Opinión Nacional

Saquear es: Desvalijar, pillar, rapiñar, despojar, capturar, asaltar, merodear

PRIMERA PARTE: SAQUEAR Lo define el Pequeño Larousse Ilustrado: “1) Apoderarse los soldados al entrar en un lugar, ciudad, etc., de todo lo que encuentran, causando destrucción y devastación. 2) Robar en gran cantidad, apoderarse de cuanto se encuentra en un lugar”. El saqueo tiene una larga (e innoble) tradición histórica, desde las épocas más primitivas hasta nuestros días. Las ciudades sitiadas, al ser ocupadas, eran entregadas al saqueo; bien para castigar su resistencia; bien para “pagar” a las tropas sitiadoras sus salarios; o para ambas cosas a la vez. En el “Descubrimiento y Conquista” de América, se aplicó esta “técnica” guerrera a más no poder. En la “Guerra de Independencia” ambos bandos la practicaron, hasta el Tratado de Trujillo que “regularizó” el conflicto. Un general de la Federación, aplicaba lo que él llamaba “los tres principios de la guerra federal”: Comerlo todo porque estaban hambrientos; robarlo todo porque estaban “limpios”; violarlas a todas porque estaban “necesitados”.Hubo saqueos antigomecistas(1935); antimedinistas(1945); antiperezjimenistas(1958); “antiperecistas” (1988). Ahora debemos sumar los asesinatos, atropellos, y saqueos de abril (2002); supuestamente para “castigar” conductas, y celebrar el “triunfo”. Moraleja: las zonas planas de nuestras ciudades están “sitiadas” por las altas; es muy probable que se repitan los funestos acontecimientos. Víctor Gruber, en Caracas,05 de junio, 2002. SEGUNDA PARTE: Actualización en Caracas, Venezuela, 13 de Noviembre, 2012.- Con motivo de los saqueos de Valencia, ayer 09 de noviembre del 2013, recodé una lista de “Verbos Revolucionarios” escrita en junio 202, a saber: Robar: hurtar, sustraer, quitar, apandar, escamotear, timar, despojar, saquear, desvalijar, estafar, usurpar, expoliar. Saquear: desvalijar, pillar, rapiñar, despojar, capturar, asaltar, merodear. He aquí el artículo completo: Escribimos en Caracas, el 05 de junio del 2002. Verbos revolucionarios. Después de las comentadas interpelaciones, de oír muchos discursos «bolivarianos», y analizar otra cantidad de intervenciones, orales y escritas, de la «claque política» que nos mandonea, he confeccionado una lista, muy preliminar, de los verbos más representativos del discurso «revolucionario» y sus respectivos sinónimos. Dejamos al lector imaginar los efectos sobre la audiencia. A saber: Adular: halagar, lisonjear, alabar, loar, agasajar, elogiar. Adulterar: falsificar, mistificar, imitar, engañar, corromper. Agredir: atacar, arremeter, acometer, embestir, asaltar, golpear. Amotinar: insurreccionar, sublevar, alzar, levantar, agitar. Atacar: acometer, embestir, arremeter, asaltar, agredir, abalanzarse, arrojarse. Entorpecer: dificultar, estorbar, embarazar, impedir, paralizar, entumecer, abandonar. Fatigar: cansar, agotar, extenuar, desfallecer, postrar, debilitar, agobiar, abatir, hastiar, hartar. Forzar: apremiar, obligar, mandar, imponer, dominar, invadir, asaltar. Irritar: indignar, enfurecer, exasperar, encolerizar, encorajinar, enojar, enfadar, alterar. Matar: eliminar, suprimir, inmolar, liquidar, despachar, destruir, asesinar, exterminar, ejecutar. Mentir: falsear, engañar, aparentar, fingir, exagerar, desvirtuar, calumniar. Odiar: abominar, detestar, aborrecer, execrar, desdeñar, condenar. Provocar: retar, desafiar, enfrentar, hostigar, excitar, molestar. Robar: hurtar, sustraer, quitar, apandar, escamotear, timar, despojar, saquear, desvalijar, estafar, usurpar, expoliar. Saquear: desvalijar, pillar, rapiñar, despojar, capturar, asaltar, merodear. Nota: Hasta aquí el escrito citado de junio del 2002, que me ha venido a la memoria después del bochornoso espectáculo protagonizado por la “Autoridad Metropolitana”, y sus seguidores, en el Teatro Teresa Carreño, contra los Alcaldes de Baruta y Chacao: ¡Fascismo puro en su más clásica expresion! Atentamente: Víctor M. Gruber TERCRA PARTE: COMENTARIOS ADICIONALES HOY, 10–11–2013, EN FACEBOOK.COM: o A ti, Cesar Lanz, Fedora Pizani De Richemont, Marisa Novo Cabal y 8 personas más les gusta esto. o Zaira Elena Mijares Arevalo CIERTO.TALCUAL. Hace 5 horas • Me gusta o David Guerra Traisonar a la Patria Hace 5 horas • Me gusta o Rosy Flores DESDE AYER TODOS LOS OPOSITORES Q ESTUVIERON APOYANDO ESTA BARBARIE SON CÓMPLICES Y CULPABLES DE CADA VENEZOLANO Q AYER SE QUEDO SIN EMPLEO. ASI HAYA COMETIDO UN DELITO DAKA HAY LEYES PARA HACER JUSTICIA Y NO LO Q AYER ESTE DESGRACIADO MASBURRO INVITO A DELINQUIR A HURTAR AL PRÓJIMO Y MILES DE VENEZOLANOS APOYARON ESOS….SON TAN LADRONES COMO EL CABECILLA. Q TRISTE ME SIENTO AL VER COMO NOS MIRA EL MUNDO Y Q CALIFICACIÓN NOS DARAN. ROBAR: hurtar, sustraer, quitar, apandar, escamotear, timar, despojar, saquear, desvalijar, estafar, usurpar, expoliar. SAQUEAR: desvalijar, pillar, rapiñar, despojar, capturar, asaltar, merodear. Hace 5 horas • Me gusta o Susy M. de Vaamonde Hola Victor..estas y otras fotos de lo ocurrido me tienen ENFERMA..ayer durante la convocatoria supe que mucha de esa gente hasta pidió prestado para ir a comprar o llevarse lo que podían para luego REVENDER A ALTOS PRECIOS..ya lo escribí una vez: esta robolución ha hecho aflorar lo peorcito de la gente..! esa es la patria que hay..! Hace 4 horas • Editado • Me gusta o Susy M. de Vaamonde y esta perla aparece hoy en twitter: @MilosAlacaly El Usurpador de Miranda, General en Jefe Jaua, ordeno a la Guardia Nacional asaltar edificio residencial en Los Teques por protestas.BARBARO y este otro,cuyo link no abre:Elías Jaua pidió allanar apartamentos en Los Teques http://t.co/gSl8pvFkgW via @la_patilla………… VIENEN CON TODO SI SE LOS PERMITIMOS..! Elías Jaua pidió allanar apartamentos en Los Teques www.lapatilla.com El canciller, Elías Jaua, ordenó este sábado a la fuerza pública, en medio de un…Ver más Hace 4 horas • Me gusta • Eliminar Vista Previa o Rosy Flores SI AYER EL JAGUA LO DIJO Hace 4 horas • Me gusta • 1 o Julio C. Lanz Un Canciller no tiene autoridad para mandar a allanar residencias, a menos que esas fuesen un «territorio nacional despojado por extranjeros», como el caso «en reclamación»por ejemplo.. Hace 4 horas • Me gusta • 2 o Julio C. Lanz Mientras tanto el Canciller de Guyana califica de ilegal el reclamo del Esequibo (sic). Este no tendrá razón pero al menos cumple con su trabajo. Hace 4 horas • Me gusta • 1 o Antonio Napolitano Su poder descansa sobre la anomalía del caos. Hace 3 horas • Me gusta • 2 OTROS COMENTARIOS ADICIONALES: • Susy M. de Vaamonde Aqui pensando que sería bueno empezar a publicar más fotos de las concentraciones exitosas de ayer a nivel nacional; si bien es cierto que los saqueos ocurrieron ayer en gran parte del país, lo que busca el régimen es precisamente destacar la barbarie que promueve para OCULTAR su gran temor: la ciudadanía tomando la calle pacíficamente,expresando que el comunismo no tiene cabida aquí.. CUARTA PARTE: LEEMOS EN LA WIKIPEDIA LA HISTORIA DE LOS SAQUEOS: Saqueo De Wikipedia, la enciclopedia libre El saqueo, también llamado pillaje, es la posesión indiscriminada de bienes ajenos por la fuerza como parte de una victoria política o militar, o bien, en el transcurso de una catástrofe o tumulto, como una guerra o un desastre natural, La palabra designaba originalmente al asalto de villas, pueblos y ciudades, no solamente en situación de conflicto, sino también por los mismos miembros de la comunidad. Con los acuerdos vertidos en las Convenciones de Ginebra en 1949, se considera un crimen tomar o destruir propiedad privada durante una ocupación, a menos que sea «absolutamente necesario». Algunos pueblos de la Antigüedad se dedicaban al pillaje, como es el caso de los fenicios (los cuales se dedicaban también a la piratería) y los vikingos. Durante un desastre, la policía y las autoridades militares son incapaces de prevenir el saqueo, pues se hayan ocupados realizando actividades humanitarias o de combate, o bien, es imposible llamarles por deficiencias en las comunicaciones. Saqueo de Roma De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda La ciudad de Roma ha sufrido distintos saqueos a lo largo de la historia: • Saqueo de Roma (387 a. C.), tras la batalla de Alia, por los galos. • Saqueo de Roma (410), por los visigodos. • Saqueo de Roma (455), por los vándalos. • Saqueo de Roma (472), por las tropas de Ricimero. • Saqueo de Roma (546), por los ostrogodos. • Saqueo