Opinión Nacional

¿Será cierto que? : La razón acabará por tener razón

Realmente es notable el efecto que puede tener en la milicia la aplicación
de una voz de asalto. La emisión de una frase aliñada. El peso de una
palabra, puede impulsar o lo contrario, achatar el animo. Resultan de
pronto más eficaces que las acciones. Dependiendo, siempre del tono y
momento en que se emitan, pueden tener más o menos poder, pero, siempre han
de afectar a quien las escuche.

Napoleón diciendo: «La palabra imposible no está en mi vocabulario» cómo un
recurso para animar su gente hasta el fin y hacerlos llegar a espacios de
majestad. Las frases, cuando, validas y esperadas arrecian el ardor del
militante. Darle sentido, tino, fuerza al mensaje, hacen imposible las
deserciones -por lo menos hasta el 3 de diciembre-.

Tal como, entre asombrados y estupefactos, se las escuchamos decir al líder
unitario Rosales, cuando haciendo acopio de todo su fuerte intelecto y
ampuloso ingenio nos impactó con la frase que debe marcar de hoy en
adelante su campaña. Es claro, además, qué de ganar, habrá de escribirse
una y mil frenéticas veces en los documentos sobre la historia de su
epopeya. Menos mal y para suerte de sus biógrafos, que la soltó al mero
inicio. Ya tendremos tiempo de gustarla y repetirla hasta el infinito.

Repetirla. Glosarla. ¿ porqué no, cantarla y contarla ¿. En fin, un
detalle que marca el futuro grandioso que nos espera. Cómo para decir, si
así llueve…. Uds. saben los demás. Su frase, citada por la prensa
nacional e internacional, nos sobrecoge con su elocuencia. Abruma por su
contenido. Alarma por su sensatez. Ha dicho: » No me le sentaré en las
piernas a nadie». Así de profundo y sencillo fue su primer mensaje a los
electores. Era, a no dudarlo, su grito de guerra. Su frase más selecta y
marcadora para abrir camino, esta contenida en este ágil y adusto sintagma.

Rosales, reconocido por su, aguda y probada inteligencia ¿quién sabe, qué
profundas alarmas hará detonar en los claustros del cerebelo de sus
fanáticos¿. ¿Cual será el mensaje cifrado y solo apto para aguzados
ingenios, que ha querido enviar?. Solo dios y el olimpo lo sabrán.

Debo dejar claro, además, mi sorpresa al observar que, hasta el momento,
nadie ha se ha percatado -¡que indolencia ante el saber¡- de aquello que el
líder, con su genético estilo adeco nos ha querido decir.

Sin duda, debió pensar ¿que hubiera dicho el maestro Rómulo en una
situación tan importante como trascendente?. Desde allí, debió iluminarse y
crear su orientadora frase. Todo ha debido ser una exhalación y espasmo de
perspicacia, propia de un guru de la estrategia, al cual no se le escapa
ningún detalle. Por lo cual no debemos preocuparnos del origen de su
palabra, sus genes políticos le dan pedigree y certificación.

En la historia de los genios es notable el papel de lo anecdótico.

Determinante lo sencillo y lo personal para calificar la grandeza de sus
actos. ¿Dónde estaría Rosales cuando se le ocurrió la frase citada?. No
creo que un líder unitario como él, halla dejado al azar la escogencia de
las palabras que iba a pronunciar en momento tan trascendente cómo este. No
todos los días se postula la gente cómo candidato y menos presidencial.

Este floripondio verbal a debido tener un origen complejo, considérese, que
no es una frase cualquiera, de allí que se interesante que se invierta
tiempo para que entre todos, lleguemos al fondo del asunto que nos explique
sus profundos orígenes.

Imaginemos al líder unitario Rosales, que despierta en medio de la
madrugada y se sorprende ante el acto mágico de ese encuentro asombroso con
la citada frase. Sin esperar decide despertar, tocando en el hombro
suavemente a su Señora, para hacerla partícipe del hallazgo. Ella, primero,
en medio de la duerme vela se sorprende. ¿Será que esta buscando guachafa?.

Pero, sabe que Rosales no tiene instaurado ese estilo táctil para comunicar
sus instintos; tampoco, es su hora preferida y menos día; un martes, no.

¿Qué será?. El dice, he tenido un sueño premonitorio, y en el se veía, en
el mitin, desde allí lanzaba estas palabras. Se las hace conocer. Su mujer
lo mira entre sorprendida y somnolienta, y le dice: coño Rosales, ¿que te
pasa?, no entiendo nada y se voltea. Sigue durmiendo. Fin de la escena.

Mañana siguiente. Reunión con su comité de estrategia. Pide la palabra y el
estratego Petkof, interviene para decirle, ¡¡ carajo, ojala no sea para
volver a plantear lo de tu retiro, pues está claro para todos, que esto
debe llevarse hasta el 1 de diciembre y de esa fecha en adelante, podrás
hacer lo que te parezca¡¡. No. Es otra cosa y les da la primicia de la
frase y agrega que sin duda debe ser el titular de los periódicos al día
siguiente del lanzamiento de su candidatura.

Al oírla en este cenáculo de magnos creativos. La primera respuesta es la
ex diputada Liliana, ¡ Púyalo Rosales . te la comiste ¡. La aprueba, con
todo fervor desde su eterno estilo adeco. Piensa, . ese es le mío.

Todos miran a jefe de campaña: qué arrecha, justamente lo que necesitamos
para el inicio. Estamos listos. Julio, piensa y reflexiona, ¿bueno, en
medio de todo, el sigue siendo adeco, no?; su gesto es de sencilla y
republicana aprobación, es más, no esperaba tanto. Toma la voz, Teodoro:
llana, pero muy adecuada con nuestra línea, de frases cortas y densas de
gran arrase. Aprueba.

Blyde, no esta presente. Sigue en la culebra con Borges, pero Ocariz lo
sorprende vía celular. Creo que deberíamos consultar primero con el gringo,
asuntos de esta importancia deben ser previamente aprobadas por él, no sea
cosa que se moleste. Guillo con eso. Aunque, yo la veo del carajo. ¡ Por
fin, como qué estamos arrancando¡. Fausto se percata y la estima
propagandisticamente esmerada. Manuel, aprecia que aunque carezca del
necesario corte y tono propio del lenguaje de la dialéctica, la recomienda.

No deja de pensar, sin embargo, que en medio de todo, y aunque ejercitemos,
no hay formas de liberarnos de ese pequeño adeco que todos llevamos por
dentro. Es la historia y nuestro sino, que nos persigue por siempre.

Imaginando esa reunión y toda la parafernalia al uso en este comando de
campaña, recuerdo una frase de Voltaire: La civilización no suprime la
barbarie, la perfecciona. Pero, nuestro sino es seguir por los siglos de
los siglos escuchando las palabras de los lideres, que felizmente nacen
pero que dialécticamente deben desaparecer. En este caso su camino llega
hasta un día antes de las elecciones, ni mas ni menos. Apuesto. ¡ voy cinco
contra uno¡

¿Será cierto que? : «La razón acabará por tener razón» *
*frase de D’Alembert

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