Si la virgen fuera andina ….
El niño podría ayudarlos a lograr sus anhelo: sacar a Chávez. Pero ellos no creen en él, sino en Santa, que no les para bolas. A lo mejor es cuestión del idioma, aunado al rollo de los renos, tan fácil que hubiera sido contar con mulas y bueyes. Allá ellos con su fashion del Merry-Christmas.
Saludo al niño, “chiquitito y parrandero”, le canto por los miles que hoy pueden verlo. Tienen ojos y alma nueva para celebrarlo. Aleluya, pueden avistar lo que nunca imaginaron, operar un Milagro. Lo saludo y admiro junto con los niñitos de por aquí, que ahora tienen un corazón mejorado que late y ama con incansable futuro. Por los sencillos y apacibles compatriotas que ahora saben leer y discernir cuanto les dice un letrero, que a lo mejor, anuncia un peligro, antes los amenazaba. Saben, leer la buena nueva de las leyes a las cuales acudir por entrar al subversivo mundo de las letras.
Me inclino ante ese niño que sabe que sus iguales, van a las escuela, reciben aprendizaje, valores, maneras de amar su tierra, además comidas diarias, que tanta falta hace para sostener sus endebles cuerpos y antes les fue negada.
Hago ceremonias al niño y le agradezco en nombre de esa enjambre de compatriotas que hoy tienen la mínima comodidad del tren que los trae del Tuy y lleva con trato humano y hace menos dura su existencia. Avivo mi voz para cantar, aunque sea bajito y poca afinado, para pedirle, aunque no sea su estilo, ni su mandato, desdeñe de su gracia a tanto corrupto agazapado que medra bajo franela roja o bandidaje de carnet. En fin niño, ayúdanos a ser mejores, humildes, menos tramposos. No es mucho, nos hace falta, lo contrario es peligroso
