Opinión Nacional

Se derrumba un mito

En Venezuela la corrupción asesinó al Estado de Derecho y la revolución bolivariana se cae como castillo de arena, aplastando al “socialismo del siglo XXI”

La llamada revolución bolivariana liderada por el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, quien ya cumplirá ocho años en el poder, gracias a una decisión del Tribunal Supremo de Justicia – TSJ – , (el cual dictaminó que los seis años de gobierno comenzaban a partir de 30 de junio del año 2000, y no a contar de 1998, año en que fue elegido Presidente), se ha caracterizado por ser un gran juego entre tramposos, pícaros y ladrones. Pareciera que se han juntado todos los corruptos del país, que al asumir Chávez tendría unos 200 mil hampones, y han decidido acabar con los recursos económicos del país.

Para quienes no crean lo anterior, basta preguntarse que se hicieron los recursos petroleros ingresados a partir de 1998 que ascienden a más de 200 mil millones de dólares; por otra parte, la deuda externa con Hugo Chávez aumenta de 20 mil millones de dólares a 35 mil millones y la deuda interna que contabilizaba 13 mil millones de dólares pasa a 34 mil millones, transformándose también en externa pues, los bonos de la deuda pública nacional son garantizados por bancos alemanes y norteamericanos tanto en dólares como en marcos, ya que se emitieron en esas monedas extranjeras y no en bolívares como debía ser. Sin embargo, el gobierno, a pesar del control de cambios vigente desde el año 2000, permite que los bonos, pagaderos en el extranjero, sean comprados en moneda local, de esta manera, solamente en el año 2005 salieron del país más de 30 mil millones de dólares (lo cual es, sin duda, la fuga de capitales más grande de país alguno en América Latina – esto y los avances de dinero del Banco Central de Venezuela – BCV – al gobierno de Chávez, ha significado que este organismo monetario haya presentados varios billones de bolívares en pérdidas durante el primer balance del 2006).

Tanto la situación del BCV, así como la pérdida de 4 mil millones de dólares desde el Fondo de Inversión y Estabilización Macroeconómica – FIEM -, dinero que nunca se supo de su destino, (algunos políticos de oposición piensan que fue a engrosar las arcas de las FARC colombianas y de otros organismos guerrilleros), ha significado que en estos últimos años, los miembros de los partidos del gobierno, liderados por el Movimiento V República, hayan comenzado una guerra a muerte por obtener prebendas y dinero del Estado.

Los escándalos no son sólo políticos: allanamiento a la autonomía universitaria, persecución y prisión para periodistas, para políticos, para miembros de las fuerzas armadas, prisión para el máximo líder de la Central de Trabajadores de Venezuela, para alcaldes de la oposición, etc.. Éstos son también económicos: carreteras y puentes que no se construyen por desaparecer los recursos, centrales azucareras, fábricas, sobreprecios, contratos sin licitaciones (90% de ellos, según denuncias de los propios miembros del gobierno quienes luego caen en desgracia por no lavar los “trapos sucios en casa”), etc.. Pero, lo peor de todo es que la corrupción está enquistada, también, en el Poder Judicial, el cual fue elegido a dedo por el propio Presidente de la República, después de haber dicho que esta institución era “una bosta”…

La majestad de los Tribunales fue puesta en tela de juicio por un Magistrado. Luis Velásquez Alvaray, denunció hace un tiempo atrás que el TSJ, y la mayoría de los tribunales del país estaban siendo manejados por una banda de delincuentes organizados, organización compuesta por unas 400 personas entre magistrados, jueces, fiscales y abogados. Velásquez Alvaray dijo que esta banda era conocida como “los enanos”.

Velásquez Alvaray era, hasta hace poco, el Presidente del DEM – Dirección Ejecutiva de la Magistratura – una Sala cuyo objetivo es el de enjuiciar, o castigar a los jueces y/o magistrados que se salieran de la ley. Esto, obviamente le dio un tremendo poder a este Magistrado, quien venía de la bancada parlamentaria del MVR y quien propuso aumentar a los miembros del TSJ a 22 magistrados para evitar cualquiera decisión en contra de Hugo Chávez, quien, obviamente, dio los nombres de los magistrados que nombró la Asamblea Nacional. Pero, Velásquez Alvaray, no contento con eso, propuso que el presidente Chávez pudiera ser reelegido cuantas veces el quisiera, razón por la cual Chávez, quien al parecer se considera Dios, dijo que gobernaría hasta el año 2030; es decir, se aseguró 24 años de vida…

La banda de “los enanos” según Velásquez Alvaray, se dedicaba a la extorsión en los tribunales penales. A ella pertenecería, además, el propio Vicepresidente de la República, el señor José Vicente Rangel (quien dice ser abogado), el Ministro del Interior y Justicia, Jesse Chacón (militar)y otros destacados dirigentes más.

Sobre Velásquez Alvaray, quien fue acusado por el Vicepresidente y el Ministro del Interior y Justicia, ahora pende sobre su cabeza la espada de Chávez, quien logró que sea enjuiciado por el llamado poder moral (Contralor-Fiscal general-Defensor del Pueblo y Presidente del RSJ), tribunal que lo halló incurso en la compra ilegal de terrenos por no haber licitado, a pesar de que el magistrado demostró que todos sus colegas del TSJ habían aprobado la compra. De esta manera, la magistratura de Velásquez, ahora, depende de la Asamblea Nacional, la cual, seguramente, lo juzgará a puertas cerradas pues no quieren que el pueblo escuche las acusaciones del magistrado que salpicarán incluso al presidente de ésta, el señor Nicolás Maduro.

Según Velásquez, en la “banda de los enanos” figuran jueces como Mikel Moreno, con un prontuario criminal poco envidiable (homicidio y atraco a mano armada). También figura en esta banda la jueza Belkis Cedeño, y el juez Gumer Quintana, este último también con prontuario como homicida y atracador.

Entre las denuncias efectuadas por Velásquez están los depósitos bancarios de organismos de gobierno en ciertos bancos manejados por el hermano del ministro Chacón, quien obviamente desmiente la especie. Velásquez pregunta, además, por las grandes fortunas que de la noche a la mañana poseen los dirigentes del régimen y habló de un chavismo sin Chávez, aunque este último, emulando a Pinochet, dijo en una oportunidad que en Venezuela no se movía una hoja sin que él no lo supiera.

Toda esta historia no es otra cosa que la punta de un “iceberg”. Se espera que seguirán estallando escándalos como los de los hermanos de la Ministra de Comercio quienes acusaron a su esposo de pedirles una multimillonaria comisión con el fin de obtener un crédito del Estado venezolano. El peaje que se paga por estos créditos, en algunos casos, ha llegado hasta el 60% del monto a recibir.

Todo lo que denunció el magistrado Velásquez Alvaray, como dijera el viejo dirigente político y economista socialista Teodoro Petkoff, es el uso de las turbinas de un avión 707, ya no de un ventilador y es la política de Sansón: muero pero derrumbo el Templo. La pregunta que se hacen los venezolanos es: “se derrumbará el Templo de la “robolución”?…

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