de Roma (846), por los sarracenos. • Saqueo de Roma (1084), por los normandos. • Saqueo de Roma (1527), por el ejército imperial de Carlos I de España. Saqueo de Asunción De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda Este artículo o sección necesita fuentes o referencias que aparezcan en una publicación acreditada, como libros de texto u otras publicaciones especializadas en el tema. Puedes dar aviso al autor principal del artículo pegando el siguiente código en su página de discusión: {{subst:Aviso referencias|Saqueo de Asunción}} ~~~~ El saqueo de Asunción del Paraguay fue llevado a cabo a partir de 1 de enero de 1869 cuando las fuerzas brasileñas en la Guerra de la Triple Alianza ocuparon la capital paraguaya. Asunción quedó desierta, evacuada por todos sus pobladores, habitada por millares de perros y gatos abandonados y vio echarse sobre ella los 30.000 soldados del Duque de Caxias. Durante tres días, las tropas brasileñas saquearon la ciudad. Derribaron puertas, ventanas, desde los cimientos al techo, destruyendo y quemando todo lo que no podía ser llevado. De noche, los soldados incendiaron casas de trecho en trecho. Durante tres días, la soldadesca brasileña desenfrenada puso saco a la ciudad, las tropas argentinas se abstuvieron a permanecer en ella y acamparon en las afueras, en Trinidad, no interviniendo en el saqueo. Sin embargo de todos los puertos argentinos llegaron barcas de diverso tonelaje, fletadas por comerciantes para cargar todo lo que se había robado en la ciudad: frutos, yerba mate, café, el cobre almacenado en los depósitos, planos importados de Europa, robados en las residencias, las verjas de hierro forjado que cercaban los jardines, las estatuas de santos y santas de los oratorios de las familias piadosas; los objetos sagrados robados de las iglesias intactas. Todo fue llevado a bordo de los barcos. También los muebles de los ministerios del gobierno, los del Palacio del Congreso, los de la familia López; el mobiliario del Club Nacional, comprado en Europa poco antes de la Guerra; el mobiliario de la casa del mariscal Francisco Solano López y de la residencia de su mujer, Elisa Lynch. Las puertas de los consulados estadounidense, francés e italiano, donde los nacionales habían depositado sus joyas, y particulares, su dinero. Todo fue robado y llevado y, cuando de las casas devastadas no quedo más que paredes, los soldados empezaron a cavar patios y los jardines de las moradas ricas, buscando tesoros que habrí¬an sido sepultados por los habitantes antes de su partida (conocidos en Paraguay como Plata Yvygüy o tesoro enterrado). A más de los objetos de valor, el «Tesoro de Guerra», no sólo estaba compuesto de piezas de oro y plata, también lo constituyó el acervo histórico y cultural desterrado ilegítimamente. El tesoro de guerra robado desapareció después de Piribebuy, y el Brasil se encarnizaba en destruir al país vecino, desmantelando las industrias, los arsenales, llevándose las maquinarias a Río de Janeiro. Los brasileros iniciaron su tarea de saquear todo lo que encontraron a su paso. Los primeros lugares en ser visitados fueron el Club Nacional y las residencias del Presidente, de su mujer y de sus hermanos Venancio y Benigno e Inocencia, repletas de muebles finos, cuadros de firma, alfombras, espejos venecianos, pianos y vajillas de oro y plata. Los mismos jefes brasileños dirigieron el saqueo, entre ellos se pelearon por un piano, una gran alfombra persa o un cáliz de oro y plata. Igualmente las iglesias fueron visitadas, desde la catedral, la iglesias de la Encarnación, San Roque, Trinidad hasta la Recoleta. No se salvaron crucifijos ni otros ornamentos, mientras los esclavos de sus dueños llegados a la guerra como séquito personal para servicios domésticos y diversos usos transportan en carretas o a pulso el fruto de la rapiña. Al principio algunos jefes argentinos también participaron del festín y se llevaron gran cantidad de juegos de comedor, mullidos sillones, cristalería de estilo segundo imperio para adornar la casa de gobierno del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento, pero pronto fueron conminados a retirarse. Casi no se puede transitar por la ciudad debido a la gran cantidad