Se buscan ministros…
En el artículo anterior dijimos que a Chávez se le acabó “la mamadera de gallo”. Necesitará de gente preparada para seguir adelante, y lograr eslabonar un equipo de gobierno, quizá buscándolos en los anuncios clasificados de los periódicos… Sin yerros, cuando solicite un diplomático deberá establecer sus competencias y un currículo mínimo, produciendo visos claros para no ser mal interpretado y se cuele de repente otro “mensajero” para dirigir el ministerio de “finanzas”.
El meollo de la cosa está en que si vuelve a errar el tiro, declarando guerras u otros desbarros pudiera alcanzarlo la justicia de las proporciones, que es aquella señalada por la sindéresis internacional que no permite conflictos, así por así, a cuenta de guapo. Supuestamente las computadoras lo tienen “fichado” faltaría la parte formal para una acusación ante un tribunal internacional. Lula desde Brasil marca distancias y el apoyo argentino va mermando. Evo Morales está en un atolladero grave con la crisis interna en su territorio, el resto lo conocemos, cuando a diario nos llegan las noticias desde Colombia y el norte. Entendemos, que esto no se quedará en el aire, y a quienes ofendió nuestra diplomacia barata les vendrán sus imputaciones concretas.
Oteando, este panorama internacional sombrío que ya forma parte de lo cotidiano, unido al contorno interno igual de enmarañado, caída de la popularidad del régimen y de su capitoste. Difícilmente serán recuperables los tiempos idos y que no volverán para el “proceso,” ofreciendo aumentos de sueldos y creando misiones “milagrosas”.
Entretanto, las tres grandes paradojas que enfrentará Chávez están en organizar el partido único, contarse en unas elecciones y finalmente mantener flotando un gobierno lleno de equívocos durante diez años. La estructuración del partido es cuesta arriba, si el oficialismo no lo logró en todo este tiempo, ahora menos lo podrá. Improvisar mística, formar cuadros con piezas dispersas, sin experiencia, con “lideres” que salieron de la nada y que indefectiblemente regresarán a ella. Chávez en su mandato lo improvisa todo metiendo y botando gente, su “gobierno” ha sido un trajinar exótico y descompuesto con personajes de las distintas amalgamas políticas, desde los cuarta republica hasta los resentidos “izquierdistas” en connivencia extraña, unidos por el vínculo de la corrupción. Si no hubo espacio para integrar un partido, mucho menos lo habrá para enderezar el “gobierno”, tampoco tendrá nada que ofrecer de aquí en adelante, recomponer el país bajo su óptica resulta imposible. Por eso, lo vemos vencido y cada vez más dependiente de las importaciones. Venezuela no tiene vida propia con Chávez en el poder, creyendo comprarlo todo en el extranjero y cerrando las empresas productivas en el país. La infraestructura se cae a pedazos y los Alcaldes oficialistas no hicieron nada por mejorar los servicios a las comunidades, se olvidaron hasta de tapar los huecos de las calles. Se volatilizaron los tiempos del “chavismo” que una vez floreció y tenía poder de convocatoria. En sus últimos eventos, hemos visto cómo les cuesta captar voluntades y no les queda más remedio que recurrir a los indigentes y disfrazarlos de rojo.
El “líder” está rodeado por todos los flancos, de frente tiene a quienes acosó y humilló y a sus espaldas sus propios conmilitones tan pendientes de salvarse y de conservar sus “chambas” como de sacarlo. Las elecciones serán la prueba final para el oficialismo, donde tendrán que demostrar su existencia en el físico y no en la virtualidad de los guarismos. El “gobierno” precisaría de individuos competentes para mejorar su imagen y no los tiene, cuando tocan la “etapa ultima” de la incapacidad. Incompetencia estertórea sin ningún proceso, ni revolución, y mucho menos quienes estén dispuestos a seguir en la aventura catastrófica. Las apetencias oficialistas están al descubierto, las revelaciones existen, sólo falta se lleve a cabo el resto de este “juicio” contrapuesto al oficialismo y afecto a la democracia.
