Opinión Nacional

Salidas extremas

Luego de escuchar al Presidente, ante el sector oficialista de la Asamblea Nacional en Miraflores justificando la masacre, ratifico que este señor no debe ni puede continuar. Hay que ponerle punto final a un régimen nefasto que ha provocado la destrucción institucional de la la república. No hay salidas intermedias que puedan servir para los objetivos propuestos. Las soluciones negociadas políticamente, propias de todas las democracias sólidas, necesitan de instrumentos institucionales que les sirvan de escenario y de soporte para garantizar que los acuerdos se cumplan. También de un jefe de estado dispuesto a aceptarlos. En la Venezuela actual carecemos de ambas cosas. Lo reconocen así las instancias internacionales que proponen la intervención externa para suplir estas graves carencias. A esto no se ha llegado por casualidad ni por la simple impericia presidencial. Es la primera parte de un proceso que justifica la invocación del artículo 350 de la Constitución Nacional para llamar a la necesaria rebelión.

Lo ilegítimo o delictual no es rebelarse contra un gobierno como éste. Lo criminal es aprovecharse del poder para obtener ventajas ilegales, personales y de grupo, apoyar disparates imperdonables, cohonestar la impunidad y el empeño en seguir gobernando cuando la realidad muestra total incapacidad de ejercicio. Sería cobarde no respaldar con la acción concreta el contenido de las palabras. Ya es traición mantenerse replegado a la espera de rectificaciones o de una renuncia que no llegará voluntariamente. Se necesita la participación de toda la sociedad democrática, civil y militar. En esta hora definitiva el pueblo necesita a sus soldados y oficiales. Enfrentados a su propia destrucción no pueden cruzarse de brazos en los cuarteles. Eso es válido cuando los partidos y demás organizaciones de la sociedad civil resuelven civilizadamente las pugnas políticas y deciden el rumbo de la nación. Pero está en peligro la integridad nacional y la vigencia de los valores fundamentales. En estos días nos estamos jugando décadas enteras. Los pueblos son libres de escoger su destino, de profundizar en sus errores o corregirlos, de avanzar o retroceder. El drama es que cuando se tiene un Presidente irregular, amoral y ajurídico, que no piensa en enmendar sus errores cuando se está hundiendo, el margen para el diálogo desaparece y la política tiene que ejercerse por otras vías.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba