Opinión Nacional

Si esta revolución es socialista, Benito Mussolini fue un demócrata

Hasta el momento la tan cacareada revolución socialista ha resultado ser lo peor del clientelismo tradicional, un autoritarismo militarista asfixiante, unos deseos de perpetuarse en el poder y una corrupción depredadora que ha permitido el surgimiento de una boliburguesía (viejos y nuevos empresarios del petróleo, de las finanzas, de la construcción y sobre todo por altos funcionarios del régimen). Esta revolución tapa amarilla no ha pasado de unas cuantas nacionalizaciones o re-estatizaciones nada extraordinarias, cuya trascendencia ha sido sujeta a una gran manipulación demagógica. Obviamente, ninguna de las políticas adoptadas por el régimen apuntan hacia las transformaciones económicas necesarias para llevar al país hacia un sistema socialista, o representan verdaderas amenazas que afectan las relaciones de producción capitalista. No se ha dado ninguna «ruptura» con el proyecto de dominación, de modo tal que aún se mantienen en completa vigencia las relaciones de producción capitalista que permiten la acumulación de plusvalía (sino que le pregunten a los integrantes de la nueva aristocracia con boina roja). Esta mascarada del tte coronel esta orientada básicamente a una masiva concentración de poder y a perpetuarse en forma indefinida en la SILLA PRESIDENCIAL (motores de la revolución: ley habilitarte, reforma constitucional, nueva geometría del poder, etc.). Ese contexto de acumulación de poderes evoca la famosa frase de Lord Acton: «El poder tiende a corromper; pero el poder absoluto corrompe absolutamente».

La «nueva etapa de la revolución socialista bolivariana» y sus «cinco motores estratégicos», constituyen parte del nuevo libreto demagógico orientado a engañar una vez más a las grandes mayorías en sus válidas aspiraciones por una vivienda digna (déficit habitacional 1.680.000), por una mejor salud (mortalidad infantil 17,4%), por un trabajo digno (desempleo real 18%), mejor nivel de vida (pobreza 48%, pobreza extrema 20%), una adecuada educación (alta deserción escolar, baja calidad de la enseñanza), una efectiva seguridad (67.000 asesinatos en los últimos 8 años). Las medidas recientemente adoptadas por el régimen (aumento de la gasolina e impuestos) lejos de ser el arranque de una supuesta etapa socialista, constituyen medidas fondo monetarista, antipopulares de corte neoliberal, metamorfoseadas en actos «revolucionarias y socialistas». Hasta ahora ni en la teoría, ni en la práctica se ha visto en que consiste el mediático Socialismo del siglo XXI. Solo hemos visto a un falaz predicador que hace votos de austeridad y equidad social ante su público de galería, mientras se dispensa una cesta básica que supera los 43 millones de bolívares diarios solo en gastos de viaje, prendas de vestir, de alimentos y bebidas.

La ignorancia y el primitivismo ideológico del régimen y sus siguices no les ha permitido ofrecer un añico de teoría mas allá de los slogan o consignas coreadas en los actos públicos, la mayoría de ellas vulgares plagios del pasado. El nacional-socialismo del siglo XXI del tte coronel puede resumirse como un proyecto servil facho-militarista fundamentado en un batiburrillo de histrionismo, corrupción, adoración caudillesca, populismo demagógico (dadivas a los más necesitados), control goebbeliana de las comunicaciones, y represión. El tte coronel se ha constituido en la pieza fundamental de los Estados Unidos para administrar los recursos petrolíferos venezolanos. Si esto es una revolución socialista, el Duce fue un demócrata a carta cabal y Madona aún sigue siendo virgen.

Un fantasma recorre a Venezuela: el fantasma del autoritarismo-militarista!!!

Jose Rafael Lopez Padrino MD, Ph.D
Lecturer in Anesthesia
Harvard Medical School
Senior Biophysicist
Brigham and Women’s Hospital
Boston, MA

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