en su país y ante el compromiso contraído con su gente y la fanaticada, su deber era asistir a un evento de tanto significado para su pueblo.

¿Fue responsable o egoísta?  Nadie tiene la respuesta, lo único que sé es  ¡Que bueno, es no juzgar¡