¿Seremos todos delincuentes?

Leyendo un poco en los pasados días santos encontré en el fondo de mis archivos una interesante indagación hecha a finales de 1940 por la Fundación Randen de Nueva York demostrativa de que en el hipotético caso de que las leyes se cumplieran estricta y fielmente, sin dobleces ni contemplaciones para nadie tendríamos como resultado, según el estudio que casi el 99% de todos nosotros seriamos ex – presidiarios o estaríamos tras las rejas cumpliendo alguna condena. Las preguntas formuladas a los entrevistados se basan en la ley penal del estado de Nueva York para la época e intentan conocer los delitos o faltas que ha cometido el interrogado para determinar cuando tiempo hubiera tenido que pasar privado de su libertad si lo hubieran detenido o condenado. Debo advertir que no se trata de comparar épocas o conductas ciudadanas de un determinado país respecto a otro, sino mas bien se trata del flagelo universal de la trasgresión de la Ley que en mayor o en menor cuantía es una verdadera calamidad en el mundo entero y por mucho empeño o recursos que invierta el estado en materia de seguridad y orden publico, se estrellaran estrepitosamente si no existe en el animo colectivo una mínima intención al menos de respeto a la norma. El referido trabajo de la Fundación Randen elabora un cuestionario muy simple que perfectamente puede usted adaptarlo mas específicamente al caso venezolano, pues la mayoría de la faltas son bastantes graves en todas partes y la mas leve puede acarrear, si es debidamente probada, una sentencia de cárcel. Las reglas para hacer el cálculo al final del interrogatorio le darán una idea de cual es su Hoja de antecedentes penales ignorados.
1. ¿Tiró alguna vez usted clavos, vidrios, botellas o basura en la calle o en otro lugar publico?
2. ¿Fumó usted o encendió un fósforo en un puesto de gasolina? En nuestro caso actual la pregunta seria: ¿ha utilizado alguna vez el celular mientras conduce?
3. ¿Hurtó alguna vez bienes o cosas de la propiedad ajena en casas, tiendas, automercados o establecimientos similares?
4. ¿Pegó, maltrató o agredió físicamente a alguien sin que fuera en legitima defensa?
5. ¿Abrió alguna vez sin autorización una carta o paquete dirigida a otra persona?
6. ¿Se embriagó alguna vez en un lugar público o condujo su automóvil en estado de ebriedad poniendo en riesgo la vida propia y de otro?
7. ¿Se llevó en alguna oportunidad una toalla, cenicero, cubiertos o algún otro objeto parecido de un hotel o restaurante?
8. ¿Condujo su automóvil sin documentos y además a exceso de velocidad?
9. ¿Regresó alguna vez del extranjero sin declarar todos los artículos y la cuantía de los mismos para el debido pago de impuestos?
10. ¿Ha declarado correcta y sinceramente sin exagerar los desgravamenes en la declaración de ingresos sujetos a impuestos?
11. ¿Ha exagerado usted el importe de una factura o los daños reales para cobrar un seguro?
12. ¿Ha estado alguna vez en posesión de un arma de fuego sin la debida autorización para ello?
Por cada respuesta afirmativa a las preguntas del 1 al 10 anótese 6 meses de arresto. Esos hechos constituyen delitos o faltas de menor cuantía los cuales teóricamente pueden castigarse hasta con un año de reclusión. Las faltas a que se refieren las preguntas 11 y 12, constituyen delitos graves que pueden castigarse con prisión de 2 y medio a 5 años. Pero siendo aun benévolos y clementes con usted se le condena por ejemplo a solo dos años por cada uno, saque entonces amigo mío su propia cuenta y vea cuanto tiempo de encierro podrían costarle sus delitos ocultos. Lamentablemente el citado estudio no hace referencia a las faltas o delitos cometidos por funcionarios al servicio del estado o de la administración publica, cuestión muy extendida y cada vez mas sofisticada en esta era de grandes avances tecnológicos y de globalización desenfrenada; Análisis que por razones de espacio quedara para otra oportunidad, pero por lo que hemos visto podemos concluir que a pesar de las espectaculares conquistas de la ciencia, la economía y en el confort de vida logrados hasta ahora por el hombre, su conducta ha permanecido inalterable frente al poder, el sexo o el dinero, desde Adán hasta nuestros días.