de muebles desparramados en la vía pública y los pozos que se cavan en procura de los tesoros enterrados. Al oscurecer, una vez cargados y embarcados los objetos robados, fue frecuente observar en las plazas, recobas y lugares alejados a jefes, oficiales y soldados violando y vejando mujeres llagadas en busca de socorro y alimentos. La faena la realizan primero los de mayor rango y nua vez satisfecha su lascivia, proceden los demás. Las 1.000 o 2.000 mujeres casi desvanecidas no oponen resitencia alguna. Deben satisfacer la impudicia de más de 15.000 efectivos. Las que intentan una resistencia son degolladas allí mismo. El deprimente espectáculo se observa incluso a plena luz del día, en donde son llevadas a cualquier rincón a empujones luego del desgarramiento de sus ropas. A los dueños de las casas abandonadas que vienen de regreso de Luque o de algún otro lugar donde fueron a para luego de la evacuación de la capital los sacan a empellones cuando pretenden ingresar a sus dominios. Solo las familias de los aliados fueron respetadas así como la de los oficiales paraguayos al servicio del ejército argentino, tal el caso de Benigno Ferreira y Juan Gualberto González, entre otros. Pero la brutalidad no se detiene allí. La soldadesca dirigida por los jefes entra en los dos cementerios de la ciudad. El más próximo, el Mangrullo (hoy Parque Carlos Antonio López) y el más nuevo, la Recoleta. En ambos sitios se presentan escenas sin parangón en la historia de la humanidad. Los soldados esclavos a las órdenes de sus dueños, sacan los cajones y esparcen los cadáveres, una vez desparramados los esqueletos, unos proceden a despojarlos de sus anillos u otros objetos, mientras otros en el interior de los panteones arrebatan los objetos de metal precioso como candelabros, marcos de retratos y crucifijos. El Ministro brasileño en Asunción, José da Silva Paranhos, que más tarde recibió el título de Vizconde de Río Branco, hizo todavía más: se apoderó del inmenso tesoro de los Archivos Nacionales del Paraguay que, después de su muerte, donó a la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, el catálogo de la colección Río Branco, que contiene los archivos públicos del Paraguay, tomados al final de la guerra, se compone de mil páginas divididas en dos tomos. La colección consta de cincuenta mil documentos sobre la historia primitiva del Paraguay, la infiltración portuguesa, las cuestiones de los límites y las fechas y los hechos sobre la historia del Río de la Plata». Contendría además el acta de la Fundación de la Ciudad de Asunción en 1537; todos los archivos de las Misiones Jesuíticas -únicas en el mundo- con las primera carta geográfica del Paraguay, establecida antes de 1800 por el célebre geógrafo español Félix de Azara. Hasta el «Libro de Oro» ofrecido por las «Damas Paraguayas» al mariscal López en el aniversario de su nacimiento, el 24 de julio de 1867, fue descubierto por casualidad en una vitrina del Museo Histórico Nacional de Río de Janeiro. Años después, el general Ernesto Geisel, entonces presidente del Brasil, devolvió solemnemente el «Libro de Oro» a la República del Paraguay. Al enviar el valioso material a Buenos Aires, el Conde D`Eu afirmó que ese material había sido aprehendido en el combate de Piribebuy, en 1868, una de las sedes gubernativas de Solano López en su retirada hacia las «Cordilleras», sin embargo, la mayor parte de la «Colección Vizconde de Río Branco» fue retirado del Archivo Nacional de Asunción. Los 50.000 documentos están debidamente catalogados en la «Colección Vizconde de Río Branco» en 5.122 fichas, algunas conteniendo decenas de manuscritos. El 95% de los documentos datan de los siglos XVI a XIX, y no mencionan, en absoluto, cualesquiera preparativos de guerra contra el Brasil. Los documentos del archivo contienen además, pruebas de la colonización del Paraguay, de las luchas por su independencia, de sus cuestiones religiosas e indígenas, de la demarcación de fronteras, de problemas de navegación, correspondencia particular entre ministros de Estado y embajadores, en una palabra, asuntos eminentemente paraguayos, como dictámenes, decretos y leyes de varios gobiernos, inclusive del dictador Francia, manifiestos de protesta contra el Rey Fernando VII de España, convenios con la Argentina, Uruguay y Brasil, tratados comerciales, etc. Cabe aclarar asimismo que en la década del `70, tanto la Argentina como el Uruguay devolvieron «trofeos de guerra» capturados durante el conflicto bélico. Recordando el trágico «Saqueo de Asunción», el historiador argentino general Garmendia escribió: «Aquella ciudad solitaria sentada a la margen del tranquilo rio, sufrió, indiferente, la suerte del vencido de lejanos tiempos. El vencedor entró a saco». Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Saqueo_de_Asunci%C3%B3n» Categoría: Guerra de la Triple Alianza Categoría oculta: Wikipedia:Artículos que necesitan referencias Saqueo de Amberes De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda Saqueo de Amberes Parte de Guerra de los Ochenta Años El ayuntamiento de Amberes ardiendo durante el saqueo de la ciudad por tropas españolas en 1576. Fecha Del 4 al 7 de noviembre de 1576 Lugar Amberes, en la actual Bélgica Resultado Victoria española Beligerantes Provincias Unidas de los Países Bajos Imperio español El saqueo de Amberes, conocido como la Furia Española en Holanda, Bélgica e Inglaterra, por parte de soldados españoles amotinados se produjo entre el 4 de noviembre y el 7 de noviembre de 1576. En él murieron varios miles de ciudadanos y fue el detonante para la sublevación de las provincias de Flandes que aún permanecían leales a la corona española en la Guerra de los Ochenta Años. Antecedentes [editar] El 1 de septiembre de 1575 se produjo la segunda quiebra de la Hacienda Real de Felipe II, lo cual hacía imposible el abono de las pagas que se debían a los soldados del ejército de Flandes, algunas de cuyas unidades llevaban más de dos años y medio sin cobrar, por lo que tenían que vivir de la población, a la que usualmente robaban. En julio de 1576 el tercio de Valdes se amotinó por el mismo motivo y ocupó la ciudad de Aalst para saquearla. El Consejo de Estado, con los miembros leales a la corona arrestados por orden de los nobles flamencos Heese y Climes y apoyándose en la indignación por los desórdenes y el cansancio de la guerra, autorizó a la población de los Países Bajos a que se armase para expulsar a todos los españoles, soldados o no, y puso bajo su mando a unidades valonas y alemanas para luchar junto a los rebeldes holandeses contra las tropas españolas. Aprovechando la situación, las tropas rebeldes intentaron apoderarse del castillo de Amberes. El saqueo [editar] El 3 de octubre las tropas rebeldes entraron en la ciudad, cuyos gobernadores les habían abierto las puertas, y tomaron posiciones para asaltar el castillo defendido por tropas españolas al mando de Sancho Dávila. Los amotinados, que habían rehusado anteriormente obedecer cualquier orden sin haber cobrado antes las deudas, al tener noticia del ataque, marcharon toda la noche en dirección a Amberes para ayudar a los sitiados, llegando a la ciudad la mañana del día cuatro. Consiguieron entrar en el castillo y reunirse con otras unidades que acudían desde diferentes lugares. A pesar de que las tropas rebeldes eran mucho más numerosas, los amotinados y la guarnición del castillo se lanzaron al ataque por las calles de la ciudad haciendo huir a los holandeses. Algunos de ellos se refugiaron en el ayuntamiento, que los soldados incendiaron, propagándose las llamas por la ciudad. Acto seguido procedieron a saquear la ciudad durante tres días contándose los muertos por millares. Consecuencias [editar] La indignación de las provincias y el Consejo de Estado por el saqueo no tuvo límites. El día 8 de noviembre firmaron la pacificación de Gante que exigía la salida de los soldados españoles de los Países Bajos, acuerdo que Don Juan de Austria tuvo que aceptar para no perder totalmente el control de las provincias. Con el saqueo de Amberes y la marcha de los tercios del ejército de Flandes, se perdió el fruto de diez años de esfuerzos por parte de la corona para recuperar el control de las provincias rebeldes. Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Saqueo_de_Amberes» Categorías: Batallas de la Guerra de los Ochenta Años | Historia de Bélgica | 1576

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