Opinión Nacional

Respuesta a Ignacio Ramonet (II)

Como decía en mi anterior artículo (%=Link(«http://analitica.com/va/internacionales/opinion/3353376.asp»,»Respuesta a Ramonet I»)%), en una entrevista reciente en Suecia el escritor gallego dijo que a las clases sociales que antes dominaban “les cuesta reconocer que el Gobierno actual [de Bolivia] tiene toda la legalidad“. Para añadir que “no se trata de hacer nada extraordinario, sino de repartir un poco mejor la riqueza, establecer avances que la mayoría de los países desarrollados conocen desde hace siglos: alfabetización generalizada, cuidado médico generalizado, derecho de los ancianos de tener una vejez digna, justicia para todos y fin de la discriminación étnica en particular hacia la mayoría indígena.” ¡Qué colección de generalidades!.

Señor Ramonet, ¿cómo puede el Gobierno de Bolivia tener “toda la legalidad” cuando fomenta la seudo autonomía de la región del Chapare donde hoy se cultiva coca sin control? Y qué es autonomía en este caso. Definámosla como lo hace el guía mental de Evo Morales, el señor P. Burdeau, en El campo político (2001): “Autónomo quiere decir que tiene su propia ley”. Y el Chapare no solamente tiene sus propias leyes cuyos inicios se remontan a cuando Evo Morales era líder in situ de la zona, sino que las busca exportar basado en eso de que el fin justifica los medios, o sea por la fuerza, lo que es inaceptable para la mayoría de los bolivianos y para gobiernos de países tradicionalmente amigos que combaten el narcotráfico.

¿Cómo puede respetar la legalidad un presidente que dice públicamente que él es la ley y que si él infringe leyes, los abogados están para hacer leyes de lo que dice y hace? ¿Es acaso legal y menos asociado con “toda legalidad” el intimidar la ciudad capital del país, Sucre, y violentar en un intento de legalizar una constitución inaceptable a la mayoría del Senado de Bolivia y desde luego a la mitad de la población del país? ¿Y usted realmente cree que esa mitad de la población boliviana, que está en desacuerdo con la forma dictatorial en que se gobierna, pertenece a lo que usted identifica como “las clases dominantes”?.

Muchos ignoramos a qué se refiere usted con eso de “clases dominantes” que no sean los sindicatos de cocaleros del Chapare que dominan arteramente esa región; a los pobladores de El Alto de La Paz que habiendo provenido en su mayoría de las zonas rurales de las regiones andinas, hoy dominan política y económicamente esa inmensa ciudad aledaña a La Paz; ¿acaso no es clase auténticamente dominante la que conforma la informalidad en Bolivia? ¿Acaso no es fuerza dominante la minería extranjera de Potosí? Acaso no es hoy dominante la milicia pagada, alimentada, armada y envalentonada por el Gobierno con el propósito de amedrentar centros urbanos que están en desacuerdo con el proyecto de constitución de este Gobierno? ¿Acaso es legal utilizar las fuerzas armadas para detener a un prefecto democráticamente electo infringiendo leyes e incluso yendo contra el mandato del Tribunal Constitucional del país? ¿Dónde ve usted legalidad en estas acciones de este Gobierno?.

En cuanto a “repartir la riqueza”, diga usted qué riqueza quiere repartir en un país que duplica la extensión territorial de la Francia de hoy; tienen solamente nueve millones de habitantes (y eso porque muchos se han ido), y que más está llamado ¡por su riqueza po-ten-cial! a generar riqueza en vez de repartir la poca que hay. ¿Acaso no se puede legislar leyes que investiguen la legalidad de los títulos de tenencias de tierras en todo el país de modo que el que tenga títulos de propiedad legalmente constituidos, impuestos pagados y al día, y empleados protegidos por las leyes laborales, pueda continuar trabajando? ¿Acaso es legal hacer invadir tierras que posiblemente estén legalmente adquiridas? ¿Por qué no formalizar legalmente la informalidad, inmenso problema que usted parece desconocer? Opine pero percátese.

Proceder de acuerdo al sentido común y las leyes existentes sí sería “extraordinario” en este país. Alguien tiene que hacerlo tarde o temprano, pero no parece que su defendido está dispuesto a hacerlo ni mucho menos; pese a que la oportunidad se le presentó en bandeja histórica, pero él prefirió seguir a Chávez de Venezuela a quien las cosas tampoco están saliendo bien entre su apego a las FARC, la inflación, y las escaseces de una Venezuela que de pobre sigue teniendo mucho pese a las promesas sin resultados, y al millón de dólares por segundo que recibe por el petróleo.

Señor Ramonet ¿Qué país industrial cuenta con los avances de la alfabetización, cuidado médico y cuidado de los ancianos y justicia para todos “por siglos” como dice usted? Si el prusiano Bismark inventó la jubilación en Europa ¿no fue después de 1871 y no “hace siglos”? Y el cuidado médico socializado en Europa ¿no es cuestión de siglo XX? ¿Y qué de EEUU que ni ahora lo tiene? En cuanto a “discriminación racial”, usted como europeo debería decir poco porque en los países de su continente la discriminación late hoy más que nunca, y los suramericanos lo sabemos.

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